Mañana viernes comienza, en las bellas y cuidadas calles de Jericó, Antioquia, ese encuentro de mentes que es el Hay Festival. Vendrá después, al comienzo de la próxima semana, el paso del evento por los queridos escenarios de Medellín. Y desde el jueves, luego de la conversación inaugural entre el músico Carlos Vives y el director de EL TIEMPO, Andrés Mompotes, volverán los autores y sus lectores a verse las caras en las plazas y en los recintos históricos de Cartagena: autores de allá y de acá como Gioconda Belli, Piedad Bonnett, María Dueñas, Melba Escobar, Leila Guerriero, María Negroni, Susan Neiman, Leonardo Padura, Ricardo Silva Romero, Cristina Rivera Garza, Salman Rushdie y Juan Gabriel Vásquez pondrán al día a sus públicos en lo que está pasando en el mundo.
Es un lugar común, pero resulta increíble que el Hay Festival de Cartagena, que se ha convertido en uno de los más irados encuentros de su categoría, esté cumpliendo veinte años ya. De cierto modo, con su vocación a llegar a todos los rincones de la ciudad, con su tendencia a la espontaneidad, no solo ha alcanzado estatus de tradición en el mundo de los libros, sino que se ha convertido en una suerte de escuela de la gestión cultural. Su formato lleno de precisión, pero receptivo a la naturalidad, ha sido una influencia para las ferias del libro que se llevan a cabo en el país. Su habilidad para valerse de la belleza de la ciudad, registrada con agudeza por el fotógrafo Daniel Mordzinski, ha sido un imán para las grandes voces del siglo XXI y se ha convertido en punto de reunión de varias generaciones de espectadores.
Felicitaciones, querido equipo del Hay Festival, por estos veinte años de ideas. Para EL TIEMPO ha sido un orgullo hacer parte de esa historia y ser testigo directo de cómo esas conversaciones apasionadas han dado paso a nuevas asociaciones, a nuevas reflexiones que iluminan la experiencia de la vida.