Perdón por la pregunta, pero, supe que cada vez son menos justo por eso. ¿Cuántos de ustedes quedan?
Nadie sabe. Yo no sé. Los científicos no saben. Dicen que somos entre 5.000 y 10.000 en Colombia, pero cada vez es más difícil vernos y comunicarnos. Ya ni fiesta de fin de año se puede hacer porque uno quiere invitar a los primos paisas, por ejemplo, los que viven en el eje cafetero y el sur de Antioquia y nada, te dicen que no pueden venir, que el camino por el que cruzaban se volvió una finca vacacional o un conjunto de casas.
¿Y qué podemos hacer nosotros para ayudarte?
Lo primero que yo les pido es que ayuden a tomar conciencia. A protegernos. Nosotros siempre queremos lo mejor para la naturaleza. De hecho, no sé si sabes, pero estamos catalogados como especie sombrilla, porque donde hay un oso de anteojos significa que hay un ecosistema saludable. Pero cada vez hay menos de esos. Parece que solo los Parques los cuidan; me contaron que están tumbando toda la selva en la Amazonia.
¿Por qué crees que no es suficiente cuidar solo los parques?
Me gustan mucho los Parques Nacionales Naturales, yo me paseo por 23. En Chingaza, Sumapaz, Tatamá, Farallones de Cali y Munchique soy muy feliz. Pero quiero explorar más, siempre he sido muy explorador y ahora parece que estoy recluido, como si estivoera en un zoológico. Salgo y veo fincas por un lado, cultivos por el otro y ganado también. Ya no quedan bosques para mí.
¿Sientes que nadie cuida de ti y tu especie?
No, hay algunas personas que nos ayudan. Quiero aprovechar para agradecer a las iniciativas que están ayudándonos. Una se llama Conservamos la Vida, que protegen bosques para que podamos seguir moviéndonos tranquilos. En ella participan Parques Nacionales Naturales de Colombia (PNN), la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), la Fundación Grupo Argos, la Fundación Smurfit Kappa, la Wildlife Conservation Society (WCS) y las comunidades rurales de varios municipios ubicados en la cordillera de los Andes. Ellos son un ejemplo de se puede hacer agricultura sin destruir mi casa. Ese proyecto tiene un café muy rico, que yo lo he probado, que se cultiva en fincas donde hay bosque protegido, en el que me puedo mover con tranquilidad.
Este año se realiza en Colombia la Conferencia de Biodiversidad (COP16). Allí se reúnen cientos de líderes mundiales a definir las acciones que se van a realizar para proteger la naturaleza y nuestro país no solo es anfitrión sino también presidente del encuentro. ¿Qué le dirías a quienes estarán allí?
Lo primero que les diría es que las cosas en el bosque están cambiando y no de manera positiva. Ya no hay lluvias, los árboles están cada vez más secos. En las últimas semanas me encontré con muchos incendios forestales que no me dejaron seguir caminando. Y aunque parezca que esto no importa mucho, es todo lo contrario. No solo por mí, porque es claro que quiero tener una casa donde vivir, encontrarme árboles para trepar y frutas para comer, pero no sé si los humanos saben que sin bosque no hay lluvias, no hay plantas, no hay aves, no hay nada. No solo yo me estoy quedando sin casa, ustedes se están quedando sin alimentos, sin agua, sin un clima agradable. El otro día vi que hacía un calor intenso entre las montañas y yo me pregunté: si así estoy yo acá, que me quiero quitar todo este pelo de encima, ¿cómo será allá en las ciudades? A veces miro desde los cerros y veo que en muchos municipios ni siquiera hay árboles en las calles, todo es cemento. Así es imposible que no tengan calor. Entonces mi llamado es a que protejan más bosques pero también restauren los que se dañaron. Aún las cosas malas se pueden corregir. Lo dicen los estudios: en esta década hay que restaurar todo el bosque que se pueda. Les agradecería bastante. Al final, si tenemos más bosques, ustedes saldrían igual de beneficiados que nosotros.
(*) Entrevista ficcionada a partir de datos del oso de anteojos y sus amenazas.
EDWIN CAICEDO
Periodista de Medioambiente y Salud
@CaicedoUcros / @ElTiempoVerde