Vivir en piloto automático: el desafío de la conexión presente

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Anteriormente creía que aquellos en posiciones de liderazgo serían más conscientes de este desafío y estarían mejor organizados. Sin embargo, he descubierto que, lamentablemente, esto no siempre es así. ¿Por qué? Porque aquellos que ocupan estas posiciones están constantemente abrumados por múltiples responsabilidades, tanto personales como profesionales. Mantener un equilibrio entre la vida laboral y personal se convierte en una tarea titánica, lo que a menudo resulta en una falta de atención a los detalles más simples.

La virtualidad y el trabajo remoto mal implementado han exacerbado el problema de la desconexión durante las reuniones. Cada vez es más común observar a personas que, estando en una videoconferencia, realizan otras tareas simultáneas o incluso se desconectan para ocuparse de otras actividades. Personalmente, considero que el trabajo remoto es una herramienta fantástica para mejorar la eficiencia y la productividad. Sin embargo, su eficacia depende en gran medida de una implementación adecuada.

Muchas personas no logran aprovechar al máximo esta modalidad y, en lugar de enfocarse en la tarea en cuestión durante las reuniones, se sienten tentadas a realizar otras actividades, lo que resulta en una dispersión significativa de la atención.

Hacer múltiples tareas se ha convertido en la norma, pero a costa de perder calidad en nuestras interacciones tanto personales como laborales y en la forma en que abordamos nuestras tareas. A menudo nos falta dedicar el tiempo y la atención necesarios para realmente absorber la información que recibimos, ya que estamos dispersos en distintas actividades.

Hace algunos años tuve la fortuna de contar con un mentor que me guio en este camino hacia una mayor conciencia y eficiencia. Me enseñó que el secreto radica en organizarse de manera rigurosa, enfocándonos en una tarea a la vez. Solo al dedicar nuestra atención plena a cada momento de nuestras vidas, podremos responder de forma adecuada.

Es crucial incorporar esta mentalidad organizativa en nuestra rutina diaria. Esto significa no solo programar nuestras tareas rigurosamente, sino también reservar momentos específicos para tareas sencillas como revisar correos y mensajes, y dedicarles la atención que merecen. Al hacerlo, no solo mejoramos nuestra eficiencia, sino que también cultivamos una mayor conexión con el presente, lo que nos permite sentirnos más realizados en nuestro día a día.

Entonces, ¿cómo podemos lograr esta transformación? La respuesta radica en la planificación meticulosa de nuestras semanas, donde cada tarea se programa con atención al detalle. Esta práctica nos permite liberarnos del peso de estar haciendo múltiples tareas constantemente y nos ayuda a ser conscientes de cada momento, en lugar de simplemente pasar por ellos sin realmente experimentarlos.

En resumen, al adoptar una mentalidad de organización y enfoque, podemos romper el ciclo del piloto automático y vivir de manera más plena. Es hora de reconectar con el ahora y redescubrir la satisfacción que proviene de estar verdaderamente presentes en cada momento de nuestras vidas.
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​*Miembro de Women In Connection