Opinión

El elogio de la ceguera

Los grados de libertad para escoger nuestro camino existen, pero si continuamos con discusiones inútiles, no vemos.

14.04.2025 17:12 Actualizado: 15.04.2025 00:05

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Cinco aspectos en la nueva geoeconomía evolucionan con las medidas del Gobierno estadounidense: el comercio, la migración, las inversiones, el al endeudamiento y las certificaciones unilaterales. Trump, en honor a la verdad, ha cumplido con cada una de sus propuestas.

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Anunció la guerra de aranceles. Todo aquel país que se encuentre dispuesto a evolucionar hacia una balanza comercial negativa o neutra con este país podrá mantener un comercio istrado bilateral.

Lo que resulte de las negociaciones entre China, la Unión Europea, México y Canadá con EE. UU. definirá lo que tendremos que hacer todos los demás.

Con China el objetivo es doble: ralentizar las inversiones chinas en Europa, Latinoamérica y otras regiones y, de otra parte, equilibrar la balanza comercial. Es la verdadera negociación. Su resultado genera incertidumbre, pero al final primará el pragmatismo. En el futuro la política comercial no tendrá ni institucionalidad, ni reglas ni estabilidad.

Con la Unión Europea: comercio intraindustrial istrado. Protección a las industrias y a la agricultura en cada región, subsidios perennes, protección paraarancelaria. Balanza comercial equilibrada.

Con México y Canadá, fin del TLCAN como lo conocemos. Se mantendrán parcialmente las concesiones de estos tratados, siempre y cuando se asegure el retorno de las inversiones norteamericanas desde esos países en aquellos sectores como el aluminio, la siderurgia y el sector automotor y se detenga el avance de la inversión y producción de China en sus economías.

En migraciones el objetivo de Trump se ha cumplido. Ya los países con mayor flujo de migrantes ilegales los reciben, y el flujo de ciudadanos hacia los Estados Unidos disminuyó. Se permitirá la entrada temporal de trabajadores en el sector agrícola en condiciones miserables.

En lo pertinente a las inversiones norteamericanas en el exterior, los Tratados de Protección de Inversiones continúan incólumes. Tanto en inversión extranjera directa en bienes y servicios como en capital de portafolio y capital conocimiento.

El al financiamiento internacional será cada vez más complejo. Dos factores: la disminución de los recursos de los EE: UU. en el FMI, el BM y el BID y, de otra parte, se intensificará el poder de veto que tiene este gobierno en las mencionadas instituciones.

Colombia tendrá que fortalecer su estrategia de Desarrollo Sostenible, la reindustrialización y la transición energética, la defensa de los derechos fundamentales.

Finalmente, la "espada de Damocles", de las descertificaciones unilaterales. Se acabó la responsabilidad compartida en la lucha contra el flagelo internacional del narcotráfico. Una descertificación se acompañará con disminución de la cooperación y sanciones económicas y comerciales.

Y, en ese contexto, ¿Colombia y otros países latinoamericanos qué? Los que tienen TLC con los EE. UU. (Colombia, Perú, Chile, el mercado común centroamericano, etc.) esperando que nos den por lo menos el mismo tratamiento resultado de la negociación con México y Canadá.

Brasil y Argentina, fortaleciendo su importante mercado interno y su cada vez más evidente alianza con China y Asia: exportadores de productos agrícolas y comercio intraindustrial.

Venezuela: alianza con China, Irán, Turquía, Japón, Rusia. Sus inmensos recursos naturales son el objetivo. Por su parte los EE. UU., piensan que las sanciones unilaterales neutralizarán esa situación: pura ilusión.

Colombia tendrá que fortalecer su estrategia de Desarrollo Sostenible, la reindustrialización y la transición energética, la defensa de los derechos fundamentales, la atracción de la IED con progreso técnico y desarrollo de la capacidad humana, las medidas de defensa comercial frente a la competencia desleal, la soberanía alimentaria y la agro industrialización.

Los grados de libertad para escoger nuestro camino existen, desafortunadamente si continuamos envueltos en discusiones inútiles, no lo vemos. Es el "elogio de la ceguera".

(Lea todas las columnas de Germán Umaña Mendoza en EL TIEMPO, aquí)

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