Cinco señales tempranas que podrían indicar esclerosis múltiple y no debe ignorar: la fatiga extrema es una de ellas

La esclerosis múltiple es una enfermedad que afecta al sistema nervioso central, provocando daños en la cubierta protectora de los nervios. Según la Clínica Mayo, esta afección puede causar entumecimiento, debilidad, problemas para caminar, cambios en la visión y otros síntomas que requieren atención médica oportuna. 

Aunque la esclerosis múltiple no tiene cura, identificarla en sus etapas iniciales permite acelerar la recuperación de las crisis, modificar el curso de la enfermedad y controlar sus manifestaciones.

(Además:  La fruta morada que es una aliada para el azúcar en la sangre: previene picos de glucosa y previene la osteoporosis).

La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca la mielina, la capa que protege las fibras nerviosas del cerebro y la médula espinal. Esta afectación dificulta la transmisión de señales entre el cerebro y otras partes del cuerpo, generando una variedad de síntomas. 

Debido a que estos pueden variar entre los pacientes, reconocer las señales tempranas resulta fundamental para un diagnóstico oportuno y un mejor manejo clínico.

Uno de los primeros síntomas que suele presentarse es una fatiga intensa que no desaparece con el descanso. Esta fatiga puede aparecer de forma repentina y limitar actividades cotidianas como caminar o sostener objetos.

Además, muchos pacientes experimentan debilidad muscular, particularmente en las piernas, lo que puede ocasionar tropiezos o dificultad para mantenerse de pie. La aparición de fatiga y debilidad sin una causa aparente debe motivar una consulta médica especializada.

La neuritis óptica, que consiste en la inflamación del nervio óptico, es común en quienes desarrollan esclerosis múltiple. Este síntoma se manifiesta con visión borrosa o pérdida temporal de la vista en uno de los ojos. 

Algunos pacientes también reportan dolor al mover los ojos o una disminución en la percepción de los colores. Estos signos pueden aparecer y desaparecer, lo que a veces lleva a subestimarlos, pero su persistencia requiere evaluación neurológica.

(Le recomendamos: Urólogo explica la importancia de la vitamina D para prevenir enfermedades: cáncer de próstata, disfunción eréctil y más).

Las sensaciones de pinchazos, adormecimiento o ardor en brazos, piernas, rostro u otras partes del cuerpo constituyen otra señal inicial. Estos síntomas se deben a que los nervios dañados transmiten señales erróneas al cerebro. Aunque pueden ser leves en un inicio, con el tiempo suelen intensificarse y afectar la coordinación motora. Es importante no ignorar estas molestias cuando no están relacionadas con posturas o causas externas.

Pacientes con esclerosis múltiple suelen presentar episodios de mareo, vértigo o inestabilidad al caminar, incluso en superficies planas. Esto ocurre porque la enfermedad puede afectar áreas cerebrales responsables del equilibrio y la coordinación. 

Algunas personas experimentan la sensación de que el entorno gira a su alrededor, lo que aumenta el riesgo de caídas. La recurrencia de estos síntomas indica la necesidad de atención neurológica inmediata.

Entre las señales menos conocidas se encuentra el deterioro cognitivo. Algunas personas con esclerosis múltiple tienen problemas para recordar información reciente, organizar tareas o mantener la concentración durante conversaciones. 

(En otros temas: Mujer fue a que le extrajeran un diente, pero le dejaron parte de un taladro quirúrgico en el cráneo: será indemnizada).

Estos cambios suelen ser sutiles al inicio, pero pueden empeorar con el tiempo. Detectar esta disminución en las capacidades mentales, especialmente si se acompaña de síntomas físicos, debe motivar la consulta con un especialista.

Identificar estos cinco síntomas tempranos —fatiga extrema y debilidad muscular, problemas de visión, hormigueo o entumecimiento, mareos y problemas de equilibrio, y dificultades cognitivas— puede facilitar el diagnóstico precoz de la esclerosis múltiple. 

Un tratamiento oportuno es clave para retrasar el avance de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Ante la presencia de cualquiera de estas señales, es fundamental acudir con un neurólogo para realizar los estudios correspondientes y recibir orientación médica adecuada.

El Universal (México) / GDA