Análisis

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Bogotá quiere ampliar el horario de la rumba hasta las 5 a. m., ¿a qué costo?

Expertos advierten riesgo social y falta de control en el consumo, pero ven posible mejora en la seguridad.

Actualmente, el horario permitido para la venta y el consumo de alcohol es entre las 10 a. m. y las 3 a. m.. Foto: Milton Diaz / El Tiempo

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Tatiana Moreno Quintero

25.04.2025 20:56 Actualizado: 26.04.2025 23:00

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Durante cinco horas en Bogotá está permitido que música resuene en las calles, cuerpos danzantes disfruten de las melodías en clubes y bares y se consuma alcohol, entre otras situaciones que se presentan en la rumba de la capital. Sin embargo, la actual istración del Distrito propuso extender dos horas más la fiesta en la ciudad.

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Actualmente el horario permitido para actividades que involucren la venta y el consumo de alcohol es entre las 10 a. m. hasta las 3 a. m., pero la mayoría de las discotecas abren sus puertas alrededor de las ocho y las diez de la noche. Sin embargo, esto no significa que la rumba termine en la hora que dicta la ley, puesto que los comúnmente llamados “remataderos o amanecederos” cierrar sus puertas hasta las cinco o seis de la mañana.

Con el fin de homogeneizar un horario para toda la oferta de rumba en la ciudad, la Alcaldía de Bogotá y la Secretaría de Gobierno del Distrito presentaron el pasado 21 de abril de 2025 un proyecto de decreto que busca extender la rumba hasta las cinco de la mañana y, de esta forma, combatir la fiesta ilegal en la ciudad. Por el momento, la propuesta está con el único fin de conocer los comentarios de la ciudadanía.

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¿Qué impactos tendría la medida en la ciudad? Las autoridades explican que uno de los resultados principales a los que quieren llegar con esta medida es “garantizar una rumba sana y tranquila”, esto debido a que podrían fortalecer los mecanismos de inspección, vigilancia, control, según lo explicó el secretario de Gobierno, Gustavo Quintero Ardila.

El impacto en la seguridad

Fiesta clandestina descubierta por las autoridades en el sector de Cuadra Picha, en la localidad Foto:Mauricio Moreno / EL TIEMPO

Vecinos de la rumba clandestina presentan quejas sobre lugares que funcionan bajo la figura de sindicatos, pero en realidad operarían ilegalmente, según las autoridades.

Quintero Ardila asegura que en los casos que tienen esta figura jurídica es difícil que la Policía y las autoridades que se encargan de realizar un trabajo de control, vigilancia e inspección puedan actuar.

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El director de Bogotá Cómo Vamos, Felipe Mariño, le aseguró a este diario que esto ocurre cuando un negocio quiere estar operando en un horario más prolongado del establecido y para lograrlo cambian su razón social y toda su parte jurídica para poder operar.

Trabajo infantil, explotación sexual y otro tipo de acciones ilegales son más complicadas de vigilar con estos establecimientos que operan bajo la figura de sindicatos, los cuales funcionan en horarios distintos a los establecidos por el marco de la ley actual. Por ello, el Distrito propone combatir la “ilegalidad con legalidad”.

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“Hemos visto muchas quejas ciudadanas en torno a la figura de sindicatos, que por la figura jurídica a la cual se acogen les es muy difícil a la Policía y a las autoridades que ejercen inspección, vigilancia y control entrar y de alguna manera estar pendientes de que no haya consumo de sustancias prohibidas o actividades ilegales, trabajo infantil o explotación sexual”, afirmó Quintero Ardila.

A este escenario, el secretario de Seguridad, César Restrepo, le agrega que la informalidad trae consigo la presencia de armas blancas y de fuego.

“Al unificar los horarios tendríamos una posibilidad más efectiva de utilizar el pie de fuerza y de utilizar la acción de la institucionalidad”, explicó César Restrepo.

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Sin embargo, uno de los impactos que podría traer consigo, según Mariño, es que se agrave la violencia en la ciudad. “La razón por la que nosotros tenemos un panorama muy diferente en Bogotá con relación a otros países del mundo es que rumbeamos hasta las 3 de la mañana, porque somos violentos y al estar bajo el efecto de estas sustancias se pierde el control”, afirmó.

El director de Bogotá Cómo Vamos fundamenta su argumento en el contexto del que viene la ciudad. Mariño explica que en la primera alcaldía de Antanas Mockus (1995-1997) se restringió la rumba por los altos niveles de violencia que se presentaban en la capital, sobre todo por un consumo problemático de alcohol.

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Desde otra perspectiva, Hugo Acero, subsecretario de Seguridad de Bogotá para la alcaldía de Claudia López, le aseguró a EL TIEMPO que la prórroga en el horario podría mejorar las condiciones de vulnerabilidad de los ciudadanos. “Los que saldrían a las 5 de la mañana se van a encontrar con una ciudad más despierta e incluso con personas que van a trabajar. Eso es otro elemento que favorece en términos de seguridad”, aseveró el experto.

Un reto en la convivencia

Expertos aseguran que podría haber un quebrantamiento social entre los bogotanos. Foto:CEET/ NESTOR GÓMEZ

Las riñas, las lesiones personales, el ruido y el manejo de basuras son algunos de los retos de la fiesta, los cuales son calificados por el secretario de Gobierno como un asunto relacionado a la convivencia.

“Las quejas que se reciben en horarios de la madrugada en su gran mayoría están relacionadas con el ruido. Las personas que, lamentablemente, viven cerca de estos establecimientos de alto impacto van a tener que sufrir más tiempo y esto puede generar una fractura social entre los que residen cerca de estos lugares y aquellos que ahora tendrían un derecho adquirido para continuar de fiesta”, manifestó Felipe Mariño.

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Acero comenta que ahora muchos ciudadanos van a tener que esperar hasta las cinco de la mañana para poder descansar. Por lo que afirma que se deben establecer medidas como la adecuación de los establecimientos para que cuenten con equipos de insonoridad y “no perturben la tranquilidad de los vecinos”.

De acuerdo con Restrepo, ampliar el horario significa una gran responsabilidad en la industria de la noche y por ello deben comportarse de manera consistente y coherente con el respeto para los que habitan en esos entornos. “Claramente hay unos instrumentos de ley que permiten a la istración aplicar controles. Uno de esos es el del ruido”, concluyó el secretario.

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Los desechos que proliferan después de una jornada de rumba (cigarrillos, botellas, papeles, entre otros), de acuerdo con los expertos, son materia de conflicto en la convivencia ciudadana. Mariño asegura que este es un problema que se podría agravar con la propuesta del Distrito.

Consumo y salud

Expertos alertan la falta de medidas que establezcan un control del consumo de alcohol. Foto:FEDERICO PUYO/EL TIEMPO

Aunque las autoridades aseguran que esta medida les permitirá garantizar una rumba sana y tranquila, desde el programa Échele Cabeza encuentran una falencia en su propuesta.

Julián Quintero, sociólogo y director de la Corporación Acción Técnica Social, que hace parte del proyecto Échele Cabeza, explica que desde hace varios años la extensión horaria existía, esto bajo condiciones en la que tenían que cumplir unos estándares de seguridad, bienestar y tranquilidad.

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Algunas de estas medidas, conforme lo explica Julián Quintero, son: que los establecimientos tuvieran taxis seguros contratados, estrategias de prevención del consumo de sustancias, reducción de daños, hicieran manejo de residuos, entre otros requisitos. Estas condiciones continuaron en la segunda alcaldía de Enrique Peñalosa (2014-2016) bajo el nombre de Sello Seguro.

El director de Échele Cabeza dice que su preocupación sobre este proyecto se basa en que en el decreto “no se mencionan medidas de prevención, de reducción de riesgos y daños, del consumo responsable, entrenamiento para las personas que dispensan alcohol, manejo de borrachos, porque lo que sí está claro es que si vamos hasta las 5 la gente va a beber más y se emborrachará más”.

De modo que el experto asegura que lo que se mejore en términos de seguridad y convivencia se va a pagar en intoxicación y accidentes derivados del consumo.

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Desde el Distrito la respuesta con respecto al consumo de alcohol y sustancias se basa en que el problema “está en una sociedad que validó y disminuyó la preocupación alrededor de ese consumo abusivo”, según Restrepo. Por eso aseveró que lo importante es que como “sociedad se avance para tener un comportamiento responsable”.

Movilidad y siniestralidad

taxi — Más de la mitad de los siniestros viales fatales ocurren en la noche y madrugada. Foto:CEET Fotógrafo: NESTOR GÓMEZ

Según el Anuario de Siniestralidad Vial 2024, de la Secretaría de Movilidad, el horario con mayor número de fatalidades el año pasado fue entre las 10 p. m. y 11 p.m. De acuerdo con los datos presentados, hubo un total de 37 víctimas fatales, de las que el 54 por ciento ocurrieron los viernes y sábados, es decir, 20 muertes acontecieron en estos dos días.

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Darío Hidalgo, profesor de transporte y logística en la Pontificia Universidad Javeriana, aseguró que la siniestralidad vial es una de las preocupaciones de la ampliación en el horario de fiesta debido a que más de la mitad de los casos ocurren en la noche.

“Con la ampliación del horario se puede incrementar el número de personas que salen y no necesariamente están en condiciones para conducir”, aseguró Hidalgo.

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Como ventaja, los ciudadanos que terminen la fiesta, tanto trabajadores de los establecimientos como los clientes, tendrán mayor facilidad para conseguir transporte, como el TransMilenio y otros medios para movilizarse.

¿Estamos listos para esta medida? Expertos concuerdan en que la viabilidad de la prórroga del horario se basa en la implementación de medidas efectivas por parte de las autoridades y la concientización de la ciudadanía, que, según le dijeron a EL TIEMPO, no está del todo realizada.

TATIANA MORENO QUINTERO

REDACCIÓN BOGOTÁ

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