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'A mí también me pasó': se disparan los robos con escopolamina en Bogotá

En el primer semestre del año este tipo de hurtos crecieron un 41 %. Víctima cuenta su historia.

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PERIODISTA DE REPORTAJES MULTIMEDIAActualizado:

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PERIODISTA DE BOGOTÁActualizado:

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Un hombre de 32 años vivió una pesadilla hace menos de un mes en Bogotá. Era viernes 21 de julio. Estaba en una cervecería del parque de la 93, en el norte de la ciudad. El reloj marcaba las 8:30 de la noche. Estaba tomando unas cervezas en la barra. Había sido un día largo de trabajo.
Pasaron unos minutos cuando otro hombre se le acercó de forma amable. “Era joven de 30 años, con acento paisa, de 1,75 metros de altura, delgado, con gorra verde claro y una sudadera”, detalla en diálogo con este diario.
Hablaron por un rato y decidieron ir a un bar de salsa en Chapinero, por el sector de Lourdes. En ese lugar, el sujeto le dijo que pagara una botella de licor y que él pagaría la siguiente. Sin embargo, el hombre le dijo que lo dividieran por mitad. En ese momento, él fue al baño. Regresó.
El otro hombre ya tenía media botella de ron. Se tomaron dos tragos. Él volvió a ir al baño porque se sentía extraño. Alcanzó a salir de allí y vio de nuevo al sujeto. Él le dijo que se fueran a otro lugar. Y ese fue su último recuerdo.
iStock

iStock Foto:iStock

Cuando volvió a recuperar el conocimiento, estaba en el hospital. Según le relataron, hacia las 4 de la mañana del día siguiente, dos jóvenes que iban pasando cerca de una calle lo vieron en el piso, desorientado y golpeado, entonces lo llevaron a un CAI cercano.
Allí, él alcanzó a decir dos números de celular, entre ellos el de su mamá. La llamaron y él no podía sostener la conversación. Ella, angustiada, fue hasta el lugar, lo recogió y lo llevó a la casa, pero él volvió a perder el conocimiento. Entonces, ella decidió llevarlo a la Fundación Santa Fe.
En ese hospital lo trataron. Tenía una herida en el mentón y rasguños en la cara. Le tomaron exámenes de sangre. Los resultados daban cuenta de lo que le habían istrado: tenía altos niveles de benzodiacepinas, casi a un nivel tóxico, según explican expertos consultados.
Pasaron horas hasta que recuperó la conciencia. Su mamá le contó lo que había pasado. Preguntó por sus pertenencias, pero no tenía nada. Le habían robado su chaqueta, un celular, reloj y llaves. Le pidió el teléfono a su madre para verificar sus cuentas y estaban vacías. “Me robaron 25 millones de pesos y usaron las tarjetas de crédito, unas del extranjero”, narra.
Según consta en la denuncia interpuesta y en pantallazos conocidos por EL TIEMPO, los delincuentes hicieron transacciones a través de un datáfono portátil.
Hay una por 5’280.000 pesos en un bar en la carrera 17 sur, en el sector del Restrepo, a las 6 de la mañana del sábado 22 de julio. Y hay otra, 21 minutos antes, en un local que sería de autopartes y motores, por la calle 20 sur, por 3’550.000 pesos.
Este diario se abstiene de publicar los nombres de los establecimientos para no alterar la investigación en curso.
Como a él, le ha pasado a cientos de personas este año. Si bien esta práctica no es nueva en la ciudad, lo cierto es que los hurtos han aumentado. Al contrastar las cifras reportadas por la Policía Nacional y la Secretaría de Seguridad, entre el 1.º de enero y el 30 de junio se han reportado 750 casos de robo con escopolamina y sustancias químicas, un aumento del 41 por ciento en comparación con el mismo periodo en 2022.
Me robaron 25 millones de pesos y usaron las tarjetas de crédito, unas del extranjero
Si se desagregan los datos, en promedio 4 personas por día han sido robadas bajo esta modalidad. Abril y junio han sido los meses con más registros. En cifras anuales, en 2022 hubo 1.207 casos, una reducción del 9 por ciento respecto al 2021, cuando se reportaron 1.319 casos. Sin embargo, la cifra sigue siendo más alta que los niveles de antes de la pandemia. En 2019 se registraron 1.167 casos y en 2018, 1.003. En años anteriores, al menos hasta 2010, la cifra era menor a mil casos por año.

Casos de robo con escopolamina en transporte

Una mujer de 26 años relata que mientras se dirigía hacia su casa después de una fiesta con unos amigos de la universidad tomó un taxi en la calle. “Recuerdo que bajé un poco la ventana y me sentía mareada. Después, cuando los volví a abrir estaba en una clínica”, detalla.
Y agrega: “Me descartaron abuso sexual, pero tenía moretones en mis brazos y piernas. Me dijeron que me habían dado algo como escopolamina. No tenía mis pertenencias y mi cuenta de ahorros estaba vacía. Me robaron 12 millones de pesos. También hicieron transacciones a través de la billetera digital”. La joven apareció en el sector de Kennedy y fue trasladada a un centro clínico cercano.
Un hecho similar le pasó a un joven periodista, quien tomó un taxi en la calle 85, en la zona T de la ciudad. Su caso fue documentado por varios medios locales. Según contó, tomó un vehículo de transporte público en la calle. Al cabo de unos minutos de comenzar el recorrido, perdió el conocimiento.
“Solo me acuerdo intentando abrir la puerta de mi casa y me temblaba la mano. No tenía mi celular. Me habían escopolaminado. Verifiqué las cuentas bancarias y estaban vacías. Abrieron todo con reconocimiento facial de mi celular”.
Robo con escopolamina

Robo con escopolamina Foto:Archivo EL TIEMPO

Recomendaciones de expertos

Expertos consultados aseguran que la escopolamina, o ‘burundanga’ como es llamada, y las sustancias empleadas por los delincuentes pertenecen a la familia de las benzodiacepinas, que son agentes depresores del sistema nervioso central. En medicina tradicional son usados en dosis bajas para tratar la ansiedad y otros trastornos.
No obstante, los ladrones la emplean para doblegar a sus víctimas. Al cabo de 30 minutos, pueden producir somnolencia, disminución de la concentración y falta de coordinación.
Tanto autoridades como médicos advierten que para evitar caer en este tipo de engaños es primordial no recibir bebidas de extraños ni perder de vista las bebidas propias tanto en lugares públicos como privados. Además, es recomendable “exigir que los envases sean destapados en su presencia y ante cualquier cambio de sabor, no tomar la bebida”, aseguran.
Como advertencias adicionales, los expertos aconsejan tener precauciones al momento de conocer personas, ya sea que haya sido acordado a través de una aplicación de citas o en un establecimiento comercial, y ante cualquier sospecha, evitar continuar con el encuentro. “Estas personas usan la inteligencia social y datos mínimos, como detalles que las personas publican en redes sociales o que ingenuamente se revelan en las primeras conversaciones, para persuadir a sus víctimas”, puntualizan las autoridades.
Autoridades indicaron que es muy complicado llevar un registro único de casos por la falta de denuncias.

Nuevo caso de ataque con escopolamina en Chapinero Foto:Citytv

*Estas historias forman parte de un especial periodístico sobre robos en Bogotá. Si usted ha sido víctima de alguno, escríbanos a [email protected] / [email protected]
JONATHAN TORO ROMERO
DAVID ALEJANDRO LÓPEZ BERMÚDEZ
En redes: @lopez03david
REDACCIÓN EL TIEMPO

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