Con un estilo propio, que no sigue tendencias y al que le imprime deliberadamente cierto toque de teatralidad o dramatismo, Mabel Moreno sabe muy bien cómo llamar la atención adonde quiera que va. Aunque se considera básica para vestir, es una maestra en el arte de crear looks, unos más arriesgados que otros y en los que no falta un elemento importante “como una camisa animal print super shiny o un rio como un sombrerote o unas perlas grandes”, dice.
La barranquillera, recordada por sus interpretaciones en producciones de televisión como La ley del corazón, La reina del flow y Café con aroma de mujer, se alista para grabar la segunda temporada de Medusa, la exitosa serie de Netflix. Hablamos con ella sobre las claves de su estilo, sus diseñadores favoritos y lo que le gusta comprar.
¿Qué es la moda para Mabel?
Es la forma más bonita de contar tu propia historia, de expresarte sin tener que hablar.
¿Por qué no es una seguidora de tendencias?
Porque me gusta mucho más tener piezas atemporales y amo la moda colombiana. Estoy vistiendo solamente diseños nacionales desde hace tres años. Claro, tengo un par de pecadillos por ahí porque, de vez en cuando, compro algo de diseñador, pero el 85 por ciento de mi clóset es de ropa hecha en Colombia.
¿Por qué prefiere la moda nacional?
Porque aquí hay demasiadas cosas bonitas, demasiado talento y buen diseño.
¿Cuáles son sus diseñadores favoritos?
Me encantan los pantalones de A New Cross. Los básicos de Seven Seven y de Tennis. Y estoy enamoradísima de Seta Apparel, una marca que se parece a mí. En cuanto a diseñadores, hay muchos que me gustan, pero empiezo a decir nombres y de pronto se ponen bravos los amigos cuyos nombres se me escapan.
Una mujer a quien considere un ícono de estilo…
Sin duda, Sarah Jessica Parker. Lo que se ponga se le ve lindo.
¿Cuáles son esas prendas infaltables en su clóset?
No tengo nada que sea imprescindible porque siento que uno va cambiando de maneras y no me gusta casarme con estilos. Pero, en este momento, lo que sea animal print es indispensable en mi vida.
Esa prenda que jamás se pondría…
Antes pensaba que había un ‘nunca me lo pondría’, pero ahora hay cortes que por alguna razón me gustan. Es que cuanto más grande soy (en edad), menos prohibitiva lo soy en mi estilo.
¿Qué tesoros conserva en su ropero?
Una falda Escada dorada, divina, de 1980. Es una pieza que adoro y compré hace como 20 años en un lugar vintage en Berlín (Alemania).
Y ¿esa pieza que, sin pretenderlo, la haya llevado a tener una colección?
Los tenis. Tengo muchos porque me encanta estar cómoda. Bendita la persona que se puso tenis con vestido y las que le siguieron el cuento porque me parece delicioso ese plan.
Amparo Grisales defiende los tacones porque, dice, nos hacen ver más femeninas y estilizan la figura…
¡Ay, no! Yo pienso que sí o sí lo que debemos tener las mujeres es dispuesta la cabeza para echar pa’ lante y estudiar (risas). Eso es lo único indispensable, los tacones los podemos negociar.
¿Qué tan seguidora es de la ropa de segunda?
No me gusta mucho. Siento que energéticamente no me parece tan bueno, entonces prefiero cositas nuevas en mi clóset. En una época lo fui, pero más porque buscaba joyitas vintage.
¿Prefiere hacer compras online o es más del plan de ir a las tiendas?
¡Cero! Yo soy de ir a medirme la ropa, mirar y tocar. Es que si soy de las que piden todavía libretos en papel, ¡imagínate la viejera!
Una década favorita por su propuesta de moda…
Amo los setenta. Me gustan las botas, las minifaldas, los estampados, la línea larguísima en los ojos que reencaucharon de los años cincuenta, las uñas largas, los peinados con volumen. Priscilla Presley es de todo mi gusto.
¿Le gusta asistir a grandes ferias de moda?
No me han tocado las internacionales aún, pero siempre voy al Bogotá Fashion Week y a Colombiamoda. Es que yo empecé modelando.
¿Cuál es su mantra de moda?
¡Por favor, que en este mundo no me dejen ser pretenciosa!