¡La moda en Colombia está viva y es efervescente!

Hoy, cuando el planeta está intentando recuperarse del impacto económico y social de la pandemia, según expertos en moda consultados, soplan vientos alentadores para este sector. Así lo advierte Catalina Hernández Bernal, gerente de exportaciones Sistema Moda de ProColombia. “Según cifras de la Encuesta Manufacturera con datos al 2022, la producción y ventas de la industria han tenido un comportamiento histórico positivo, pasando de 4.004 millones de dólares en el 2021 a 5.006 millones de dólares en el 2022. Alrededor del 77 por ciento de las exportaciones colombianas de la industria en el 2024 fueron realizadas por MiPyMEs (micro, pequeña y mediana empresa)”.

El más reciente informe del Observatorio de Moda Inexmoda, Raddar y Sectorial también indica que este año hay una recuperación en el gasto superior a las cifras registradas en el 2024. En febrero pasado el gasto de los hogares colombianos en moda alcanzó los 2,88 billones de pesos, lo que representa un aumento del 4,86 por ciento frente a febrero del 2024. Esto quiere decir que se registró un crecimiento del 2,44 por ciento, impulsado por un incremento del 2,37 por ciento en los precios.

De acuerdo con la firma Raddar, los hogares iniciaron el 2025 con incrementos en el gasto real en moda y esta canasta junto con la de entretenimiento fueron las únicas en continuar con una tendencia alcista después de diciembre. Los consumidores colombianos han seguido invirtiendo más en vestuario, que representa el 49,5 por ciento del gasto en moda, seguido por artículos y rios personales con el 22,5 por ciento; calzado, 10,9 por ciento; servicios de vestuario y calzado, 9,6 por ciento, y ropa de hogar, con el 7,5 por ciento.

En el país esta industria mueve aproximadamente 34 billones de pesos al año, lo que equivale al 10 por ciento del PIB industrial, un dato que refleja la importancia del sector en la economía y su relevancia en el consumo de los hogares. Sin embargo, “la moda en Colombia casi es un bien rio, un bien de lujo que representa solo el 3 por ciento del gasto en los hogares, porque es considerada un bien de consumo importante, más no esencial en la canasta familiar. Aun así, no se puede desconocer su impacto en la economía y en la cultura, ya que también es generadora de empleo”, explica Sebastián Díez, presidente ejecutivo de Inexmoda.

Así también lo confirma Hernández, de ProColombia: “La industria de la moda colombiana está compuesta por un tejido empresarial de más de 30.000 empresas. En cuanto al desempeño exportador, 1.686 empresas lograron exportaciones por un valor superior a 10.000 dólares, llegando a más de 113 destinos”.

Colombia se ha posicionado en el mercado internacional como un proveedor de calidad y diseño, gracias a su capacidad empresarial de ajustarse a las demandas internacionales. Esta dinámica exportadora de la moda nacional, según ProColombia, ha llevado a que el país sea el primer exportador de fajas y ropa de control en las Américas y el segundo a nivel mundial. Y a que sea líder en América del Sur en ropa interior y jeans, así como primer exportador de confecciones en tejido plano y principal exportador de vestidos de baño, categoría en la que ocupa el tercer lugar en América Latina y el Caribe.

La pandemia aceleró cambios en el sector y dejó desafíos y lecciones, apunta Danilo Cañizares, consultor en moda y marketing y director académico Congreso Latinoamericano Ixel Moda. “Uno de los más importantes es el mensaje de la moda sostenible, que nos invita a no usar mezclas textiles que no sean biodegradables, a utilizar materias primas amigables con el planeta, desde el momento de generar la fibra hasta que se convierte en un producto terminado, y a no desarrollar propuestas de colección que sean muy de temporada, sino más durables en el tiempo”.

De hecho, el país está dando pasos importantes en ese sentido y es un referente de la industria de moda sostenible en la región: “Contamos con la primera planta de reciclaje PET en Suramérica y con la única máquina deshilachadora textil en Latinoamérica para transformar prendas posconsumo —complementa Hernández Bernal—. Existe también el proyecto textil más grande en generación de energía renovable con es solares”. Esto sumado a plataformas comerciales como Colombiatex de las Américas, que recibió el sello de sostenibilidad categoría oro por CO2CERO por sus buenas prácticas sostenibles y su impulso a la circularidad en la industria de la moda.

Si hay que hablar de los elementos diferenciadores que hacen a la moda nacional más competitiva en el mercado global, “sin duda uno es la confección colombiana, impecable en términos de calidad y destacable en Latinoamérica y países del Caribe —asegura el presidente ejecutivo de Inexmoda—. ‘Hecho en Colombia’ es un sello de calidad y nos confirma que la estética en diseño de la moda nacional es abundante, rica, elevada y tiene un alto nivel de diferenciación en contextos globales”.

La resiliencia, creatividad y diversidad del Sistema Moda en Colombia es lo que más destaca Verónica Pachón, gerente de Producto y Mercadeo de Lili Pink. “Somos un país con un ADN cultural y vibrante que se expresa en cada diseño y narrativa de marca”. Para empresarios como Juan Raúl Vélez, presidente de Cueros Vélez, “el verdadero poder de la moda colombiana está en su capacidad para diferenciarse, mantenerse fiel a su visión y adaptarse sin perder su esencia”. Eso y su capacidad para conectar con un consumidor cada vez más exigente y cambiante, que busca experiencias auténticas, sostiene.

La diversidad es otro gran diferencial, dice la periodista y experta en moda Pilar Castaño. “Nuestros diseñadores y empresarios llevan a otros países nuestra geografía, clima, cultura, mares, palmeras, cacatúas y todo nuestro característico colorido, y la gente nos toma como referencia porque somos tan importantes como la música hecha en Colombia, por eso estamos presentes en las pasarelas de Milán, París, Miami y Nueva York”, agrega Castaño, que en septiembre próximo viajará a la Semana de la Moda en Nueva York y al MOMAD en Madrid (España) con sus ‘Victorinos’, como llama a los proveedores, fabricantes, empresarios y diseñadores de denim del sector comercial de San Victorino.

Las escuelas de formación en diseño y negocios y las plataformas de promoción de la moda como Colombiamoda, Ixel Moda o Bogotá Fashion Week (BFW), esta última organizada por la Cámara de Comercio de Bogotá, también son claves para el crecimiento de la industria. Así lo confirman diseñadores como sca Sesana, fundadora de A Modo Mío, que se alista para su sexta participación en el BFW, o empresarios como Andrés Hurtado, de Edén Joyas, que acaba de representar al país en la Feria Mundial de Osaka 2025 en Japón como una de las marcas líderes en joyería sostenible de la región en el Pabellón Colombia.

La necesidad de diversificar los mercados y no depender de un solo país, así como fortalecer las marcas con identidad propia y apostarle a la sostenibilidad, son los desafíos que enfrenta esta industria, dice Catalina Hernández Bernal, gerente de exportaciones Sistema Moda de ProColombia.

Ahora bien, en cuanto a cuál es su gran diferencial, este reside en varios aspectos: “La creación de marcas propias, que han permitido que el ecosistema del emprendimiento florezca y que sea esta industria una gran incubadora de nuevas empresas. En los últimos cinco años el tejido empresarial ha crecido el 6 por ciento promedio anual, y más del 70 por ciento son empresas micros, pequeñas y medianas”.

En los nuevos escenarios del comercio mundial, la moda Colombia se presenta como una alternativa a las necesidades de los compradores internacionales, donde encuentran productos a precios justos, innovadores, durables, a la vanguardia y con buenas prácticas ambientales y sociales. Además, esta industria tiene una tradición de más de cien años e impacto en la economía colombiana; posee una oferta diversificada de productos, reconocidos por su calidad y diseños únicos y está a la vanguardia de las tendencias mundiales.