Este jueves el Consejo Superior Universitario (CSU) de la Universidad Nacional nombró a José Ismael Peña como el nuevo rector de la institución. Una decisión que terminó siendo polémica, en especial entre el movimiento estudiantil que tenía sus fichas puestas en otro aspirante. Tal ha sido el inconformismo que ese mismo día se registraron manifestaciones e incluso algunos de la comunidad educativa no han dudado en poner sobre la mesa la opción de irse a paro.
Pero, ¿cómo se llegó hasta este punto? ¿Por qué la designación de Peña ha causado tanto malestar y polémica, al punto que el mismo presidente de la República, Gustavo Petro, se pronunció sobre el papel que el Gobierno tuvo en el proceso?
La principal razón de este caso es que muchos estudiantes tenían la esperanza de que el abogado Leopoldo Múnera, exdecano de la Facultad de Derecho y ex vicerrector de la Sede Bogotá, fuera seleccionado por el CSU, ganador de la consulta interna hecha a la comunidad universitaria.
Múnera recibió el 34,3 por ciento de los votos en dicha consulta, mientras que Peña fue tercero con el 8,3 por ciento. Sin embargo, de acuerdo con los estatutos internos de la Universidad, los resultados de este proceso participativo no son vinculantes, aunque sí sirven para depurar la lista de aspirantes y conocer la voluntad de estudiantes, profesores y egresados. En este caso, se descartaron a cinco candidatos, mientras que los otros cinco, los de mayor votación, pasaron a ser considerados por el CSU.
El Consejo, máximo órgano directivo de la Unal, es el que tiene la última palabra en la designación de rector, como lo estipula el reglamento. De esta forma, no es necesario ser el más votado en la consulta para ser elegido, sino tener más votos en el CSU. De esta forma, no es la primera vez que la persona más votada no termina siendo designada. De hecho, para su primer periodo, la actual rectora Dolly Montoya (quien dejará el cargo el 2 de mayo) ocupó la quinta posición en la consulta.
“Es más raro que termine seleccionada la persona que gana la consulta. De hecho, en el año 2012 Leopoldo Múnera también se había postulado y ganó la consulta. Sin embargo, esa vez el elegido por el CSU terminó siendo Ignacio Mantilla”, explicó a este diario Hami Gómez, quien fue representante estudiantil de la Sede Medellín.
Este ha sido precisamente uno de los principales reclamos del movimiento estudiantil, no solo en la Universidad Nacional, sino en todas las universidades públicas del país. Una importante parte de este sector asegura que los mecanismos de elección de los rectores debe ser democrático, por lo que se debe respetar el resultado de las consultas.
Así lo explicó la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios de la Universidad Nacional: “Esta es una bandera histórica del movimiento estudiantil a nivel global y guarda sus cimientos en la consolidación de los centros educativos como templos de la democracia”.
Este año parecía que todo se conjugaba para que efectivamente el de mayor respaldo en la consulta terminara siendo elegido. En los papeles, contaba con al menos la mitad de los votos del CSU, compuesto por ocho con voto: la ministra de Educación, Aurora Vergara, dos representantes designados por el presidente de la República, una representante de los estudiantes, una de los profesores, uno del Consejo Nacional de Educación Superior (Cesu), un exrector y un miembro del Consejo Académico de la universidad.
En diferentes oportunidades el presidente Gustavo Petro anunció que el Gobierno respaldar los resultados de la consulta, por lo que a priori, Múnera contaba con el apoyo de los dos designados del presidente, la ministra y la representante de los estudiantes. Con un respaldo más, ganaría, voto que podría recibir de la representante de los profesores.
Pero esto no fue lo que ocurrió, y lo que parecía el escenario ideal para que Múnera fuera designado luego de previos intentos de ocupar el cargo, no se dio, provocando malestar entre los estudiantes, quienes llegaron a culpar a los del CSU del Gobierno, señalándolos de no cumplir el compromiso de respaldar la consulta.
El propio presidente Petro salió a desmentir los rumores, afirmando que sus designados respaldaron a Múnera y, agregó: “Trabajaremos con el rector que al final determine la universidad, pero nos parece un exabrupto que el CSU no haya elegido la persona que ganó en elecciones en todos los estamentos universitarios. Es un golpe antidemocrático contra el estudiantado, el profesorado, y las y los trabajadores de la universidad”.
Nos parece un exabrupto que el Consejo Superior no haya elegido la persona que ganó en elecciones en todos los estamentos universitarios. Es un golpe antidemocrático
EL TIEMPO pudo determinar que la elección de Peña como nuevo rector fue posible gracias al método de votación elegido por el CSU durante la sesión del jueves y propuesto por Ignacio Mantilla, representante de los exrectores, en el cual los del Consejo votaban por rondas por dos o más aspirantes, se sumaban los votos y se iban descartando los que acumularan menos respaldos.
De esta forma, Múnera fue descartado en una de estas rondas, siendo finalistas José Ismael Peña y Raúl Esteban Sastre, entre los cuales se eligió por votación directa, procedimiento en el que el primero fue el vencedor.
¿Vienen cambios en la elección de rectores?
El mecanismo fue cuestionado por la ministra Vergara, quien aseguró que como miembro del CSU votó en contra de este procedimiento, y reiteró que el Gobierno considera necesario un cambio en la forma en que se eligen los rectores de las universidades públicas, un tema que podría ser incluido en el el nuevo proyecto de ley de Educación Superior que se espera que sea presentado en la segunda mitad de este año,
“Lo ocurrido y las voces de protesta del movimiento estudiantil y profesoral, así como de otros sectores de la sociedad, revelan que las instituciones de educación superior deben sostener un diálogo interno y nacional sobre los mecanismos de designación de sus autoridades. Transformar el Sistema de Educación Superior de Colombia es fundamental para democratizar la toma de las decisiones”, enfatizó la funcionaria.
Se trata de un debate polémico que, de acuerdo con analistas consultados por este diario, abriría la puerta a que las universidades se conviertan en escenario de campañas políticas.
MATEO CHACÓN ORDUZ | Redacción Educación