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‘Gobierno y Congreso deben representar la unidad nacional y no la división’: Roy
El presidente del Congreso habla de la nulidad de su elección, la cual –dice– no veía venir.
El presidente del Congreso, Roy Barreras, en entrevista con EL TIEMPO, habla de la nulidad de su elección, la cual –dice– no veía venir. Analiza el discurso del balcón de Petro y dice que confía en recomponer la coalición.
No. No la veía venir. Es una decisión que respeto, como debe hacerse con los fallos de los jueces. Pero es insólita. La doble militancia implica militar en dos partidos al tiempo y cuando a usted lo expulsan de un partido, ya no milita en él. Pero es un asunto de los abogados y serán los jueces quienes determinen cuál es el restablecimiento de los derechos de los electores que han confiado en nosotros.
Algunas voces en el Pacto hablan de persecución política porque es la segunda elección que les declaran nula...
No voy a atrincherarme en el viejo argumento de que hay una persecución política. Mucho menos de parte de los jueces. No había jurisprudencia y había un vacío legal. No hay norma que determine qué hacer en los casos de expulsión. Lo que es cierto es que quienes meten las demandas tenían la intención de sacarme del juego. A ellos les digo que celebren su victoria parcial. No celebren mucho.
¿Va a usar todos los recursos para quedarse?
Es asunto de los abogados, ellos determinarán si vale la pena o no apelar a través de tutela; así como el asunto de mi salud es asunto de los médicos. Mi tarea es trabajar hasta el último día en la causa que vale la pena. La causa es Colombia.
¿Qué lectura hace del discurso del presidente Petro en el balcón?
Durante la campaña convivimos con dos visiones de la democracia: la representativa liberal, en la que yo milito, y la directa o plebiscitaria, que es más cercana a la izquierda. Recorrimos el país con el entonces candidato Gustavo Petro agitando las banderas liberales, que no son otras que las de los derechos individuales y, sobre todo, la defensa de las instituciones, que implican esa representatividad. Pero, también, la Constitución de 1991, por aporte del M-19, incluyó figuras de la democracia plebiscitaria. Espero que en el Gobierno se refleje la convivencia entre esas dos visiones.
Son las instituciones los canales adecuados para hacer las reformas. Me preocupa que la conflictividad social en las calles puede derivar en conflictividad violenta que no le resuelve a nadie nada. La aprobación del Plan de Desarrollo sin una coalición y con unos ministros que llevaban un día en su cargo demuestra que el Congreso, cuando se construye concertación, le cumple a Colombia y aprueba las reformas de manera razonable y pacífica en la casa institucional del Congreso y no la conflictividad social de las calles. Le apuesto a aferrarnos a las instituciones.
La vicepresidenta de la República, Francia Márquez, llegó en la madrugada de este viernes 4 de mayo al Congreso. Foto:César Melgarejo / EL TIEMPO
¿Cree que fue un discurso radical?
Mi papel en la campaña y mi papel en la presidencia del Congreso es aportar una visión liberal, demócrata e institucional. Lo seguiré haciendo y, por supuesto, tenemos orientaciones ideológicas distintas con el Presidente, pero ambos, Presidente de la República y presidente del Congreso, tenemos la misma responsabilidad: gobernar y legislar para los 50 millones de colombianos y no para un solo sector.
El discurso que usted dio el martes en el Senado fue destacado porque hizo un llamado a la calma. Insistió en que si hay que hacer una convocatoria, es a 50 millones de colombianos y no a 11, como lo dijo Petro...
Lo dije el 7 de agosto en la posesión del Presidente: tenemos la responsabilidad de escuchar todas las voces, las de los 11 millones que votaron por nosotros, incluyéndonos a los liberales independientes que ganamos esa elección acompañando al presidente Petro. Pero también tenemos la obligación de escuchar a los 10 millones y medio que no votaron por nosotros y al resto de los colombianos que no votaron. Tanto el Gobierno como el Congreso tienen que representar la unidad nacional y no la división. Y quiero recordar que el Congreso tiene esa naturaleza. Cerca de 20 millones de colombianos eligieron el Congreso. Aquí está Colombia entera.
Este discurso se dio en medio del remezón ministerial. ¿Esperaba que pasara tan pronto?
El cambio ministerial es fuero presidencial y tiene derecho a hacer el giro a la izquierda.
El gobierno del presidente Petro es un gobierno distinto y así tiene que ser porque es el primero de mayorías de izquierda democrática en su conformación. Claramente, hay un giro a la izquierda en el gabinete, pero el Presidente tiene derecho a hacer los cambios que quiera y a nombrar a quien le parezca. Ese es el fuero presidencial. Nosotros seguiremos cumpliendo con la tarea de canalizar el justo reclamo popular a través de las instituciones, evitando formas de conflictividad social. Colombia no merece más polarización, más inseguridad ni violencias en las calles. La aprobación del Plan de Desarrollo, déjeme insistirle, es la respuesta más institucional posible a las voces radicales que, en ocasiones, exacerban ánimos y que no le ven solución a nada. Venimos de dos conmociones: el cambio ministerial y el llamado a discutir en las calles. El cambio ministerial es fuero presidencial y tiene derecho a hacer el giro a la izquierda. Frente al llamado a las calles, siempre será bienvenida la presencia pacífica y la movilización tranquila. Debo decir, con toda claridad, que allí no se construyen soluciones. Colombia necesita soluciones y no agitaciones.
¿Qué opina de la salida del ministro José Antonio Ocampo?
Al inicio del gobierno hubo una presencia de ministros de origen liberal: Cecilia López, Alejandro Gaviria, Ocampo, el propio ministro Reyes, siendo conservador. La salida de estos ministros implica, evidentemente, un giro hacia la izquierda.
¿Y cómo toma la salida de la ministra Corcho, a quien usted tildó de radical?
El cambio que necesita Colombia y que quiere el presidente Petro, porque a él verdaderamente le duelen los pobres, son las reformas, y las reformas se logran concertando. Gobernar es concertar. La ministra Corcho hizo imposible el diálogo. El nuevo ministro, colega mío, médico, Guillermo Alfonso Jaramillo, es un ministro de talante más dialogante, más democrático. Confío en que la semana que se inicia pueda destrabarse la reforma de la salud, de manera que se mejore el sistema sin que los colombianos pierdan el aseguramiento que hoy los protege.
Es decir, la salida de Corcho puede destrabar la reforma...
Confío en que así sea. Y también confío en que las buenas maneras de la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, permitan, con la voluntad de todos los partidos, a quienes llamo a sumarse al cambio y no a la oposición inútil, aprobar en la próxima semana el primer debate de la reforma pensional.
¿Y el ministro Prada?
El ministro Prada viene de mi misma casa ideológica y, por supuesto, para nosotros era la presencia de alguien muy cercano. Reitero que respeto el fuero presidencial.
¿Cómo recibe la llegada de Luis Fernando Velasco?
El ministro Velasco ha sido un hijo del Congreso, lo conoce, ha sido compañero nuestro durante años, tiene la experiencia y el liderazgo suficiente para ayudarnos a recomponer la coalición, que es lo que yo espero que podamos hacer. Los médicos estamos acostumbrados a hacer maniobras de reanimación. Vamos a aplicarle maniobras de reanimación a la coalición porque un gobierno joven como este necesita, sin ninguna duda, gobernabilidad y favorabilidad. Sin gobernabilidad, que es la construcción de consenso, no hay reformas. Y sin reformas no hay el cambio justo que quiere el gobierno Petro y que reclaman los colombianos.
¿Cree que el Presidente se anticipó con el trino en el que dijo que la coalición había terminado?
A nosotros, por fuera de la mente del señor presidente, nos resulta imposible examinar sus procesos de decisión. Pero, por supuesto, un gobierno que lleva apenas nueve meses necesita consolidarse en dos pilares: gobernabilidad y favorabilidad, en cualquier lugar del mundo. Si se pierden esos dos pilares, los gobiernos tienen dificultades para adelantar sus programas de reformas. Por eso, haremos lo posible para ayudar a reconstruir una coalición de gobierno que le apuesta al cambio.
Roy Barreras, presidente del Senado. Foto:Sergio Acero. EL TIEMPO
¿La posibilidad de ir voto a voto para sacar adelante las reformas no es ir en contra de la institucionalidad de los partidos?
Espero que no sea de esa manera por una razón institucional. Las instituciones son: el Congreso, el Banco de la República, las cortes, los gremios, los empresarios, los medios de comunicación y los partidos políticos. De manera que el diálogo debe ser con los partidos políticos. Existen leyes de bancada, respeto por la autonomía de las colectividades y me parece que la fragmentación no conversando con tres o cuatro partidos de gobierno, sino con centenares de congresistas de manera individual conduce al caos y a la deslegitimación de las decisiones. Y a la incertidumbre de los resultados porque depende de la voluntad de centenares y no de la posición política razonable de las colectividades.
Y abre la puerta a decir que hubo ‘mermelada’...
Llevo una década tratando de cambiar el sistema clientelar de la individualización de las decisiones que es el sistema de la lista abierta corrupta, donde se cambian votos por prebendas. Por supuesto, no podría dejar de rechazar que esa práctica clientelar se traslade a las decisiones del Congreso. Las decisiones tienen que ser institucionales, pensando en el bien del país, en la necesidad de cerrar la brecha social, de parar las violencias para que Colombia sea la tierra tranquila y productiva que todos los colombianos merecen y eso se hace concertando y construyendo soluciones y no dividiendo el país entre amigos y enemigos del cambio.
Las instituciones son: el Congreso, el Banco de la República, las cortes, los gremios, los empresarios, los medios de comunicación y los partidos políticos.
¿Cree que sí se va a alcanzar a aprobar las reformas en seis semanas y media que queda de legislatura?
Aprobado el Plan de Desarrollo, la meta inmediata que nos proponemos es que en la Comisión VII del Senado pueda aprobarse la reforma pensional, que tiene un consenso bastante avanzado. Esperamos que, simultáneamente, en la VII de la Cámara, pueda destrabarse la reforma de la salud gracias a la llegada del nuevo ministro, para construir un proyecto que recoja la voluntad de todos, sin radicalismo. Y, simultáneamente, en la Comisión I del Senado podamos avanzar en la ley de sometimiento a la justicia sin que signifique una patente de corso para la liberación masiva de narcotraficantes y sin garantía de seguridad para los colombianos. Y con ilusión espero que tengamos noticia sobre el cese de fuego con el Eln, a ver si esa organización comprende que esta es una oportunidad histórica también para ellos y para Colombia.
Básicamente, esta semana que se inicia sabremos si alcanzarán los tiempos...
Si avanzamos en esas reformas, podemos, entonces, cumplir con el cronograma. Pero he dicho que hay que trabajar más y que, seguramente, se necesitan sesiones extras porque, a estas alturas, no quedan sino seis semanas cortas y resulta imposible aprobar en seis semanas cuatro debates, por ejemplo, del proyecto de reforma laboral. Esta avanzará en dos debates y solo en extras o el segundo semestre del legislativo podría salir adelante.
¿Cómo va su baile con la muerte, la lucha contra el cáncer?
Bien. Me bailo la muerte en el sentido de que no le temo y que invito a todos a que le pierdan el miedo a esa flaca celosa que no puede ensombrecer los días de la vida. La muerte es un problema de los que se quedan, la vida es un problema tuyo, así que vive tu vida es el mensaje de ese libro que presentamos en la Filbo. Me concentro en mi trabajo. El problema de mi salud es trabajo de los médicos. Tendremos un día de decisión importante el 22 de mayo, cuando el equipo médico decidirá si mi tratamiento ha terminado o si necesito una intervención quirúrgica.