El reversazo de Galán con la Séptima

Después de anunciar un control al tránsito vehicular por el corredor exclusivo de la Carrera Séptima, el alcalde Carlos Fernando Galán se vio obligado a matizar la medida ante la avalancha de críticas. Las voces en contra señalaban que la decisión afectaba principalmente a los conductores de vehículos particulares, quienes solo podrían circular por un carril sin restricciones, ya que los otros dos estarían destinados al tránsito de bicicletas y buses de transporte público.

Aunque la propuesta inicial generó polémica, estaba respaldada por datos contundentes: más de la mitad de las personas que se movilizan por este corredor lo hacen en transporte público. En horas pico, esto equivale a 110.400 viajes por hora. En ese contexto, destinar un carril preferencial para los buses del SITP podría mejora significativamente los tiempos de desplazamiento para miles de estudiantes y trabajadores que recorren el corredor oriental de la ciudad.

Sin embargo, como suele ocurrir cada vez que una istración intenta intervenir la Carrera Séptima —especialmente a la altura de Chapinero—, las reacciones adversas superan a las favorables. De hecho, este tipo de medidas ya le habían pasado factura política a Galán en su primera campaña para llegar al Palacio Liévano.

Tras el anuncio inicial de la Secretaría de Movilidad, que contemplaba fortalecer los controles y sancionar con cámaras de fotodetección la invasión de carriles preferenciales, el Distrito incluso publicó un documento pedagógico explicando los alcances de la medida. No obstante, ante la fuerte polémica, el mismo alcalde tuvo que salir a aclarar que las multas solo aplicarían para quienes estacionen en el carril preferencial o bloqueen una intersección, una postura muy distinta a la planteada originalmente. El documento fue retirado de la página oficial de la Secretaría, aunque lo comparto para fines ilustrativos en el siguiente enlace: https://we.tl/t-XLx3idnbMP.

Tomar decisiones en materia de movilidad nunca es fácil, y menos cuando son impopulares. Pero cambiar de postura denota improvisación y envían mensajes contradictorios a la ciudadanía.

Intervenir la Séptima siempre será un reto, más aún considerando que deberá absorber parte del tráfico vehicular que saldrá de la Avenida Caracas una vez entren en operación la primera línea de metro y se reduzca el espacio para los carros particulares. Pero el fin lo justifica, pues es necesario priorizar a peatones, ciclistas y s del sistema TransMilenio y del metro.

Lo cierto es que, en cualquier escenario, se hace imprescindible intervenir el tramo de Chapinero de la Séptima. Más aun, cuando en los próximos meses comenzarán las obras del Corredor Verde entre la calle 100 y el borde norte, y tanto el alcalde actual como quien lo suceda deberán tomar decisiones firmes para evitar que este eje vial se convierta en un cuello de botella para carros, motos y transporte público.

ÓMAR ORÓSTEGUI

Director Govlab

Universidad de La Sabana