En las últimas semanas he participado como asistente a unos “diálogos” sobre reforma laboral y pensional y quiero transmitir mis impresiones.
En primer lugar, en muchos de estos diálogos —por ejemplo, en las audiencias que convocó el Congreso— el tiempo concedido a los expositores era limitado a cinco, y en los mejores de los casos a siete, minutos. He conversado con algunos de los expositores y coincidimos en que con tan poco tiempo a disposición no se logra desarrollar algún discurso coherente y completo dada la complejidad de los temas a desarrollar. Además, en algunos casos, los expositores ni siquiera podían exponer sus proprios argumentos, sino que debían contestar preguntas orientadoras, es decir preguntas que los organizadores del evento —y no el invitado a hablar— consideraban importantes.
Una frase muy recurrente en estos foros por parte de los defensores de la propuesta gubernamental de reforma laboral es que ella no busca generar empleo porque se fundamenta en un enfoque de derechos. Esta afirmación resulta un poco extraña y debería calificarse mejor. A la luz, sobre todo, de lo que se afirma en la exposición de motivo del proyecto de ley que se radicó. Por ejemplo, en la pagina 117 se lee que: “Mejores empleos implican mayor demanda de bienes y servicios a las empresas… y consecuentemente aumento en el empleo”. Lo que se deduce es que, según los autores, la mayor estabilidad del empleo y los mayores ingresos de los trabajadores que propiciará la reforma aumentarán las ventas de las empresas y con ello se estimulará el empleo.
con tan poco tiempo a disposición no se logra desarrollar algún discurso coherente y completo dada la complejidad de los temas a desarrollar.
Más adelante, en la pagina 118 de la exposición de motivos se afirma que la reforma incluye “cuatro medidas que impactarán positivamente la formalización laboral”. Estas serían lo dispuesto acerca del contrato de aprendizaje y de los trabajadores de plataformas, del servicio doméstico y del campo. Pero ¿entonces? ¿Esta reforma laboral genera o no empleos? ¿O generará solo empleo formal? Como también pretendían hacerlo las anteriores.
La opinión de quien escribe es que la reforma laboral no tendrá efectos positivos sobre el empleo, pero tampoco dará lugar a masivos despidos como pregonan los que se oponen al proyecto. Lo que sí se afectará será la generación de nuevos empleos, adicionales a los existentes.
Asimismo, quienes defienden el articulado de la reforma sostienen que por 22 años los derechos laborales de los trabajadores han sido recortados. En realidad, esta afirmación no hace justicia con los innegables avances que han beneficiado a los trabajadores en ese periodo.
Tomando como punto de partida en año 2002, por ser el año de la última reforma laboral que supuestamente recortó unos derechos laborales, en seguida recordamos algunos de estos avances.
El salario mínimo aumentó en términos reales, después de haber descontado la inflación, en un 25 por ciento por ciento. Se unificaron las prestaciones y los servicios sanitarios entre régimen subsidiado y contributivo de salud. Se aumentaron las semanas de licencia de maternidad remunerada de 12 a 18 y se introdujo la licencia de paternidad, inicialmente de ocho días, luego ampliada a dos semanas y con la posibilidad de ser extendida hasta las cinco semanas si el desempleo disminuye. Se estableció el día de la familia, una jornada semestral en que los trabajadores pueden compartir con sus familiares en un espacio suministrado por el empleador o en uno gestionado por una caja de compensación familiar. La Ley 2101 de 2021 ya prevé que las horas semanales de trabajo bajen a 42 en 2026, de forma progresiva a partir de julio 2023.
En fin, se necesitan foros con más diálogo y más tiempo para aclarar posiciones.
STEFANO FARNÉ