Y también el alcalde Eder, que ha trabajado. El petrismo vive las mieles de organizar la COP16, que anda muy exitosa. Ojalá no resulte un seminario de "pura y refinada carreta" con ilusos soñadores que imaginan limpiar este mundo en tres meses. La COP nos ha costado millonadas y queremos que no sea un reparto de fotos y condecoraciones. Buenas buenas: veo a quince mil ecologistas en Cali gastando sus viáticos en restaurantes, bares y bailaderos de salsa. Rico Cali con mil mujeres en ropas livianas en la avenida sexta.
Hay 15.000 ecologistas en la capital del Valle preguntando qué tan popular es el petrismo. No mucho, Gustavo Petro y su gobierno en encuestas marcan solo 36 a favor y 64 en contra. Punto.
Lo decía un senador sensato: "El político más apaleado y perseguido de Colombia es Álvaro Uribe, un abogado católico, hacendado, que estudió en Harvard y Oxford y extraditó a USA a 12 violentos con ‘ejército propio’. Uribe ha salido ileso de ocho atentados a muerte. Le cobran que dejó la presidencia aplaudido por el 79 %. Que arrinconó a la guerrilla Farc", pero las Farc con avispados políticos montaron el ‘Acuerdo de La Habana’, generoso en curules, justicia blandita y mil gabelas. Punto.
Gustavo Petro sí tiene pueblo, pero menos. Se les encareció la vida, los alimentos y los servicios públicos.
Los acusadores de Uribe recorrieron cárceles gringas prometiendo gabelas a quien lo acusara. A él le chuzaron su teléfono 35 días seguidos, a su defensa jurídica le niegan pruebas. Acabar políticamente a Uribe fue un plan exitoso de la izquierda jurídica. Punto.
Veo en Cali a ecologistas preguntando: ¿Quedó algo del expresidente Uribe? Les dirán que tiene apoyos en el empresariado y las clases medias. Que fue víctima de persecución por sujetos que extraditó a USA, hoy poderosos.
Gustavo Petro sí tiene pueblo, pero menos. Se les encareció la vida, los alimentos y los servicios públicos. El petrismo gasta millonadas en autos blindados, embajadas inútiles, turismo hacia el exterior y asesores costosos, útiles electoralmente. Y Petro, obvio, quiere reelegir a su partido. Punto.
Entérense, ecologistas visitantes en Cali: aquí no hay 'golpe de Estado en marcha'. Nadie quiere sacar a Petro. Ellos hacen un dramático victimismo para conseguir votos y tienen fama de inexpertos gobernando. Buenas buenas, bienvenidas las brujas. Y colorín colorado...