Palestina es el nuevo Vietnam

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Estados Unidos ha mantenido el cuestionable apoyo a ese horripilante genocidio, por ser Israel un país aliado. Biden insiste en un apoyo cada vez más insostenible, reuniéndose con víctimas del grupo terrorista palestino, Hamas, y, más recientemente, condenando las protestas pro Palestina que han brotado en más de setenta campus universitarios a lo largo y ancho del país, calificándolas de violentas e inaceptables.

La represión policial en las universidades se ha extendido incluso a docentes, los cuales han sido encarcelados por estar presentes en las manifestaciones. Por no hablar de las “contraprotestas” de quienes apoyan el ataque israelí en Gaza, reaccionando con violencia en las acampadas universitarias pro-Palestina.

La triste realidad de esta ecuación es que Biden está perdiendo el apoyo de jóvenes demócratas que consideran inaceptable el apoyo a Netanyahu, en medio de una contienda electoral que podría darle la victoria en noviembre a Donald Trump. Recordemos que Trump lideró un golpe de Estado que pudo resultar en la muerte de Nancy Pelosi, Mike Pence y que pudo dar lugar al fin de la democracia en Estados Unidos.

No es poco lo que está en juego: la ceguera de Biden frente a Israel podría costarle a Estados Unidos su sistema democrático y puede representar el inicio del fin de su liderazgo en el mundo como potencia económica y como referente cultural y político.

No es hora de que los demócratas se duerman en los laureles del triunfo de Biden, el deterioro en materia de derechos humanos ha seguido su curso desde la presidencia de Trump, con el denominado Proyecto 2025, quitándoles sus derechos a las minorías y a la mujer. El apoyo de Biden al genocidio israelí en Palestina es sólo la punta del iceberg y se suma a un clima creado por su antecesor, de radicalismo extremo e intolerancia.

Hoy es delito abortar en Estados Unidos, hoy es delito dictar clases conectadas con diversidad, equidad e inclusión, hoy es delito poner una carpa en un campus universitario y protestar contra el genocidio. Ese país no es el mismo de 2016, los ciudadanos están exhaustos de ataques permanentes a sus libertades y apenas si se han recuperado de la muerte de millones de seres queridos durante la pandemia del covid-19.

En medio del cansancio y el dolor, hoy el país se está uniendo contra la violencia en Palestina, lo que sin duda evocan las marchas multitudinarias contra la guerra en Vietnam. El ataque de Israel a Palestina es indefendible, y esto lo dicen incluso parlamentarios demócratas como Bernie Sanders: estar en contra del ataque israelí a Gaza no es antisemitismo, y nada justifica la muerte de decenas de miles de civiles inocentes bombardeados desde el cielo o aniquilados de física hambre. El pueblo estadounidense está harto y exhausto. Es hora de que Biden se ponga del lado correcto de la historia para proteger, no sólo a la comunidad palestina, sino a su propia nación de un régimen extremoderechista con la posible reelección de Donald Trump.

@caidadelatorre