Nadie puede hacer bien su trabajo si tiene al jefe en contra. Y no solo al jefe, sino a sus dos principales asesores de cabecera. Algo así pudo haberle ocurrido a Francia Márquez, sacada del Ministerio de Igualdad tras atreverse a hablar sin tapujos en el consejo televisado de ministros, donde protestó abiertamente sobre decisiones y dinámicas internas, expresó dolor por la mala suerte de su gente e hizo señalamientos contra las dos principales ovejas del rebaño del Presidente: Laura Sarabia y Armando Benedetti.
Oveja que bala, bocado que pierde. Por hablar demasiado la sacaron del Ministerio de Igualdad, pese a haber llevado millones de votos y el mayor eslogan de todos los tiempos a una campaña presidencial: “Vamos a vivir sabroso”, estribillo que movió masas y tocó corazones de ciudadanos pobres, aplastados, humillados, maltratados. Millones de nadies que, gracias a Francia, votaron por Gustavo Petro con el sueño de un gran cambio en sus vidas vacías de oportunidades, pero llenas de trabajos forzados, mal pagados y sin descanso.
Oh, paradoja del destino: nadie vivió sabroso y Francia Márquez salió del Ministerio de Igualdad a las patadas, maltratada, desechada, ninguneada. Ministerio que había sido creado para ella, diseñado para ella, hecho a la medida de ella. Nadie mejor para ocupar esa cartera que una gran lideresa social y defensora a ultranza de los derechos humanos y de las comunidades afrocolombianas del Cauca, dedicada a cerrar brechas sociales y acortar distancias de raza. ¿Cómo terminó siendo la oveja negra dentro del Gobierno cuando tenía todo para alcanzar el éxito y la fama?
Por hablar demasiado la sacaron del Ministerio de Igualdad, pese a haber llevado millones de votos y el mayor eslogan de todos los tiempos a una campaña presidencial: 'Vamos a vivir sabroso'
De un lado, la enemistad con Petro-Sarabia-Benedetti, cuya animosidad se elevó cuando lavó los trapos sucios del Gobierno en televisión y sin medir palabras. Aversión y envidia, pues Francia es amada y reconocida fuera de Colombia como ninguno en esa triada. En octubre pasado, la Universidad de Harvard le otorgó la medalla WEB Du Bois, que concede a líderes mundiales por sus contribuciones a la cultura africana. Y los congresistas norteamericanos del Black Caucus la reciben siempre como a una diosa coronada.
De otro lado, Francia también falló por falta de conocimiento: bajísima ejecución, floja istración, regular gestión y festín de burocracia con 740 puestos y 5 viceministerios. Le faltó conocimiento del Estado y se quedó corta en el esfuerzo. Tenía las ganas, pero no las herramientas necesarias para saber cómo es el proceso para ejecutar un presupuesto.
Fracasó, además, porque la igualdad no se crea de la noche a la mañana, ni se consigue únicamente con quererlo. Es una lanza transversal que atraviesa muchos campos y varios ministerios: al agua, saneamiento básico, educación, infraestructura, posibilidades de empleo, al crédito, a tierras y tributación justa.
Si tuviéramos una mejor tributación, con menos distorsiones y excepciones, se disminuiría la desigualdad mucho más de lo que logran los programas para llevar alimentos a las minorías afrocolombianas. Mejor tributación para dar más recursos al presupuesto nacional e irrigar los programas que pretenden alcanzar una mayor equidad e igualdad en materia de género, raza, educación y clase social.
También se reduciría la desigualdad si se combate la corrupción, un problema generalizado que le cuesta a los colombianos unos 50 billones de pesos al año. ¿Cuántas denuncias públicas hizo Francia Márquez sobre saqueos al erario, como para venir ahora a decir que su vida corre peligro por denunciar la ladronera dentro del Estado? ¿Cuántos entramados destapó y cuántas pruebas entregó a la Fiscalía General de la Nación? Nadie en todo el país le ha escuchado una denuncia de corrupción, pero su ruptura con Petro-Sarabia-Benedetti deja gravitando esa preocupación.
Se va Francia Márquez del Ministerio de Igualdad por no hacer nada y porque se echó en contra a Petro-Benedetti-Sarabia. No obstante, es justo reconocer el carácter que tuvo para poner en evidencia lo que se ha intentado ocultar en la dirección gubernamental, tanto en su calidad de vicepresidenta, de ministra, de mujer y de afrocolombiana.
¿Sacará réditos de todo esto para una futura campaña?
PAOLA OCHOA
En X: @PaolaOchoaAmaya