Llega el gobierno del presidente Duque a tres meses en la casa de Nari, con un estilo tranquilo y conciliador. Le critican que poco se siente, que viaja mucho. Aunque la verdad, lo hemos visto en distintas zonas del país. Otros dicen que reacciona sobre la marcha. Le ha tocado, sobre la marcha de estudiantes y maestros.
Pues aquí lo tenemos, recién bendecido por el Papa, queriendo gravar la papa. Yo sé menos de economía que las gallinas de planificación familiar. He pensado que cuando se habla de pánico en las bolsas es cuando uno va al urólogo, o incluso al pagar impuestos; creo que nuestro producto interno bruto son los corruptos; la deflación me suena a enfermedad estomacal; creo que un duopsonio son dos cantantes de rock; o que la elusión es un sueño frustrado. Y sufro, como muchos, y como unas madres, de retención en la fuente.
Poco entiendo de la ley de financiamiento, acerca de gravar con IVA un 80 por ciento de la canasta familiar. La gente dice que nos van a poner en la cruz antes de Semana Santa. Que será muy difícil devolverlo a los que viven mirando al techo por debajo de la línea de pobreza, 4,3 millones de hogares, que se identifican por la encuesta del Sisbén. ¿Pero luego allí no dicen que hay más colados que en ‘transmilleno’? Se comenta que todo subirá sin control, porque los vivos aprovechan. Pero los expertos afirman que eso funciona bien en varios países.
Sin embargo, que no panda el cúnico. Casi todos los gobiernos llegan a quejarse de la olla raspada, a buscar plata y presentan su reformita. Y proponen IVA como arroz a la canasta familiar. Pero al final, la vida sigue igual. El Gobierno queda con un 40 % de popularidad, más IVA, y ese impuesto a la canasta pasa al canasto. Se cae. Esta vez creo que no pasará.
Hay varios motivos. Uno, porque los congresistas están con tendencia a la baja, pues mientras el Gobierno propone más impuestos –¿no que no?, dijo Cantinflas– ellos, en los proyectos anticorrupción, van a paso de tortuga con esguince de tobillo. O no van, pues el ausentismo sigue presente. Ya le hicieron la elusión al límite de tres periodos; anda en peligro de hundirse el que establece que los delitos contra la istración pública no deben prescribir; además de los que buscan ponerles tope a los salarios de los congresistas. ¿Cómo, con ese ambiente, pasa un IVA a la canasta familiar?
Otro, porque tiene más ambiente un condenado a inyección letal. Hasta el expresidente Uribe salió a pedir al ministro Carrasquilla buscar alternativas distintas. Lo sensato sería que se unan, como lo hicieron esta semana para la reforma de la JEP. Se calificó de histórico el encuentro de Iván Cepeda, Álvaro Uribe, Gustavo Petro, Paloma Valencia, María Fernanda Cabal, Antonio Sanguino, los exguerrilleros de las Farc Pablo Catatumbo, Carlos Antonio Losada y Victoria Sandino, entre otros. Qué bonita familia. Esa reunión no la soñaba ni el Papa. Pero se dio, y hablaron cara a cara, sin barreras. Bueno, con Barreras, porque Roy también estaba.
Esto fue un respaldo a la paz de Santos, que ya no será hecha trizas. ¿Por qué no se dio antes esta actitud constructiva, con grandeza, que pedíamos? ¿No se habría evitado el referendo? Sigan por ahí, que la discusión respetuosa y con altura es el camino.
En esto de la reforma, que es mucho más de fondo que el IVA, también podrían sentarse todos a hablar, buscando soluciones, que no haya cruz para la clase media. Yo propongo que se castigue la evasión al fisco con cárcel efectiva. Que se cree un articulito en que se expropien todos los bienes de los corruptos, que deben quedar por debajo de la línea de pobreza; que haya guerra frontal al contrabando, que se reactiven urgentemente las obras públicas. Huy, me estoy volviendo economista.
LUIS NOÉ OCHOA