Muchos periodistas en el exterior se pelean por venir a Colombia, saben que aquí el menú periodístico es jugoso, donde senadores imponen directores de aduanas con ganancias multimillonarias. Hoy, los 167 periodistas visitantes leerán la investigación de la revista Cambio, donde una consejera presidencial podría haberle contado a la Fiscalía General que le entregó, en un desayuno, mil quinientos millones de pesos al presidente del Senado.
Otro escándalo: que esos 1.500 millones para el presidente del Senado salieron tramposamente de la Unidad para la Gestión del Riesgo, la que auxilia a las víctimas en las catástrofes e inundaciones.
Una crítica de cine, madame Verdurin, me dijo el sábado en la Feria del Libro que ese desayuno nos salió tan costoso como el de la película Desayuno en Tiffany’s, donde la bella actriz Audrey Hepburn nos contó su excitación por los diamantes.
A los periodistas visitantes les faltará tiempo para preguntar sobre el encontronazo entre el presidente Petro y su excanciller, Álvaro Leyva, quien, en carta pública, lo acusó de “drogadicto” por algo que pasó en París. ¿Hubo filtración de la policía parisina al excanciller Leyva? Aquí muchos colegas la comentan como cierta, a mí me sonó lunática y mentirosa.
Otra bomba periodística tienen hoy los colegas extranjeros: que el expresidente de Colombia Álvaro Uribe, hoy jefe máximo de la oposición al bloque izquierdista gobernante, será condenado en un juicio rocambolesco y controvertido por abundar pruebas falsas en su contra. Seguro, hay periodistas afortunados, les tienen un menú con filetes de oso polar bañados en caviar, el gran antojo del sibarita-poeta Pablo Neruda.
Otros novelones les contarán en Bogotá, digamos las garroteras entre ministros petristas, la caliente controversia porque el actual ministro de la política, Armando Benedetti, declaró a la revista Cambio haber sufrido 30 años su afición al licor y la cocaína. A este ministro, el excanciller Leyva lo señaló de “drogadicto”, pero antes lo nombró embajador en Venezuela.
Docenas de periodistas visitando la Feria del Libro, allí les comentarán que el presidente Petro llamó “ese h. p.” al presidente del Senado, Efraín Cepeda, y luego mejoró ese “h. p.” en “honorable parlamentario”. Por ser Colombia un país rocambolesco y alucinante es por lo que diariamente ocho mil periodistas quieren visitarnos.
PONCHO RENTERÍA