Desde los 4 años comencé a moverme por el país, cuando salí de la finca paterna en Armenia y me fui remontando el río Quindío queriendo encontrar su origen. A los 3 días me encontraron casi muerto de frío y de hambre “por allá arriba”. A los 7 subí a la cumbre del Nevado del Ruiz y después, a lo largo de mi vida, lo he subido unas 36 veces más. Así que mi fascinación por Colombia es de vieja data. Amo a este país hermoso donde tantos hemos nacido y donde otros, ingratos, conspiran para acabarlo. Lo más bello y valioso de Colombia se encuentra encerrado en los Parques Nacionales Naturales, PNN.
Pensemos en ellos, ahora que estamos en modo COP16, pues ellos son el mayor sostén de la megabiodiversidad de Colombia. Justo es reconocer que a Petro y a la ministra Susana Muhamad debemos que nos hayan dado la sede mundial de este evento. Miremos por donde miremos hay PNN. Estos copan más o menos el 12 % del área marina y terrestre del país. Algunos afiebrados dicen que todo el país, menos las áreas urbanas, debería convertirse en PNN, tal es nuestra riqueza en megabiodiversidad que nos convierte en segundos en el planeta después de Brasil.
Ante los delegados del planeta que vendrán a la COP16 debemos hacer valer nuestra potencia en PNN y mostrarles las bellezas naturales que posee el país.
¿Debería explicar qué es un PNN? Porque siendo presidente Belisario Betancur vino en visita no oficial a Colombia Felipe González, presidente de España. Belisario lo llevó al Parque Tuparro y le puso de edecán a un general de la república. Cuando los funcionarios explicaban “in situ” a Felipe las características del PNN, el general preguntó que siendo un parque dónde estaban las banquitas para sentarse. “Qué pena con el general” diría mi mamá. Pero no solo el general. También un ministro de agricultura de esos tiempos, volando a Leticia dijo que vio muchas selvas y que había que tumbarlas para meter ganado.
De alguna manera, ante los delegados del planeta que vendrán a la COP16 debemos hacer valer nuestra potencia en PNN y mostrarles las bellezas naturales que posee el país. Al presente, Colombia posee más de 60 PNN, contando el último declarado que es el de Manacacías en el Meta.
Me engolosina hablar y mostrar las bellezas del país y de los PNN porque todos posen muchos atributos en riqueza biológica, paisajística, arqueológica y etnológica. Para detallarlos existen libros de lujo, como los publicados por Villegas Editores y en los cuales he participado. Para este artículo escogeré un PNN por cada zona geográfica del país. Por la Amazonia, el PNN de Chiribiquete, joya de la corona, el más grande del país y uno de los más extensos del mundo, encierra toda la riqueza de la selva más grande del planeta. Por los Andes Orientales destaco el PNN del Cocuy, el conjunto de picos nevados y de lagunas más extenso de Colombia. En los Andes Occidentales se encuentra el PNN del Puracé donde nacen cuatro ríos medulares de Colombia: Magdalena, Cauca, Patía y Caquetá. En el Caribe tenemos la montaña más alta del mundo a orilla del mar, poseedora de todos los pisos térmicos, la Sierra Nevada de Santa Marta. En la Orinoquia destaco el fabulosos Tuparro. Y en el Pacífico tenemos los Farallones de Cali, que son el jardín de la sede del COP16.
Colombianos, destruyendo una sola ladera de montaña podemos extinguir una especie. Tenemos muchos animales y plantas que viven en espacios muy reducidos. Somos responsables ante nosotros mismos, ante Colombia y ante el mundo del tesoro de flora y fauna con el que nos han dotado la evolución, el trópico y los misterios de la naturaleza.