El centenario de la creación de un país tan importante en la historia y en la actualidad en el mundo no puede pasar desapercibido. Me refiero a los 100 años de la fundación de la república de Turkía, hoy Türkiye, el 29 de octubre de 1923.
Este país, geográficamente llamado antaño Anatolia y Asia Menor ha sido a lo largo de la historia encrucijada y crisol de culturas, asiento de grandes civilizaciones, una de ellas los Hititas cuyo rey Hattusili III firmó con Ramsés II el mítico tratado de Kadesh, el más célebre de la antigüedad. Poderosos pueblos conquistaron Anatolia: además de los hititas, los frigios, los griegos de Alejandro Magno, los romanos, los selyúcidas, los otomanos y dejaron inmenso legado cultural.
Hoy Túrkiye gracias a su idiosincrasia y trayectoria tiene gran importancia estratégica por su ubicación entre Europa y Asia y ostenta gran peso en el ajedrez político regional y mundial. Su icónica ciudad, triplemente gloriosa como Bizancio, Constantinopla y Estambul, figura junto con Praga y San Petersburgo como una de las tres más bellas urbes del mundo. Constantino la consagró como la capital del imperio romano de oriente y así figuró hasta 1453 cuando los otomanos acabaron con el imperio bizantino y con la Edad Media. Vendrían luego los otomanos, que durante 623 años levantaron uno de los imperios más grandes de la historia, cuyos dominios abarcaron Asia, Africa y llegaron hasta las puertas de Viena.
Hace muchos años en mi primera visita al país dije y escribí que se convertiría en meca mundial del turismo. Ni los mismos turcos me creyeron.
La historia de la moderna Türkiye comienza con su hijo más famoso: Mustafá Kemal, al que sus conciudadanos consagraron como Pachá (caudillo) y Ataturk (el gran turco): Mustafá Ataturk Kemal Pachá. Se hizo famoso como militar frente al 19 Regimiento en la batalla de Galípoli, en los Dardanelos durante la Primera Guerra Mundial, cuando los otomanos infligieron la más vergonzosa derrota a los aliados (ingleses, ses, australianos, indios y neocelandeses) que acudían a ayudar a Rusia en la lucha contra Alemania y el imperio austro-húngaro.
Galípoli se encuentra cerca del sitio de la mítica ciudad homérica de Troya. Los europeos iban además tras los inmensos campos de trigo de Ucrania, cereales que están hoy también en disputa en la guerra entre Rusia por un lado y Ucrania y Europa por el otro.
Mustafá Kemal, “el gran Turco”, culminó su sueño derrocando al decadente imperio otomano y cambiando los sultanes por presidentes, creando la nueva república turka reconocida como tal por el Tratado de Lausana el 29 de octubre de 1923. No contento con ello modernizó al país introduciendo cambios fundamentales. Estos son algunos: cambio del alfabeto árabe por el latino, implantación del calendario gregoriano, concesión del voto a las mujeres, laicización del país, incluso hizo cambios en la indumentaria de los ciudadanos, europeizándola… Mustafá fue el primer presidente del país cargo que detentó hasta su muerte en 1938. Su monumento en Ankara es el más grande a un líder en el mundo y fue reconocido como estadista clave en el ajedrez mundial por los líderes del mundo occidental.
Türkiye posee extensos bosques, montañas nevadas, (entre ellas el bíblico Monte Ararat) y fértiles valles. El país es rico en endemismos y posee 40 Parques Nacionales Naturales. Su poder económico reside en la industria, la agricultura y el turismo. Hace muchos años en mi primera visita al país dije y escribí que se convertiría en meca mundial del turismo. Ni los mismos turcos me creyeron. Hoy es potencia mundial en turismo con decenas y decenas de motivos poderosos que muchos países envidian. Su empresa Turkish Airlines es una de las mejores del mundo. Türkiye es el tercer país en mi lista de los siete más bellos del planeta.
ANDRÉS HURTADO GARCÍA