SEÑOR DIRECTOR:
No existe un escenario más apocalíptico que el de los megaincendios forestales, alimentados por olas de calor extremas y sequías prolongadas, que se han convertido en la norma en muchas regiones del mundo. La visión del futuro es desoladora y sombría. El colapso ambiental parece inevitable.
La pérdida masiva de biodiversidad y la extinción de especies son irreversibles. En lugar de unir esfuerzos para abordar estos desafíos, las naciones se sumergen en conflictos cada vez más intensos por los recursos escasos. Esta falta de cooperación se ve agravada por la incompetencia y la centralización en las gestiones gubernamentales de políticas preventivas y de asignación de recursos para mitigar las catástrofes.
El mito de Tánatos se convierte así en una metáfora que describe la tendencia autodestructiva de nuestra especie, manifestada en la falta de acción frente a los desafíos ambientales.
Emili Quintero Castillo
Ámsterdam
Un proceso lento
SEÑOR DIRECTOR:
Los combustibles de origen fósil llevamos miles de años utilizándolos, y el petróleo, algo más de siglo y medio. Prácticamente el mundo entero se mueve con estos combustibles. Pensar de la noche a la mañana acabar con ellos es una utopía.
Claro, debemos ser conscientes de que son combustibles no renovables y que por lo tanto se van a acabar. Por eso la humanidad, con todos sus adelantos tecnológicos, se debe ir preparando para este cambio, pero que no será en los próximos cinco años como algunos lo manifiestan. El mundo gira y se expande a determinadas velocidades, y eso no lo podemos detener. Solo debemos irnos acomodando a todos los cambios de la naturaleza.
Gerardo Prada Ahumada
Eucaliptos y pinos foráneos
SEÑOR DIRECTOR:
No es suficiente que permanezcan como propiedad privada los pequeños bosques; igual, estos terrenos de pinos y eucaliptos, existentes en el área metropolitana de la capital, siguen siendo especies foráneas de fácil combustión que deben ser sustituidas por vegetación nativa. Estas últimas, según los expertos, evitan la erosión de forma eficiente y necesitan menos agua para subsistir.
Igualmente, quienes se dedican a incendiar bosques y páramos deberían ser castigados según la ley colombiana; y, si son extranjeros, extraditados sin contemplaciones.
José Mauricio Duque Rueda
Todos hacemos el caos
SEÑOR DIRECTOR:
El tráfico en Bogotá es un caos total. Todos hacemos lo que nos convenga, desde parquear en sitios prohibidos hasta ocupar espacio público. Y lo peor, no hay autoridad que imponga orden.
Los conjuntos residenciales ven deterioros de su patrimonio por las gracias absurdas de los que hacen acarreos parqueados en sus aceras. Los talleres ocupando para sus trabajos el espacio público. Los camiones en plena hora pico descargando mercancía. Las clínicas disponiendo de los andenes para que los s hagan fila. Qué poco buenos ciudadanos somos, no nos importa el bien común. ¿Dónde está la autoridad competente, los del tránsito?
Susán Yamile Bohórquez Castilla