Turistas fueron robados en Perú y caminaron 25 km por el desierto en busca de ayuda: 'Danos una película'

Durante una excursión al Cañón de los Perdidos en Perú, Andressa Alexandre, de 27 años, y Paulo Ricardo da Cruz, de 32 años, vivieron momentos de gran angustia y desesperación. 

La pareja formaba parte de un grupo de turistas que fue asaltado y dejado a pie en medio del desierto, sin señal de celulares y sin transporte. Para encontrar ayuda, su única opción fue caminar por el árido paisaje peruano, recorriendo un total de 25 kilómetros.

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"Estás caminando por un lugar que no tiene nada, sólo arena recta, y no tienes idea de cuánto necesitas caminar para llegar a algún lugar con civilización. Es muy desesperante, te hace empezar a pensar mucho. Fue incluso curioso, porque, a veces, la gente empezaba a alucinar, viendo cosas que no estaban ahí, eso hace una película", rememoró Andressa sobre la angustiante experiencia.

Este incidente ocurrió en mayo y ganó notoriedad el pasado lunes 8 de julio, cuando la pareja, residente en Cascavel, oeste de Paraná, compartió su historia a través de un video en redes sociales. Andressa explicó que, en ausencia de puntos de referencia en el desierto, la orientación era crucial para acercarse a la carretera y aumentar las posibilidades de encontrar ayuda.

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La pareja relató que reservaron el tour con una agencia de turismo peruana y viajaron al cañón junto a un grupo de aproximadamente 24 personas. Al finalizar la visita y dirigirse al lugar donde los esperaban las camionetas, se encontraron con una escena de caos. 

"Ya no había dos camionetas, solo había una. Había una niña tirada en el suelo, con el pie medio ensangrentado y llorando, otra niña que estaba con ella también lloraba y los dos conductores parecían asustados", recordó Paulo.

Mientras el grupo exploraba el cañón, unos ladrones armados atacaron los vehículos, ataron a los conductores y robaron todo lo que encontraron. Paulo mencionó que una turista intentó resistirse al robo de su pasaporte y casi fue disparada. Los ladrones escaparon en una de las camionetas, atropellando a una persona en el proceso, y se llevaron la batería del segundo vehículo para evitar ser perseguidos.

Tras el escape de los asaltantes y después de proporcionar los primeros auxilios al turista herido, el grupo enfrentó una difícil decisión: quedarse en el desierto y arriesgarse a pasar la noche allí, o caminar en busca de ayuda. 

"Empezó esa saga, ¿no? Tuvimos que decidir, porque las opciones eran: o nos íbamos a quedar allí para siempre, hasta que algún día apareciera otra agencia, un residente o algo así, arriesgándonos a dormir en el desierto, o anduvimos buscando ayuda hasta que la conseguimos”, comentó Andressa.

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Finalmente, el grupo decidió dividirse; una parte caminó en busca de señal de celular mientras la otra se dirigió hacia la carretera. "Quien consiguió encontrar ayuda ayudó primero a los demás", señaló Andressa. Paulo mencionó que el temor a que los ladrones regresaran o a que cayera la noche y las temperaturas bajaran era constante.

Después de cinco horas de agotadora caminata y justo antes del anochecer, divisaron un automóvil. Inicialmente temerosos de que pudiera tratarse de los agresores, recogieron piedras para defenderse. Sin embargo, el vehículo se acercó y resultó ser de personas enviadas para auxiliarlos. 

"Era una situación como: '¿Son amigos o son enemigos?', porque ese auto solo apareció en cinco horas. Todos comenzaron a recolectar piedras como neandertales. Luego hubo tres ancianos que dijeron que fueron advertidos por el guía y fui a buscar a quien más necesitaba", recordó Paulo.

De vuelta en la civilización, Paulo y Andressa acudieron a la comisaría local para presentar una denuncia. Aunque inicialmente encontraron resistencia por parte de las autoridades, finalmente lograron formalizar el registro después de cinco horas de insistencia. "Un viaje que debíamos regresar a las cuatro de la tarde, regresamos a las tres de la mañana", comentó Andressa.

A pesar del incidente, la pareja afirmó que su estancia en Perú fue positiva y recomendaron visitar el país, pero con precaución. 

"Esta experiencia no resume el viaje. Fueron como 20 días [de viaje] y pasó en una tarde. Vivimos cosas muy increíbles en Perú, hicimos amigos allí. Los peruanos son atentos, amables, muy serviciales, allí se sintió muy bien”, enfatizó Andressa.

Mariah Colombo / G1 O Globo (GDA)