Un vehículo autónomo cuenta con sensores, microprocesadores, actuadores y software necesarios para conducirse por sí solo, sin intervención humana. La conducción autónoma tiene cinco niveles, que se dividen en solo conductor, asistida, automatización parcial, automatización elevada y automatización total. Esta clasificación fue hecha en el año 2013 por la NHTSA, la agencia que se encarga en Estados Unidos de velar por la seguridad en las carreteras y en los vehículos.
Nivel 0
Sin automatización en la conducción. Todas las maniobras y acciones son realizadas en su totalidad por el conductor.
Nivel 1
Asistencia en la conducción. El vehículo tiene algún sistema de ayuda a la conducción, como, por ejemplo, mantenimiento del carril, controles de velocidad adaptativos o no. Este nivel está pensado para que el conductor tenga una conducción más cómoda, es una ayuda que mejora la seguridad al volante.
Nivel 2
Automatización parcial. Necesita conductor, aunque este puede prescindir de tareas relativas al movimiento. El vehículo cuenta con control de movimiento tanto longitudinal como lateral, aunque no tiene detección y respuesta ante objetos. El control del movimiento longitudinal se refiere a que el sistema de conducción automatizada mantenga una velocidad, detecte el vehículo que nos precede en el carril, mantenga la distancia de seguridad apropiada con él y actúe sobre el acelerador o el freno según sea pertinente. Esto sería lo que hace un sistema de control de velocidad de crucero adaptativo (ACC, por sus siglas en inglés). El movimiento lateral se refiere a que el sistema de conducción automatizada detecte la posición del vehículo con respecto a los límites del carril y sea capaz de actuar sobre la dirección (o los frenos) para mantenerse dentro del mismo apropiadamente, incluso para tomar curvas.
Los vehículos de este nivel tienen la capacidad de actuar de forma independiente ya que pueden realizar una o varias tareas hasta ahora realizadas por el conductor.
Nivel 3
Automatización condicionada. Necesita conductor y aunque la autonomía sea más elevada, este deberá estar atento para intervenir.
Tiene sistemas de automatización en lo referente al control de movimiento longitudinal y lateral, detección y respuesta ante objetos.
El vehículo podrá decidir cuándo cambiar de carril, frenar para evitar colisionar con otro vehículo, etc., pero el factor humano seguirá siendo clave ya que el sistema puede necesitar de su intervención.
Nivel 4
Automatización elevada. No se necesita de la intervención humana en ningún momento, ya que será el propio vehículo el que controlará el tráfico y las condiciones del entorno, definirá la ruta o alternativas y responderán ante cualquier situación. En caso de existir alguna falla del sistema principal, el vehículo cuenta con respaldo para actuar y seguir conduciendo.
Nivel 5
Automatización completa. El vehículo tiene la capacidad, bajo demanda realizada a través del interfaz por el que se introducirán nuestras órdenes, de ir a cualquier lugar sin necesidad de volante, pedales, mandos, ya que el vehículo cuenta con sistemas de automatización a todos los niveles. A este nivel la figura del conductor no existe.
* Con información del Club Europeo de Automovilistas.
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