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Noticia
¿Qué partido está jugando Juan Fernando Quintero? (Opinión)
Hay que aprender a hacerse cargo de las consecuencias.
Juan Fernando Quintero Foto: Juan Pablo Rueda. EL TIEMPO
El día en que se debía hablar de talento, de personalidad, de experiencia y espíritu copero, de un solo hombre que carga encima la supervivencia de un equipo en una Copa Sudamericana, estamos hablando de un portazo, un adiós inesperado, un divorcio inminente.
Juan Fernando Quintero superó su noche de imprecisión contra Racing en el agónico empate 1-1, metiendo el remate que provocó el gol de Pestaña y asegurando la clasificación de América de Cali en el torneo internacional que es la prioridad de la temporada, pero en vez de salir a celebrarlo, justo después del pitazo decidido tirar una granada sobre su conquista.
América de Cali Foto:EFE
‘Ya veré qué hago’
El hombre que hizo la diferencia en el equipo líder de la Liga I y que certificó el avance continental, soltó una frase que estalló las redes: “Cuando termine el semestre miraré qué voy a hacer”, dijo.
Parece todo menos una traición de sus emociones. Es, a todas luces, un reclamo programado y bien analizado, el cálculo del momento ideal para lograr la máxima resonancia y la fortuna de un resultado que rayó en el milagro y le permitió arrinconar a aquel a quien quería reclamarle: el dueño del club, el villano perfecto.
Juan Fernando Quintero, figura del América de Cali. Foto:AFP
El siguiente capítulo será el diálogo de sordos en el que el jugador filtra que le deben dinero y el directivo lo niega. Después entrarán a la escena los agentes y los abogados tratando de deshacer lo que hace cinco meses era una apuesta de largo plazo (el contrato con América se firmó por tres años). Seguirá el club árabe o River Plate o cualquier otro desembolsando el dinero de la cláusula y el propio jugador renunciando a lo que pactó inicialmente para facilitar su salida. Y otra presentación rutilante, en otro equipo y otra liga cualquiera, otra promesa de amor eterno que caducará en cuantos meses. Y así, una y otra vez hasta el retiro.
¡En todo su derecho!
Y no es ficción, es la descripción fiel de la carrera de Quintero, de sus pasos de no más de una temporada por Atlético Nacional, Pescara, Porto, Rennes, Independiente Medellín, Shenzhen, Junior, Racing y ahora, al parecer, América de Cali. La única excepción fueron sus tres años en River entre 2017 y 2020.
Juan Fernando Quintero Foto:Juan Pablo Rueda. EL TIEMPO
Después fue solo un trabajador haciendo pleno uso de su legítimo derecho de pasar de un empleador a otro que le mejora sus condiciones laborales. Nadie debería ser juzgado por eso. Pero en esa misma línea, nadie debería esperar que le hagan una fiesta por el sucesivo incumplimiento de sus contratos. Hay que aprender a hacerse cargo de las consecuencias, igual cuando son lluvia de abrazos y flores que cuando son tormenta de críticas y reproches. Todo debería hacer parte del cálculo. Se llama madurez.
Dirán que el fútbol pone en su lugar a cada quien. Pero a Quintero ese fútbol que le corre por las venas no lo castigará, sino que le abrirá puertas hasta que él quiera, porque nadie comete la estupidez de pelearse con el talento. Él lo sabe y ese es el partido que juega. Pero el otro rasgo que también define a este deporte es la ingratitud. Y esa es una factura que no respeta ídolos ni leyendas y que, más tarde o más temprano, toca a la puerta. Como a la soledad, hay que aprender a esperarla y a quererla.
Juan Fernando Quintero guió al América en la goleada contra Alianza en el Pascual Guerrero. Foto:Juan Pablo Rueda. EL TIEMPO