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Comenzó el 'Último baile': Silvestre Dangond y Juancho de la Espriella iluminaron con rojo la casa del vallenato

El 30 de mayo empezó la gira nacional de esta dupla, que hizo sold out en sus tres conciertos de Valledupar.

El primer concierto de El último baile Foto: Cortesía Paola España

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Maria Jimena Delgado Diaz

31.05.2025 18:05 Actualizado: 31.05.2025 18:17

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A las 10:45 p. m. del 30 de mayo, las luces rojas del Parque de la Leyenda Vallenata se encendieron con fuerza. No era solo el color del escenario: fue la señal de que el “Silvestrismo” está más vivo que nunca. Con más de 15 mil personas gritando su nombre, Silvestre Dangond y Juancho de la Espriella, dieron inicio a la primera de las tres fechas sold out de su gira El Último Baile, en Valledupar.

Antes de la primera nota, una pantalla mostró titulares de prensa de hace más de una década, cuando la separación de la dupla conmocionó al mundo vallenato. Fue el inicio perfecto para un espectáculo cargado de emoción, memoria y poder escénico.

El repertorio —que duró cerca de cuatro horas y cerró pasadas las 2 a. m.— fue un viaje por su historia musical: desde los himnos de despecho como Dile, La gringa y La difunta, hasta canciones nuevas del álbum El Último Baile. No hubo invitados. No hacían falta. Este era el show de Silvestre y Juancho. “Cada concierto será distinto”, dijo el cantante sobre la tarima. “Tenemos tanto repertorio que este es un reto, pero también un regalo para el público”.

Uno de los momentos más emotivos llegó con Volvamos a ser novios, cuando el escenario se tiñó de nostalgia y el público ovacionó al fallecido Omar Geles. En ese punto, Silvestre atravesó el Parque sobre una superficie móvil, saludando con la mano en alto, visiblemente conmovido.

También hubo espacio para la gratitud: en medio del show, Silvestre subió al escenario con su familia para agradecerles por el apoyo durante toda su carrera. “Esto también es de ellos”, dijo, mientras abrazaba a su esposa e hijos.

Visualmente, el concierto fue imponente. Pantallas gigantes, luces diseñadas especialmente para esta gira y un montaje completamente nuevo hicieron que cada canción se sintiera como un capítulo distinto. Todo giraba en torno al color rojo, símbolo de fuerza, pasión y lealtad para los silvestristas.

Y esto apenas comienza. La gira continúa en Bogotá, donde Silvestre se prepara para llenar por segunda vez el Estadio El Campín el 29 y 30 de agosto. Con esto, entrará en una liga exclusiva: la de los seis artistas que han logrado vender todas las entradas en ese icónico escenario en más de una ocasión. El único, además, de su género.

Lo que pasó en Valledupar fue más que un concierto. Fue una celebración de la música, del reencuentro, y de un artista que no tiene miedo de mirar hacia atrás para seguir caminando hacia adelante.