En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
La solidez de Veccina / Buena Muela
Es un lugar casual cuya carta gira en torno a recetas que pasan por los hornos de leña.
Se ha convertido en uno de los restaurantes más sólidos de Bogotá. Se llama Veccina (que significa cerca) y es un comedor italiano de instalaciones muy agradables que está muy rico.
Hace dos años abrió su primer local en la calle 85 con carrera 13 y, gracias a su éxito –y a un vertiginoso boca a boca–, estrenó hace tres meses un nuevo punto en la carrera 19 con calle 118, norte de Bogotá.
Agnolotti, plato del restaurante Veccina. Foto:Cortesía Takami
Veccina hace parte del grupo Takami (los mismos de 80 Sillas, Oficial, Cantina y Punto, Central…), lo cual significa que exhibe un ya reconocido sello de garantía: esa empresa hace bien la tarea de la restauración. Es un lugar casual –incluso diría que familiar– cuya carta gira en torno a recetas que pasan por los hornos de leña.
Gracias a la calidad de los ingredientes, ofrece una amplia carta de pizzas con carácter: la de guanciale (papada de cerdo), queso provolone, chiles y miel es de un equilibrio notable; lo mismo que la de cordero braseado y queso pecorino, de gran sabor (ambas de $ 45.000).
Veccina, una nueva oferta italiana en Bogotá. Foto:@Veccinaitaliano
Pero aquí hay más que eso. Como debe ser, hay muy buenas pastas caseras, como por ejemplo los linguini con mejillones, almejas, calamares y trozos de chorizo artesanal picante ($ 57.000).
Quiero recomendar, muy especialmente, cinco entradas preponderantes; dos de ellas sobresalientes que, incluso, se acompañan muy bien: una ensalada de duraznos, uvas, carambolo, dátiles, nueces y rodajas de queso grana padano (el primo hermano del parmesano), todo bañado con una vinagreta cítrica muy estimulante ($ 37.000); y las gambas a la leña (camarones de gran tamaño), sin más que perejil, ajo y aceite de guindilla, que aterriza en la mesa en su punto gracias a una cocción perfecta. No olvide chupar las cabezas tostadas de este marisco. ¡Placer! ($ 69.000).
Las otras tres entradas que recomiendo atacar, sí o sí, son las orellanas asadas a la brasa con coppa –que es un salame elaborado de la paletilla del cerdo–, con una yema de huevo confitada y una gremolata –que es una famosa salsa verde italiana compuesta por perejil, limón, ajo–. ¡Un terciopelo! ($ 34.000). La alcachofa asada, de gran textura, con aderezo de anchoas, limón y pecorino ($ 35.000). Y los muy bien tratados palmitos del Putumayo a la leña, con pistachos, albahaca y finos cortes de naranja, mandarina y cebolla ($ 38.000).
También recomendada su milanesa de ternera con una salsita de tomates rostizados, más sabrosa que un carajo ($ 45.000). No se puede decir lo mismo de su cordero, que, digamos, está correcto, pero poco sorprende.
De sus dulces, una milhoja de excepción con tres cremas: de pistacho, chantilly de queso mascarpone y arequipe. ¡Golosa pieza! ($ 22.000). También pedimos las mini donuts con dulce de leche, pero no pasó nada.En general, este es un restaurante bien estructurado, cautivante y satisfactorio. En Veccina se come y se pasa sabroso.