Las dietas ricas en frutas y verduras ayudan a reducir el riesgo de numerosas enfermedades crónicas, las principales causas de muerte, incluidas las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
Por esta razón, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda comer al menos 400 gramos o cinco porciones de frutas y verduras al día.
Según expertos los micronutrientes que se encuentran en las frutas y verduras se degradan gradualmente una vez son recolectados. Pero cuando el mismo producto se congela, estas vitaminas y minerales beneficiosos se mantienen más tiempo, por esta razón es importante tener claro cómo es el proceso de congelación de estos alimentos.
El primer paso para congelar bien estos alimentos es identifica qué verduras se pueden congelar. De acuerdo con expertos, la mayoría de las verduras se pueden congelar, excepto aquellas que contienen mucha agua como, por ejemplo, el apio, la lechuga o los pepinos, porque crearán cristales de hielo y al descongelarse la textura del vegetal cambiará.
Adicional, la temperatura ideal para mantener las verduras congeladas correctamente es a -18°C o una temperatura inferior. Se debe evitar cubrir los ductos de circulación de aire frío ya que podrían reducir la capacidad de enfriamiento.
Es necesario cocinar las verduras antes de envasarlas. Si no se calientan totalmente, las enzimas siguen activas en el congelador y van desarrollando mal sabor, decolorándose o endureciéndose. Las verduras se suavizan al calentarse y esto hace que sea más fácil envasarlas antes de meterlas al congelador.
Finalmente, el último paso para congelar correctamente los vegetales es el almacenamiento. El aire genera que los vegetales pierdan humedad y pierdan sabor, por lo que resulta crucial conservar las verduras en una bolsa hermética o sellarlas al vacío para poder tener buenos resultados y mantenerlas por varios meses.
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