De acuerdo con la Clínica Mayo, la muerte súbita en los jóvenes es muy poco común. La mayoría de las muertes por paro cardíaco se dan en adultos mayores, especialmente en aquellos con enfermedad de las arterias coronarias.
Algunas investigaciones han concluido que el paro cardíaco es la principal causa de muerte en los deportistas jóvenes pero la incidencia no es clara. Se estima que 1 de cada 50.000 muertes súbitas por ataque cardíaco al año ocurre en deportistas jóvenes.
Las causas de la muerte súbita por ataque cardíaco en personas jóvenes varían.
Según la Clínica Mayo, la miocardiopatía hipertrófica suele ser la causa más común. Esta afección suele ser hereditaria y provoca el engrosamiento de las paredes del músculo cardíaco. El músculo engrosado puede alterar el sistema eléctrico del corazón y provocar latidos rápidos o irregulares (arritmias), los cuales pueden causar muerte súbita por ataque cardíaco.
Otras causas de la muerte súbita por ataque cardíaco en personas jóvenes comprenden anomalías estructurales del corazón, como enfermedades cardíacas no detectadas existentes al momento del nacimiento (congénitas) y anomalías en el músculo cardíaco.
Algunas personas nacen con arterias del corazón (arterias coronarias) que no se conectan de la manera normal pueden ser propensas a padecer un ataque cardíaco puesto que las arterias pueden comprimirse durante la actividad física y no suministrar el flujo sanguíneo adecuado al corazón.
Por otro lado, existe un trastorno hereditario del ritmo cardíaco puede provocar latidos del corazón rápidos y caóticos que, a menudo, causan desmayos. Le llaman Síndrome de QT largo y las personas jóvenes que padecen esta patología tienen mayor riesgo de muerte súbita.
Una investigación reciente determinó que factores como unos niveles elevados de colesterol LDL en sangre, la tensión arterial alta, el tabaquismo, el sobrepeso o la obesidad y la diabetes favorecen el desarrollo de afecciones que a largo plazo podrían exponer a una persona a un paro cardíaco.
Desde la infancia se empiezan a acumular grasas como el colesterol y otras sustancias como el calcio en las paredes de las arterias. En la adolescencia, estas lesiones pueden aumentar con la acumulación de lípidos, dando lugar a pequeñas placas fibrosas.
La aparición de placas de aterosclerosis en las arterias no se puede prevenir, pero sí se puede evitar un desarrollo excesivo que, en definitiva, es lo que acaba derivando en enfermedad cardiovascular.
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