Jorge Duque abrirá las pasarelas del Bogotá Fashion Week: 'El diseño colombiano es un acto de optimismo'

“Es una semana de la moda que muestra creatividad, innovación, vanguardia, herencias, trabajo ancestral. Muestra todo, y lo hace de una manera muy bien editada”, así define el diseñador Jorge Duque a la Bogotá Fashion Week (BFW), luego de abrir las pasarelas con 35 diseños que integran la colección ‘Gabinete de Curiosidades’, una creación que habla de “un momento social complejo y la importancia de ser optimistas”, dice.

“Ser escogido como la pasarela inaugural es un honor espectacular —asegura—. Son más de 20 años de presencia en Bogotá, en este estudio creativo, y me honra hacer parte de un evento tan importante”. Además, reconoce a Bogotá y a la semana de la moda como una cadena de oportunidades. 

“En lo personal, soy una persona muy vinculada con Bogotá —dice—. En lo profesional, soy un integrador de la cadena de suministro. Hacemos manualidades urbanas. Mis materias primas, mis insumos e importadores están acá. Y en lo empresarial, todo esto ayuda a mover la caja registradora, a la supervivencia de la marca. A través de esta colección exportamos y vendemos. Nos permite desarrollarnos como la pyme que somos”.

Hablamos con Duque sobre su presente, su visión de la industria de la moda en Colombia y, obviamente, de su nueva colección: 

Somos una sociedad llena de curiosidades. Los latinos somos un gabinete lleno de cosas. Y nuestra maduración cultural, nuestro cimiento cultural tiene que ver con eso. Somos curiosidades. Algunas, un poco más europeas, probablemente por el tema de colonización; otras más prehispánicas. Hemos ido creando nuestros propios lenguajes culturales. Esta colección es un homenaje a las estéticas latinas de la segunda mitad del siglo XX. El poder femenino se hace manifiesto, la latinidad femenina es reconocida a nivel mundial. La exuberancia de lo que somos es carta de presentación en el mundo. Somos diversos en color, en formas, en estaturas, en cuerpos. 

Es una colección de invierno absolutamente exquisita. Vestidos hermosos. Corsetería. Pieles. Emulación de pieles exóticas. Alpacas. Lanas. Dorados. Metal. Tejidos. Una cantidad de técnicas que han sido integradas en Bogotá. ¡Increíble! Blanco y negro como ejes centrales. Somos una sociedad contemporánea que vemos todo en blanco y negro. Estamos en un momento social complejo. O sos de allá o sos de acá, o sos de izquierda o sos de derecha, o sos blanco o sos negro. Tiene el verde de las hojas secas. El amarillo del girasol, el amarillo de los imperios. El azul que cubre a la Virgen. Es una colección que hace referencia a nuestro sincretismo pagano religioso. En Latinoamérica lo percibimos como un color sacro. Pero también es un color festivo. Es el color de las piscinas, el del Caribe. Es un color tropicalizado. Y el blanco. El oro. Algunos destellos de rojo vino. 

Estoy todavía viviendo esa vida de curiosidad. Estoy en el momento de tener sed, tener hambre creativa, hambre intelectual. Mi cuerpo y mi ser es de una persona madura, adulta, pero sigo teniendo inquietudes, incertidumbres, miedos. Vivo con eso constantemente y eso es lo que me mantiene vivo. Estoy en un momento de optimismo. Porque solamente el optimismo se vive desde esa incertidumbre. Por eso esta colección está llena de optimismo. Apropiada para el momento que estamos viviendo. Con incertidumbre, donde hay mayor oscuridad para algunos, miedo al futuro y no sabemos qué hacer. Es el momento de ser optimistas. 

En lo macro, está prendido fuego. Sí. Incertidumbre global. Una guerra arancelaria que nos impacta, y ralentiza nuestra cadena de suministro. Los reportes de mercadeo de lujo están embaladísimos porque están perdiendo. El consumidor ha cambiado, así como cambia el orden global. A la gente le aburre el branding, ya no quiere saber más de marcas. Venimos de una década de marcas superinvasivas. Hoy, la gente quiere vincularse en lo personal, en lo íntimo.

El colombiano compra colombiano y ve el diseño colombiano como su primera opción de compra. Y eso no pasa ni en Panamá ni en México ni en Perú. Por eso, les cuesta tanto a las marcas de lujo entrar a Colombia. La colombiana prefiere mil veces ir a verse con un diseñador. Y eso es una fortuna. Y afuera lo saben. Entonces, si bien hay incertidumbre, los diseñadores tenemos un as bajo la manga que nos permite subsistir. En lo micro, hay evolución creativa. Hay emprendimientos que están por todas partes, se ven en ferias que son asombrosas. En lo micro está realmente lo hermoso de esta historia. Y ahí es donde tenemos que vibrar y crear. 

ADRIANA GARZÓN - PARA EL TIEMPO