Alrededor de 52 millones de toneladas de plástico son vertidas al medioambiente cada año, según un estudio de la Universidad de Leeds en el Reino Unido. La cifra es impresionante: si se colocaran estos desechos en fila, podrían darle la vuelta al planeta más de 1.500 veces. Y, como han mostrado las imágenes de la mancha de plástico del Pacífico, gran parte de estos residuos plásticos acaba llegando al océano y poniendo en riesgo la biodiversidad marina.
Ante esta situación, en los últimos años se han puesto en marcha tecnologías innovadoras para recuperar los desechos de los ríos y los mares. Es el caso del 'Interceptor', un dispositivo desarrollado por la organización The Ocean Cleanup que logra capturar los plásticos en los ríos antes de que lleguen al océano. Hablamos con su jefe de investigación, Laurent Lebreton.
Se estima que unos 15 millones de toneladas de plástico ingresan al medio marino anualmente. ¿Cuáles son las principales fuentes de plástico que llegan a los océanos y en qué medida afectan a los ecosistemas?
El plástico se filtra a los océanos desde miles de fuentes en todo el mundo cada día. Aproximadamente el 22 % de los desechos plásticos a nivel mundial no se recolectan, se eliminan de forma inadecuada o terminan como basura. La mayor parte de las emisiones de plástico provienen de países de ingresos medios, donde el uso de plástico está creciendo, pero la falta de sistemas de gestión de residuos adecuados plantea desafíos para manejar el aumento en el consumo. Cuando hay tormentas u otros eventos de fuertes lluvias, las emisiones de plástico pueden aumentar hasta diez veces, ya que la basura es arrastrada hacia los cursos de agua. Los ríos actúan como arterias que transportan el plástico desde la tierra hasta el mar. Cuanto más cerca esté el plástico de un río y cuanto más cerca esté ese río del océano, mayor será la probabilidad de que el plástico llegue al océano. Las ciudades costeras en países de ingresos medios son los puntos críticos de emisiones de plástico en el mundo. Y la fauna marina sufre los efectos más directos y dañinos de la contaminación plástica en los océanos. Se ha documentado que el enredo y la ingestión de plásticos afectan a 914 especies de megafauna, de las cuales más de 100 están en peligro de extinción. Por ejemplo, la segunda causa principal de muerte de la foca monje del Mediterráneo (Monachus monachus), después de la caza deliberada, es el enredo con equipo de pesca. Además, algunos plásticos contienen aditivos y productos químicos dañinos y actúan como imanes para toxinas que hay en el aire o en el agua circundantes. Cuanto más tiempo permanece un plástico en el medioambiente, más dañino puede volverse para cualquier animal que lo ingiera.
Si los ríos son una de las principales fuentes de plástico, ¿cómo reducir esta carga?
Hay 1.000 ríos que contribuyen con el 80 % de la contaminación plástica terrestre. Y, para ponerlo en contexto, estos ríos representan solo el 1 % del total a nivel mundial. Necesitamos implementar una estrategia eficiente y rápida para abordar estos 1.000 ríos y detener la entrada de plástico mediante soluciones como los Interceptors, que bloquean el flujo de plástico en puntos donde este puede ser retirado de los cursos de agua. A largo plazo, será esencial invertir en educación, circularidad y gestión de residuos en todos los países para cortar el problema de raíz. Sin embargo, interceptar el plástico en los principales caminos hacia el océano nos da tiempo mientras se implementan estas medidas río arriba.
¿Cuántas toneladas ha recogido The Ocean Cleanup?
El año pasado, aceleramos significativamente nuestra recolección de plástico y, hasta ahora, hemos recogido más de 20 millones de kilos de basura del Gran Parche de Basura del Pacífico y de ríos en todo el mundo, incluidas algunas zonas de Centroamérica y países del sudeste Asiático.
¿Y qué hacen con el plástico recuperado?
Queremos darle una nueva vida al plástico recuperado de los océanos. Estamos trabajando con socios para reciclarlo y transformarlo en productos duraderos. Hay muchos desafíos para disponer de los residuos de los ríos, ya que las instalaciones y la diversidad de desechos varían de un país a otro. Por ello, implementamos soluciones en colaboración con socios y gobiernos, de acuerdo con las capacidades de gestión de residuos en cada lugar.
Está claro que sin compromisos público-privados, la contaminación plástica en los ríos y mares seguirá igual o, incluso, peor. ¿Qué colaboraciones internacionales tienen actualmente y cuáles cree que serían las más necesarias?
Estamos trabajando con una variedad de socios que financian y respaldan nuestro trabajo para librar a los océanos y los ríos del plástico. Y siempre estamos buscando más aliados para lograr nuestras metas más ambiciosas. The Ocean Cleanup también tiene estatus de observador oficial con Unep, UNDP, Ecosoc, la Ocean Stewardship Coalition, y es miembro de la Basel Convention's Plastic Waste Partnership, entre otros. Esto nos permite participar en procesos de formulación de políticas globales. Necesitamos acuerdos internacionales y cambios de comportamiento. Un tema crucial es la adopción de un Tratado Global sobre Plásticos. En la última conferencia en Corea del Sur no se llegó a un acuerdo, por lo que, cuando los delegados se reúnan este año, abogaremos por un tratado sólido.
¿Cuáles son los temas que deberían tratarse como prioridad?
Entre los temas que se deben abordar están la remediación (el proceso de eliminación de los contaminantes del medioambiente), los ‘puntos críticos’, las ‘zonas de acumulación’, las ‘emisiones plásticas fluviales’ y la ‘contaminación plástica oceánica heredada’. También la inclusión de términos como “más allá de la jurisdicción nacional”. Además, se necesita un fondo para la remediación y mecanismos innovadores de financiación. Por otro lado, se requiere el monitoreo de las emisiones fluviales como herramienta de medición y rendición de cuentas para un eventual tratado. Y, por último, hay que abordar los desechos de equipos de pesca. Estos temas requieren un enfoque colectivo y el apoyo de los gobiernos, de las organizaciones globales y de la industria.
En los últimos años, se ha hablado mucho de los microplásticos que ingerimos diariamente. ¿Hay alguna manera de recuperarlos también de los océanos?
Aunque los microplásticos son los más abundantes en número, nuestras investigaciones en el Gran Parche de Basura del Pacífico revelaron que el 92 % del plástico sigue siendo objetos grandes en términos de masa. La clase de tamaño más pequeña que cuantificamos, piezas de menos de 1,5 mm, representa solo el 0,77 % de la masa total. Por lo tanto, la mayor parte del plástico flotante en los parches oceánicos aún está intacto como objetos grandes, lo que refuerza la necesidad de limpiarlo antes de que ese 92 % se descomponga en más piezas pequeñas, mucho más difíciles, si no imposibles, de recuperar a gran escala. Algunas personas están trabajando en técnicas de filtrado o recolección de microplásticos, y las plantas de tratamiento de aguas residuales también los recogen de los ríos. Lamentablemente, el lodo recogido en estas plantas a menudo se deposita en suelos agrícolas, dispersándolos aún más en la tierra. Esa es otra historia.
¿Cree que la contaminación plástica de ríos y mares es un problema de falta de concienciación o falta de responsabilidad y voluntad política?
Creo que es un poco de todo, agravado por la producción descontrolada de plástico y un clima cambiante que desencadena eventos extremos de inundaciones, arrastrando basura a los ríos y océanos. Lo importante es encontrar soluciones para detener el problema de raíz.
Mariana Toro Nader
Ethic (*)
Madrid
Ethic (*) es un ecosistema de conocimiento para el cambio desde el que analizamos las últimas tendencias globales a través de una apuesta por la calidad informativa y bajo una premisa editorial irrenunciable: el progreso sin humanismo no es realmente progreso. Artículo editado por razones de espacio.