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Campesinos colombianos venderán café con certificado de que protegen al oso andino
Un proyecto busca impulsar que predios cafeteros ubicados del Valle del Cauca apoyen al oso andino.
Familias campesinas que hacen parte del proyecto
que busca conservar el oso andino en el suroccidente del país. Foto: WCS Colombia
En las épocas prehispánicas, el avistamiento de osos andinos (Tremarctos ornatus) se traducía en la llegada de las lluvias o de la época de siembra. Eran también el símbolo de la conexión entre el cielo y la Tierra. Tanto así que para el pueblo uwa, habitantes de la sierra nevada del Cocuy, Dios creó primero al oso, y luego creó al hombre. Con el arribo de la colonización, el desarrollo y, sobre todo la deforestación, las poblaciones de esta especie han ido disminuyendo abismalmente, al punto de que hoy, el único oso de Suramérica está categorizado como vulnerable a la extinción, según la Lista Roja de la UICN. Ante esa realidad, una comunidad de cafeteros y varias organizaciones han decidido tomar medidas.
Primeras acciones para proteger al oso de anteojos
Desde 2017, una alianza denominada Conservamos la Vida, trabaja en acciones para proteger al oso de anteojos en la zona sur occidental del país. De la iniciativa hacen parte poco más de diez familias campesinas de El Águila (Valle del Cauca), región de histórica tradición cafetera, junto con Parques Nacionales Naturales de Colombia, la Fundación Grupo Argos, la Fundación Smurfit Kappa, la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca y WCS Colombia.
Entre todos estos actores, se han emprendido acciones que van desde cosas tan sencillas como la educación y concientización ambiental hasta complejas, como la reforestación de áreas degradadas y la destinación de terrenos que antes se utilizaban para la siembra de café y otros monocultivos. Y las familias campesinas, cuyos predios limitan con el Parque Nacional Natural Tatamá, han entregado parte de sus terrenos para que allí no se cultive sino que se conserve el bosque y habite el oso.
El Café Oso Andino ya se comercializa en el mercado. Ahora se certificará. Foto:Café Oso Andino
Según recuerda Carlos Sánchez, un caficultor de 43 años y quien hace parte del proyecto desde sus inicios, cuando él era joven su padre avistaba en sus predios cafeteros osos andinos. Eso es algo que ni él ni su hijas habían podido apreciar en sus terrenos, ubicados en zonas de alturas que van desde los 1.700 hasta los 2.100 m. s. n. m.
Sin embargo, tras las acciones que han venido realizando, ya se han logrado registrar individuos de osos de anteojos en el área que junto a otros caficultores han decidido entregar para que se convierta en un gran corredor de conservación. Es decir, un área donde el oso puede transitar con tranquilidad, encontrar alimentos y cumplir su función ecológica: ser un gran dispersor de semillas.
Pero los osos también son indicadores de la salud de un ecosistema, por eso son considerados una especie sombrilla. Es decir, cuando hay osos en un área, es porque esa zona está tan bien conservada que hay otras especies presentes. Y esto pasa también acá, donde las cámaras trampa instaladas dentro de los predios cafeteros han captado también venados cola blanca, zainos, lapas, armadillos y erizos, por solo nombrar algunos.
Oso andino captado en las cámaras trampa instaladas en los predios que hacen parte del proyecto. Foto:WCS Colombia
El proyecto de conservación llevó a las comunidades a lanzar, en 2019, la marca Café Oso Andino, un café de especialidad que ya se comercializa en el mercado y “que gusta mucho”, asegura Sánchez. Pero la iniciativa, que arrancó con 365 hectáreas en total para resguardar el tránsito del oso, ha ido creciendo, y hoy ya son 450 hectáreas y más personas se quieren sumar, pero también los caficultores buscan entregarle más valor a su trabajo.
Por eso, otras organizaciones se sumaron recientemente a la alianza Conservamos la Vida para lanzar una certificación que permita validar este café, de forma nacional e internacional, como un producto que protege al oso de anteojos.
La certificación de 'amigos del oso andino'
A la iniciativa se sumaron el Chester Zoo, del Reino Unido; el Programa de Conservación de Carnívoros Andinos; el Wildlife Friendly Network Enterprise, de Estados Unidos, y ProCAT Colombia, que generaron una serie de estándares de certificación de la producción para que sea amigable con el oso andino.
Según explica la coordinadora del Programa de Conservación de Carnívoros Andinos, Ximena Vélez Liendo, la idea es dar un valor agregado a los productos, pero también generar condiciones para mejorar la sostenibilidad en las áreas donde habita el oso andino, que no son siempre áreas protegidas y que en muchos casos se traslapan con predios privados.
“Por muchos años los conservacionistas nos hemos quedado en nuestro sueño perfecto de ‘todo verde y sin humanos’, pero, por otro lado, tenemos la economía. Y es ese balance lo que nosotros estamos proponiendo. A nivel regional, el porcentaje de hábitat del oso dentro de áreas protegidas es muy pequeño, y es por esa razón también por la que nosotros nos enfocamos en trabajar fuera de las áreas protegidas”, resalta Vélez.
Grupos de cafeteros junto al Café Oso Andino, que ya se comercializa y que pronto tendrá certificación de conservación del oso andino. Foto:WCS Colombia
En ese punto, advierte Iván Mauricio Vela, líder de mamíferos grandes en WCS Colombia y otro de los asesores del proyecto, ya se ha demostrado que solo con áreas protegidas y parques nacionales no se logran los objetivos de conservación, sino que también se requieren las comunidades, y que estas puedan también llevar a cabo actividades productivas que apoyen al mismo tiempo la conservación de las especies y la naturaleza.
“El oso es un agente muy importante dentro de los ecosistemas. Es un proceso de coexistencia: si yo dejo que el otro viva bien, yo vivo bien también. Esa es un poco la idea que le queremos dar al campesino, no es imponer, es: si usted puede mantener a un grupo de especies y así vivir mejor, todos vamos a salir ganando”, resalta Vela.
Por ahora, el proceso apenas empieza. Durante el primer semestre de este año, estos campesinos del norte del Valle del Cauca estarán en el proceso de certificación para convertirse en “Amigos del Oso Andino”. Y con ello no solo recibirán un mejor pago por vender un café de altísima calidad, sino que además serán reconocidos mundialmente por contribuir a la conservación de esta especie, considerada por algunos el primer gran habitante del mundo.