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El páramo del Duende, la desconocida área protegida que expertos buscan ampliar
El páramo del Duende es de los ecosistemas mejor conservados de Colombia.
El páramo del Duende va de los 2.200 a los 3.900 metros de altura. Foto: Mauricio ‘El Pato’ Salcedo. WCS Colombia
En la cordillera Occidental, en límites entre el Valle del Cauca y el Chocó, hay un pequeño ecosistema prístino, inexplorado y casi desconocido. Según los pocos habitantes de la zona donde está ubicado, en ese páramo habita un “ser pequeño” que, dependiendo de las intenciones de sus visitantes, les permite o no la entrada, les desaparece las provisiones, les lanza piedras, les grita cosas por las noches o los deja continuar hasta llegar a la cima: un bosque repleto de frailejones y arbustales tan perfectamente conservado, que los pocos que han tenido la posibilidad de visitarlo dicen que no hay lugar igual en Colombia o el mundo.
El páramo del Duende fue descubierto en 1985. Apenas 20 años después, el ecosistema junto a varias hectáreas a su alrededor fueron convertidas en un parque natural regional (PNR) a cargo de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC).
El PNR Páramo del Duende está bajo categoría de estricta conservación, lo que significa que esta área no se puede visitar para hacer turismo, sino que funciona como un oasis clave para proteger la biodiversidad, realizar investigación y surtir de agua, mucha agua, a las regiones cercanas. Al menos 20 afluentes nacen en el Duende, y de ellos dependen tres hidroeléctricas, entre las cuales está la Central Calima, uno de los embalses más grandes de América.
En total, el PNR del Duende cuenta con 14.521 hectáreas protegidas, y actualmente expertos de la CVC junto con la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS, por sus siglas en inglés) trabajan en una investigación para ampliar el área bajo protección en 3.584 hectáreas más y, al tiempo, actualizarle el plan de manejo. Pero el trabajo no es sencillo.
Tan solo llegar a la parte más alta del páramo toma entre tres y cuatro días de caminata atravesando ríos, trochas y bosques altos y frondosos que de a poco se van convirtiendo en niebla, frailejones de 80 centímetros de altura y muchos arbustos “achaparrados”.
Según explica William Bonell, investigador de la WCS y quien ha sido uno de los pocos expertos con el privilegio de conocer el Duende, el ascenso es complejo porque se requieren una gran cantidad de insumos y aunque hay una sola ruta, no existe como tal un camino demarcado para llegar. Esa, de hecho, es una de las razones que alimenta el mito de que allí vive una criatura mitológica. “Los pobladores de la zona dicen que el duende cuida los recursos naturales, y dependiendo de las intenciones con las que uno va el duende lo puede hacer perderse a uno. Pero, claro, son bosques y lugares difíciles de recorrer, por lo que igual perderse puede ser muy fácil”, destaca Bonell.
Miles de frailejones adornan las montañas del Duende, que está en perfecto estado de conservación. Foto:Mauricio ‘El Pato’ Salcedo. WCS Colombia
De hecho, el ecosistema permanece tan perfectamente intacto que cada que un biólogo lo visita para hacer investigación (algo que sucede muy poco) normalmente se descubre una especie nueva. “Que apenas en los años noventa nos hayamos dado cuenta de que hay un páramo ahí es sorprendente, nadie sabía que estaba ahí y sigue intacto. Y la biodiversidad también es sorprendente, cada vez que suben a hacer las caracterizaciones sale una, dos o tres especies y dice uno: ‘¿Esta será una nueva especie? Probablemente’. Hay una gran biodiversidad que todavía no conocemos”, destaca Fanny González, especialista en áreas de conservación de la WCS.
“Que apenas en los años noventa nos hayamos dado cuenta de que hay un páramo ahí es sorprendente, nadie sabía que estaba ahí y sigue intacto.
González, quien ha trabajado directamente en la propuesta que se presentará para ampliar el PNR Páramo del Duende, asegura que tras los análisis que han hecho del área se sabe que la conservación del lugar es tal, que el 100 por ciento del ecosistema de páramo carece de intervención.
En sus alrededores y zona de bosque altoandino, la conservación es del 99 por ciento, solo unas 60 hectáreas han sido impactadas por el hombre y que actualmente, de hecho, se busca como recuperarlas con apoyo local.
Y es que las comunidades de los municipios de Calima, Riofrío y Trujillo han sido claves para la protección y conservación del páramo (ahora se espera que se sume Bolívar). Fueron ellos los que bautizaron el ecosistema ubicado entre los 2.200 y 3.900 metros de altura. Y son ellos los que, sin dudar, aseguran que allí existe “un ser” que protege el lugar y que expulsa a aquellos que llegan con malas intenciones.
De acuerdo con Martha Salazar, ecóloga de la CVC, la corporación actualmente trabaja para incentivar el reconocimiento de las personas del departamento en la importancia de preservar estos ecosistemas claves para el Valle del Cauca, donde existen 6 complejos de páramos. En el Duende, asegura, la población ha jugado un papel visible y activo en las discusiones para que este lugar permanezca lejos de cualquier amenaza que pueda poner en riesgo su belleza virgen.
“Este ejercicio de conservación no lo habríamos podido hacer solos. Es un ejercicio conjunto de gobernanza que la corporación no puede realizar de manera independiente, la única forma que podemos mostrar los servicios ecosistémicos y la relevancia de estos corredores biológicos es de la mano de las comunidades. Y eso es un tema para resaltar, los municipios están muy comprometidos con la conservación”, finaliza Salazar.