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Análisis
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Deserción escolar por las nubes: razones por las que 335.000 estudiantes dejaron el colegio en el último año
Las cifras, recién reveladas por el Ministerio de Educación y que corresponden a 2023, son las segundas más altas en una década. En los últimos dos años fueron más de 700.000 los desertores.
El 27 de enero regresaron a clases los estudiantes de colegios oficiales de Bogotá. Foto: Archivo particular
En Colombia, el 3,7 por ciento de niños, niñas y adolescentes abandonaron el colegio en el último año, de acuerdo con las cifras manejadas por el Sistema Nacional de Información de Educación Básica (SINEB), del Ministerio de Educación.
Una cifra que parece pequeña, pero que en realidad es la segunda más alta en al menos los últimos diez años, y que implica que unos 335.364 menores dejaron de estudiar, de los 9,8 millones en el sistema educativo.
Estos datos corresponden a la deserción escolar interanual (los estudiantes que de un año a otro dejaron de estar matriculados en el sistema educativo) del año 2023, las cuales recién fueron publicadas por el Mineducación, que esta vez dio a conocer los indicadores con un año de retraso (históricamente se hacía seis meses después).
De esta forma, los últimos números son los segundos más altos después de 2022, cuando la tasa de deserción alcanzó el 4,1 %, es decir, 374.123 estudiantes que dejaron de ir al colegio.
Así las cosas, en los dos últimos años, un total de 709.487 niños, niñas y adolescentes abandonaron el colegio por distintas causas, indicadores que encienden las alarmas sobre el estado actual del sistema educativo del país, según sostienen algunos expertos.
Y es que todos estos datos, al acumularse año a año, deja en evidencia un grave problema de a la escuela en Colombia, lo cual ha sido registrado, entre otras organizaciones, por el Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana (LEE).
Al respecto, el experto en educación Francisco Cajiao destacó: “Se estima que por cada 100 niños que entran a primero de primaria, solo 44 logran graduarse de bachillerato a tiempo. Además, de 100 graduados de bachillerato a nivel nacional, solo 39 logran acceder a educación superior y apenas la mitad de estos concluye el ciclo profesional”.
En otras palabras, el sistema sufre cada año un lento descenso de estudiantes a medida que avanza la trayectoria escolar. Por ejemplo, en el año 2018 había 931.082 estudiantes en grado sexto. Esos mismos alumnos debieron llegar a once en 2023, pero en este año solo se matricularon 535.640 en el último grado de bachillerato.
Eso quiere decir que solamente para esa cohorte, su paso por bachillerato implicó una pérdida de 395.442 estudiantes que se fueron quedando en el camino, ya sea porque desertaron o porque iban repitiendo el año.
Y esta no es la excepción, sino la regla, ya que el mismo fenómeno se evidencia durante la trayectoria escolar de todas las cohortes, lo que lleva al país a vivir el fenómeno mencionado líneas arriba por Cajiao: solo la mitad de quienes entran al colegio en Colombia logra graduarse de bachiller.
De cada 100 niños que ingresan a primero, solo 44 se gradúan a tiempo. Foto:iStock
El problema de la deserción escolar se alimenta, según expertos, de diversas fuentes, entre ellas la repitencia, que, como lo reveló EL TIEMPO, también viene en ascenso.
Durante el año 2023 el número de estudiantes repitentes fue de 725.563, lo que, con respecto a la matrícula de ese año, corresponde a una tasa de repitencia del 8,1 por ciento. Esto, además, implica una cifra cuatro veces mayor que hace cinco años.
Para Luz Karime Abadía, decana de Economía de la Universidad Javeriana y exdirectora del Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la misma institución, ambos indicadores (deserción y repitencia) tienen una relación directa: “Lo que muestra la literatura y nuestra experiencia es que cuando un estudiante pierde el año, además de que se desmotiva, tiene una probabilidad más alta de que abandone sus estudios. Y esto es más fuerte en personas de bajos recursos. Pero además se ve que su desempeño académico puede incluso seguir bajando”.
De hecho, otro informe del LEE advierte de los riesgos para el sistema de estos fenómenos: “La deserción y la repitencia generan costos para el sistema educativo, el Estado y las familias, pues implica que los recursos invertidos, por estudiante desertor o que pierde el año escolar, deberán considerarse nuevamente en otro año escolar”.
Pero no se trata solo de recursos perdidos del Estado y las familias. Para Ricardo Rodríguez, analista educativo, “el a la educación marca en gran medida el a otro tipo de oportunidades. Cuando algún factor lo limita, inmediatamente trunca el proyecto de vida de los niños, niñas y adolescentes. Es más, ni siquiera les permite contemplar una alternativa de vida diferente. De esta forma se perpetúa un círculo de pobreza en el país. Esa es realmente la dimensión de la importancia del a la educación”.
Otros indicadores en rojo para la educación básica y media
Además de la repitencia escolar que viene en un crecimiento exponencial, existen otros indicadores que generan alarma sobre el estado actual del sistema educativo. Uno de ellos es el de la población en extraedad, es decir, los estudiantes que se encuentran atrasados en su trayectoria escolar y cuentan con una edad que es superior a la que deberían para su grado escolar.
La extraedad se puede dar o por repitencia, abandono escolar y su posterior reincorporación o porque desde el inicio de sus estudios los padres (ya sea por dificultades económicas, descuidos y demás) matricularon tarde al menor
Así las cosas, la tasa de extraedad en Colombia es del 5,5 por ciento, lo que implica que alrededor de 500.000 estudiantes de colegio en el país se encuentra retrasado en su proceso académico y corren riesgo de desertar.
A esto se suman los últimos resultados de las pruebas Saber 11, que para 2024 tuvieron un puntaje global de 259 sobre 500, lo cual es superior al promedio de 257 de 2023 pero sigue siendo inferior a los resultados prepandemia.
De hecho, se siguen presentando importantes brechas que dan testimonio de las profundas desigualdades que persisten en el país en materia educativa.
Una de las diferencias más notorias es la que se presenta entre colegios privados, que el año pasado alcanzaron un promedio global de 287 puntos, frente a los públicos, cuyo puntaje fue de 252, es decir, una diferencia significativa de 35. Con todo esto, vale resaltar que la brecha se redujo un poco comparado con 2023, cuando fue de 37 puntos. Donde sí se incrementó la diferencia fue entre los colegios ubicados en zonas urbanas (265 puntos) frente a aquellos en zonas rurales (235).