La Asamblea Nacional de Francia aprobó una ley que prohíbe a los estudiantes de colegios públicos menores de 15 años el uso de celulares en las instituciones educativas.
Se trata del cumplimiento de una de las promesas de campaña del presidente
Emmanuel Macron y comenzará a regir a partir de la próxima temporada escolar.
Según el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, la prohibición busca “enviar un mensaje a las escuelas, a los colegios y a la sociedad sa sobre hacer un buen uso de la tecnología”. Los estudiantes tendrán permitido llevar los equipos a los colegios, pero no podrán sacarlos sino hasta el final de la jornada.
La decisión de la Asamblea sa ha sido criticada por la oposición al presidente Macron y por los sindicatos del sector educativo, que expresaron dudas sobre la lógica y el sentido práctico de esta determinación.
Pero el Gobierno ha defendido la medida argumentando que el uso de celulares “provoca numerosas disfunciones incompatibles con la mejora del clima escolar” y que su uso es susceptible de fomentar prácticas de riesgo como el ciberacoso o el cibersexismo, así como de exponer a los estudiantes a contenidos como la pornografía.
No es la primera decisión pionera de Francia en materia de regulaciones en los colegios. En enero del año pasado, el Gobierno galo restringió, a través de un decreto, las máquinas expendedoras de gaseosas en varios espacios, entre ellos los comedores escolares, por el carácter poco saludable de estas bebidas.
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“El niño tiene demasiada información a su disposición, muchas veces esa información no puede ser procesada bien a esa edad. Parte del problema de los celulares es que las personas están perdiendo la capacidad de comunicarse, pues participan en conversaciones distintas a aquellas en las que se encuentran en la realidad”, explica. Julián de Zubiría, director del Instituto Alberto Merani y experto en educación, piensa distinto.
En su opinión, si bien la restricción de las bebidas azucaradas “protege a los menores de alimentos profundamente dañinos”, la decisión sobre los celulares es “una medida equivocada que deberán echar para atrás en unos meses, pues nadie puede detener el curso de la historia. Lo que hay que hacer es exactamente lo contrario: mediar el uso del celular, llevarlo al aula de clase para mejorar la calidad de los mensajes que se intercambian y navegar con fines más claros”.
La organización RedPapaz se mostró más bien de acuerdo con la decisión de la Asamblea sa. “Entendemos que la prohibición de celulares en los colegios busca proteger a los niños, niñas y adolescentes, pero consideramos que es más práctico que los propios padres se pongan de acuerdo para no regalarles estos equipos inteligentes a sus hijos antes de los 14 años”, afirma Viviana Quintero, coordinadora de TIC e infancia de Red PaPaz.
Quintero agrega, y en esto coincide con algunas críticas de los sindicatos ses, que la medida aún no es clara en cuanto a su practicidad. Algunas opciones que se barajan son el uso de lockers para que los estudiantes guarden sus equipos antes del inicio de la jornada e, incluso, requisas a la entrada de los centros educativos.
EL TIEMPO