Historias del Cosmos: la última vez que los humanos pisaron la Luna

Hace 51 años regresaba a casa la última misión de seres humanos que han visitado el único satélite natural de nuestro planeta. El 19 de diciembre de 1972 se cerraba uno de los capítulos más importantes en la historia de la exploración espacial con el ingreso a la atmósfera de la Tierra y llegada al océano Pacífico del comandante Eugene Cernan, el piloto del módulo de mando Ronald Evans y el piloto del módulo lunar Harrison Schmitt, tripulantes de la misión Apolo 17.

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El éxito de la última misión lunar tripulada fue rotundo. Los astronautas aterrizaron en la región de Taurus-Littrow, una zona de gran interés geológico, y realizaron tres caminatas espaciales en las cuales recogieron más de 110 kg de muestras lunares, proporcionando información invaluable sobre la formación y evolución de la Luna.

Estas muestras incluyen una amplia variedad de rocas y suelos, entre las que se encuentran las anortoclasas, rocas ígneas ricas en aluminio que se formaron a partir del enfriamiento y solidificación del magma lunar hace millones de años.

Con la misión Apolo 17 se rompieron varios récords, como el ser la primera en incluir un científico en su tripulación. Harrison Schmitt era un geólogo que había estudiado la Luna durante muchos años, y su presencia en la misión permitió realizar una exploración geológica más detallada y exhaustiva de la superficie lunar. El comandante Cernan sería la última persona en caminar sobre aquella superficie, el 13 de diciembre de 1972, dejando la huella más reciente entre los doce seres humanos que pisaron el suelo lunar, desde la primera vez, en 1969.

El final de una era marcaba el comienzo de una nueva en la que los humanos se centrarían en órbitas más bajas. Habiendo logrado durante las misiones Apolo llegar a distancias de hasta 400.000 kilómetros de la Tierra, en el último medio siglo los terrícolas no se han alejado más de lo que equivale a la distancia entre Bogotá y Cúcuta. Los viajes al espacio más recurrentes han sido a la Estación Espacial Internacional, que ha recibido la visita de cerca de 300 astronautas desde el año 2000.

Hoy nos encontramos en un emocionante momento de renacimiento en la exploración lunar. Nuevos proyectos y programas, tanto de agencias espaciales como de empresas privadas, están reavivando el interés en la Luna. La secuela del programa Apolo es Artemis, que espera el próximo año volver a llevar a humanos a la órbita lunar, entre los que se encuentran la primera mujer y el primer afroamericano, y antes del final de la década volver a poner humanos sobre la Luna.

Este renacer de la exploración lunar promete no solo repetir los logros de Apolo sino también ir más allá, estableciendo una presencia sostenible en la Luna y preparando el terreno para futuras misiones interplanetarias.

Con tecnologías avanzadas y una comprensión más profunda de nuestro sistema solar, la próxima generación de exploradores lunares abrirá nuevas fronteras en el espacio, la puerta a la explotación de recursos naturales más allá de nuestro planeta. Los planes incluyen misiones tripuladas y no tripuladas, con el objetivo de establecer una presencia permanente en la Luna.

Durante este año se dieron pasos importantes para la democratización del espacio, en los cuales la Luna fue protagonista. Sin embargo, algunos fracasos, como el de la misión rusa Luna 25, cuyo objetivo era ser la primera nave espacial en alunizar en el polo sur del satélite terrestre y que se estrelló contra su superficie, nos recuerdan que la exploración lunar sigue siendo un desafío.

La Luna, que ha inspirado la imaginación humana durante milenios, sigue siendo un faro en nuestra búsqueda continua de comprender nuestro lugar en el cosmos y superar un sinnúmero de desafíos.

SANTIAGO VARGAS

Ph. D. en Astrofísica

Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional