Con la bendición presencial del papa León XIV finalizó ayer en Roma la edición 108 de Giro de Italia, catalogado como la segunda carrera por etapas más prestigiosa del mundo, de las llamadas de tres semanas, que son sueño de podio para quienes han abrazado este bello y duro deporte. Esta vez dieron el primer pedalazo 184 ciclistas de 23 equipos, y fue un Giro emocionante y vibrante hasta la etapa final.
Hay que destacar que nuestro ciclismo, el llamado de los escarabajos, que tantas glorias le ha dado a Colombia, sostuvo en alto la bandera. Lo del zipaquireño Egan Bernal, del Ineos, es para aplaudirlo de pie. Después de haber estado tan cerca de esa última etapa de la vida de los seres humanos por ese tremendo accidente en enero de 2024 en la vía Bogotá-Tunja, Egan estuvo allí, dejándolo todo, con su afición y su pundonor intactos y terminó séptimo. Bello ejemplo. Octavo fue el boyacense Einer Rubio, del Movistar, pero sin dejar de llevar en su piel la casaca de Colombia.
Se dice que ganó la inteligencia sobre la fuerza. Tal vez ganaron las dos. Y con todas las lecciones, ganó el ciclismo
El campeón de este Giro habría podido expresar su júbilo en español. La gran revelación, el mexicano Isaac del Toro, del UAE, vistió la maglia rosa, la anhelada del líder, desde la etapa novena hasta la 20. El triunfo estaba a la vuelta de unos 25 kilómetros, que se volvieron mil, no por falta de fuerzas, sino por mala estrategia, de experiencia o por rebeldía equivocada. Un mal entendimiento con el ecuatoriano Richard Carapaz le facilitó la fuga al campeón, el británico Simón Yates, él sí viejo zorro, capaz, con estrategia de equipo, que había guardado pulmones y se fue por una gloria que, a sus 32 años, él creía que se debía. La alcanzó merecidamente, porque es un grande. Ganador de una vuelta a España, de dos etapas en el Tour de Francia, dos en la Vuelta a España y siete en Giro. Y con bendición papal.
Se dice que ganó la inteligencia sobre la fuerza. Tal vez ganaron las dos. Y con todas las lecciones, ganó el ciclismo.
EDITORIAL