Anif: 50 años

El pasado jueves, el centro de estudios económicos Anif celebró sus 50 años de fundación con una jornada que combinó el abordaje agudo de los temas de la coyuntura nacional con un enriquecido recorrido por cinco décadas de aportes a las principales discusiones socioeconómicas del país. En momentos como el que hoy atraviesa Colombia, estos debates con espíritu crítico y constructivo son vitales para la sociedad y la democracia.

En una primera etapa como una agremiación de instituciones financieras y luego en un tránsito exitoso a tanque de pensamiento, Anif ha cumplido a cabalidad con la tarea de contribuir de forma técnica y propositiva a resolver las problemáticas que frenan el desarrollo sostenible y equitativo del país. Por su dirección han pasado dos presidentes de la República, una vicepresidenta, varios ministros del Estado, dirigentes gremiales, así como múltiples generaciones de economistas, que han concebido, e implementado en muchas ocasiones, políticas públicas de trascendencia e impacto.

La economía colombiana ha experimentado una transformación, mayoritariamente positiva, en este medio siglo. A la reducción de la pobreza y el fortalecimiento de la clase media hay que añadirles la diversificación del aparato productivo, la apertura del sistema democrático, la ampliación de la cobertura de servicios públicos básicos –aún insuficiente– y la consolidación de la arquitectura institucional de la Constitución de 1991.

No obstante, en años recientes, el choque de la pandemia, la caída en los precios de las materias primas, entre otros factores, han desembocado en una senda de bajo crecimiento, caída de la inversión y elevada incertidumbre. El Congreso de la República tramita actualmente un paquete de reformas del Gobierno Nacional que persiguen aumentar el rol del Estado en detrimento del sector privado y desconocen los logros de una institucionalidad basada en la colaboración público-privada.

Precisamente por su papel protagónico en la construcción de lo que hoy es Anif, la celebración de los 50 años incluyó un merecido reconocimiento a Luis Carlos Sarmiento Angulo, fundador de la organización empresarial homónima de la cual EL TIEMPO es parte. En su intervención, el empresario propuso algo clave como lo es el “respeto mutuo” entre el sector público y el privado como la “base firme para el desarrollo de Colombia” y reiteró al empresariado como motor de las inversiones, el empleo, la innovación y la competitividad.

El estado actual de la economía nacional y el desafiante panorama para los próximos años requiere de una participación cada vez más activa y juiciosa de ‘think tanks’ como Anif. Las rutas que Colombia debe transitar para dinamizar su crecimiento, avanzar en un desarrollo sostenible y con equidad, robustecer sus instituciones y cerrar las fracturas sociales que develó la pandemia, necesitan debatirse, adoptarse, ejecutarse y evaluarse con criterio apartidista, técnico, basado en datos y hechos, y con sensibilidad social y ambiental. En ese escenario hacia adelante, la voz y los aportes de Anif seguirán siendo tanto valiosos como imprescindibles.

EDITORIAL