El 20 por ciento de la población colombiana vive en zonas rurales. Llevar las instituciones estatales a los territorios quiere decir la presencia del Estado en esos sitios alejados de la geografía del bienestar; de la Colombia urbana que concentra la mayor parte de la población, del sector productivo, de los servicios públicos. La educación superior es uno de esos casos de concentración. Existen 34 universidades públicas, cinco de ellas en Bogotá y el resto en capitales de departamento. Algunas de ellas tienen sedes en otros municipios. Las universidades privadas acreditadas están en las grandes ciudades.
La Universidad del Valle es un caso excepcional de descentralización de la educación superior que responde a que el Valle del Cauca es un departamento de ciudades, cada una con su propia dinámica de desarrollo. Tiene 2 campus en Cali, y 4 seccionales y 5 sedes en Buga, Caicedonia, Cartago, Norte del Cauca (Santander de Quilichao), Buenaventura, Palmira, Tuluá, Yumbo y Zarzal. Es un proceso que cumple 40 años, convertido en una marca distintiva de la universidad, que cumple 80 años. De los 33.139 estudiantes de pregrado, 14.076 estudian en las regionales.
El compromiso de la Universidad del Valle es convertirse en un factor de transformación y fortalecimiento del tejido social de esas comunidades.
La meta en el largo plazo de ese enorme esfuerzo institucional es que cada una las seccionales y sedes tenga la misma calidad académica, investigativa y de bienestar que hoy existe en Cali y que su oferta académica responda a las diferentes necesidades de cada una de las regiones. Es una tarea continua en la cual el mejoramiento de la infraestructura y dotación de equipos y laboratorios ha sido muy importante en los últimos años. Justamente el pasado 21 de febrero se inauguró el centro deportivo académico cultural universitario de Buenaventura, obra de 2.830 metros cuadrados de área cubierta que tuvo un costo de 16.227 millones de pesos, de los cuales 8.500 millones fueron aportados por el departamento del Valle del Cauca; 4.725 millones, por la universidad, y 3.000 millones de pesos, por el Ministerio de Educación Nacional.
A su vez, las seccionales y sedes se han volcado sobre los territorios a través de los denominados nodos, que son programas de extensión llevados a sitios distantes de los grandes centros urbanos con el propósito de generar arraigo de los estudiantes a sus comunidades con una oferta de programas orientados a atender sus necesidades más sentidas. Hoy están en funcionamiento nodos en los municipios de Florida, Candelaria, Miranda, Jamundí y Sevilla. Y el pasado 28 de febrero, con la presencia del señor Presidente de la República, la señora Vicepresidenta y el ministro de Educación Nacional se inauguró el nodo de Suárez (Cauca) como resultado de un trabajo conjunto con la comunidad y el cuerpo docente de los municipios en la definición de los espacios de infraestructura, y en la elaboración del documento que establece la pertinencia de la oferta académica. La inversión final en infraestructura será de 52.000 millones de pesos.
No por coincidencia, la mayoría de esos nodos están en zonas con serios problemas sociales y de orden público, que nacen en buena parte de su aislamiento y la falta de oportunidades educativas de su gente. El compromiso de la Universidad del Valle es convertirse en un factor de transformación y fortalecimiento del tejido social de esas comunidades. Es la presencia de la universidad en los territorios con acciones concretas, concertadas con las comunidades y con los gobiernos nacional, departamental y municipal. Una demostración con hechos de que unidos podemos construir una mejor sociedad y un país en paz.
* Rector de la Universidad del Valle