Por un trabajo digno y decente

No hay que ser un gran conocedor de la política para saber que las reformas que no se concretan en los dos primeros años de un gobierno muy difícilmente pasarán después sin recurrir a prácticas clientelistas. Que el recién posesionado ministro del Interior, Armando Benedetti, no haya sido capaz de pasar la reforma laboral significa que la mayoría de los congresistas ya están pensando en su propia reelección.

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El Gobierno, con el "sol a las espaldas", y muy consciente de esta realidad, decidió iniciar oficialmente la campaña presidencial de 2026, e iniciarla con una clara ventaja. La más obvia es que es más fácil mantenerse en el poder que llegar a él. El Gobierno tiene la maquinaria estatal y la va a usar a su favor. Pero, además, la derecha decidió oponerse a una de la reformas más urgentes y necesarias de este gobierno.

¿Quién podría estar en contra de mejorar las condiciones de vida de las y los trabajadores? La reforma laboral tiene unos efectos muy tangibles en un país con unas condiciones laborales muy precarias y con una de las tasas de desempleo más altas de la región.

Así como soy crítica del actual gobierno, de la figura de Gustavo Petro y de algunas personas que lo rodean, puedo perfectamente reconocer lo que se está haciendo bien. Por esto, no dejaré de criticar los absurdos argumentos de la derecha para oponerse a esta y otras reformas. Tras el archivo de la reforma laboral, la senadora Paloma Valencia salió en los medios diciendo que el Gobierno estaba incitando a la violencia y que cualquier incidente que sucediera en el país era responsabilidad exclusiva del Presidente y de su grupo.

Además, afirmó que no sabía por qué el Gobierno no podía hacer política sin odio; por qué no podía hacer política pensando en el país. Nada más absurdo que estas palabras salgan de una representante del Centro Democrático, partido político cuya propuesta principal es precisamente incitar al odio. La derecha se aprovecha de que Colombia es un país sin memoria, ¿acaso ya olvidaron cómo estigmatizaban a quienes pensaban diferente a ellos en el gobierno de Iván Duque?

Por otro lado, como alguien que cree que la autocrítica es de vital importancia para garantizar el cambio en el interior de la propia izquierda, considero que es absolutamente contradictorio que el Gobierno hable de mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora mientras no dejan de salir denuncias de acoso y maltrato laboral en RTVC, el sistema de medios públicos de Colombia.

¿Por qué en todos los lugares por donde pasa Morris surgen denuncias? Recordemos las denuncias de Carolina Valencia Bernal, quien hizo parte de la Unidad de Apoyo Normativo (UAN) de Morris cuando este era concejal. Recordemos cuando el periodista Mauricio Arroyave denunció censura por parte de Morris cuando este era gerente de Canal Capital.

¿En serio quieren hacerle creer a la gente que se trata de una conspiración? No han conspirado contra funcionarios de izquierda brillantes, ¿por qué hacerlo contra un funcionario mediocre? ¿No es el colmo de la incoherencia que se busque dignificar las condiciones de trabajo del pueblo mientras se acolita permanentemente a uno de los grandes maltratadores de este gobierno? Petro sigue defendiendo equivocadamente a personas que no hacen sino hacerle daño a su proyecto político y, de paso, a toda la izquierda.

Por último, si se va a convocar una consulta popular, los del Gobierno tendrán que aprender a transmitir los beneficios de las reformas a la gente que no piensa como ellos, algo que no ha sabido hacer RTVC hasta ahora. Porque emocionar a las personas con generalidades y diciendo lo que ellas quieren escuchar es demasiado fácil, lo difícil es convencer a la gente que no piensa como uno.