SEÑOR DIRECTOR:
Con la muerte del papa Francisco el mundo no solo despide a un líder religioso, sino a un símbolo de humildad, lucha y transformación. Su partida, a los 88 años de edad, deja un vacío en la Iglesia, pero también una huella profunda en millones de personas que vieron en él una voz firme en favor de los excluidos, los migrantes y la justicia social.
Francisco no fue un pontífice tradicional. Se enfrentó a la rigidez de una Iglesia que durante siglos se resistió al cambio. Él habló de inclusión, de misericordia, de ecología, de paz. Y lo hizo sin miedo, con una ternura revolucionaria que incomodó a algunos, pero que dio esperanza a muchos.
Ahora que comienza el interregno papal, el mundo observa con expectativa el futuro de la Iglesia. Sin embargo, más allá del próximo cónclave, nos queda una responsabilidad: mantener viva su enseñanza.
Que su muerte no sea el final de su legado, sino el inicio de una nueva etapa inspirada en su ejemplo. Francisco nos enseñó que la fe sin acción está incompleta. Que no basta con creer, hay que actuar. Que su partida sea un llamado urgente a vivir con más empatía, compromiso y amor por los demás.
Ludy Ximena Grimaldy Caicedo
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SEÑOR DIRECTOR:
Cuando el mundo amaneció con la nefasta noticia del fallecimiento del papa Francisco, es importante recordar el legado que nos deja a través de sus encíclicas y de tantas reflexiones que permanentemente nos compartía. En un mundo en donde está imperando la política del sálvese quien pueda, del divide y reinarás, de la búsqueda de más consumidores y espectadores, de la promoción del individualismo y el egoísmo, bien vale recordar todas esas enseñanzas del pontífice que nos invitaba a soñar juntos, a ayudarnos unos a otros y mirar hacia adelante, a seguir levantando las voces en defensa de la naturaleza, de nuestra casa común y a no seguir expandiendo las fronteras de la pobreza.
"El aislamiento, no; cercanía, sí. Cultura del enfrentamiento, no; cultura del encuentro, sí". ¡Paz en su tumba!
Profesor Henry Sarabia Angarita
Bogotá
El aumento de la retención
SEÑOR DIRECTOR:
Oportuno y claro el editorial 'Medida desesperada' (21-4-2025), sobre el pretendido aumento de la retención en la fuente, que también reduciría el monto mínimo a partir del cual se aplicaría, que impactaría gravemente el sector productivo, que sería irresponsable con los gobiernos futuros y que algunos gremios califican de reforma tributaria disfrazada.
Ahí están las consecuencias de la incompetencia, el despilfarro y la corrupción gubernamental. "Lo que nada nos cuesta, hagámoslo fiesta" dice el adagio popular, que, a juzgar por la actual crisis fiscal y el alto incremento de la deuda pública, vemos que está aplicando el gobierno Petro.
Ojalá el pueblo colombiano aprenda la lección para, priorizando el interés patrio, buscar la asertividad en la elección de los más competentes y meritorios gobernantes también legisladores.
Luis Iván Perdomo Cerquera
Bogotá