Señor Director:
En la década de los 40 del siglo pasado compañías como Shell, Exxon, Texas, Chevron, Richmond, etc., ya estaban explorando en Colombia, no solo en el valle medio del Magdalena, sino en los Llanos Orientales, en el Putumayo, en el Chocó y en la Amazonia. Estas compañías contribuyeron de una manera muy directa al conocimiento de las cuencas sedimentarias colombianas y de la geología colombiana.
Shell descubrió el Campo de Casabe, Exxon operaba la Concesión de Mares, Chevron descubrió el Campo de Zulia, y Texas Petroleum Company, los campos de Velázquez, Cocorná, Orito y Chuchupa. Estas compañías fueron factores de la autosuficiencia energética de país y la transferencia de tecnología en todos los sentidos.
Algunos de los ingenieros de petróleos y geólogos colombianos que iniciaron su carrera como funcionarios en entrenamiento llegaron a ser gerentes y presidentes de esas compañías en Colombia. Es una verdadera lástima verlas partir. Gracias por todo lo que hicieron por Colombia. Esperamos “que no sea un adiós, sino un hasta luego”.
Geólogo Orlando Forero Esguerra, profesor (p) Universidad Nacional de Colombia
¿Y aquí estamos preparados?
Señor Director:
De los apagones de luz, líbranos, Señor. A los escasos días del fallecimiento del seguro santo papa Francisco, el Vicario del Fin de Mundo, surgieron cantidad de teorías conspiratorias sobre la causa, desde un ataque cibernético, pasando por una minitormenta solar de flujo laminar o tormenta geomagnética, hasta por la influencia de un ovni en su paseíto por los cielos europeos, recordando el gran apagón del noreste de Nueva York. Aquel día del 9 de noviembre de 1965, cuya duración de 13 horas dejó a más de 30 millones de almas sin electricidad. Si los apagones del 28 de abril de 2025 afectaron las estructuras electrónicas de países del primer orden, sin una causa todavía establecida, ¿qué ocurriría si este hubiera sido en el sistema energético de un país como Colombia? ¿Estará Colombia preparada para una emergencia de tal magnitud?
Fernando Cortés Quintero
La rumba extendida
Señor Director:
¿A qué costo?, pregunta EL TIEMPO (27/4/2025), por la extensión del horario rumbero. En Galerías bien lo sabemos, aunque la alcaldía nos ignoró: mayor contaminación sonora, menos sueño nocturno, ausencia de control sonométrico (decibeles), incremento de riñas, vandalismo y consumo en la calle, mayor atracción de indigentes y jíbaros, aumento del desaseo y orines en andenes; más inseguridad y anarquía. ¿Y la Ley 2450/25, contra el ruido, será también convidada de piedra, igual que los derechos de los residentes? Se abrirá otra caja de Pandora con más negocios de este tipo para “garantizar rumba sana y tranquila” para rumberos y beodos a costa del insomnio de los residentes.
Mayo Monroy
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