SEÑOR DIRECTOR:
Bajo la atmósfera Andi, ha crecido todo lo demás: Fenalco, Acopi, cámaras de Comercio, Asoexport y muchas otras agremiaciones que tienen en su interior importantes empresas en variados sectores, que han hecho grande y fuerte la economía de Colombia. Muchos son los grandes hombres de empresa del país que han formado la economía, obviamente con el concurso de los trabajadores. El Estado, con excelencia en las políticas, ha brindado condiciones y buen ambiente para el nacimiento y crecimiento de variadas empresas, pues ha tenido la convicción a lo largo de los últimos 120 años de que con libertades los emprendedores cumplen mejor su papel en la dirección de la economía. Si esa virtuosa convicción la lleva el Estado al 'cuarto de san Alejo', fracasará el ritmo de crecimiento.
El Estado por ningún motivo puede ponerle talanqueras y obstáculos a la rentabilidad de industriales y comerciantes, con gravosas tasas impositivas ni mucho menos regulaciones laborales, que a corto plazo extinguen empleos.
Rogelio Vallejo Obando
SEÑOR DIRECTOR:
Quiero felicitar a todo el equipo de EL TIEMPO, a la redacción en Cali y al editor general, Ernesto Cortés, por el cubrimiento e información detallada sobre la cumbre COP16, bajo el lema 'EL TIEMPO, la sucursal de la COP16', realizada del 21 de octubre al 1.º de noviembre en Cali para hablar de los datos y desafíos de la situación actual de la biodiversidad de Colombia y del planeta. Los mejores aplausos para la Sucursal del Cielo y para la ciudadanía en general que recorrió la Zona Azul y Verde. Básicamente, Colombia lo ha logrado con el acuerdo de los indígenas para cubrir los bosques naturales y la Amazonia, aunque faltaron más acuerdos, como el plan de financiación para proteger la naturaleza.
EL TIEMPO en su edición impresa y digital sigue siendo el medio más consultado por los líderes de opinión, según la última encuesta de Cifras y Conceptos, sobre temas de actualidad, y yo, como lector, seguiré a este diario hasta el final. Felicitaciones a todos y a su director. Gracias por informarnos.
Édgar Alberto Sánchez Moreno
SEÑOR DIRECTOR:
A propósito de la crónica de Ricardo Rondón sobre la artista Carolina Trujillo y su increíble museo del vestuario, creo que ya es hora de que un tesoro artístico que ha estado "escondido" en un sótano de las Torres del Parque haga parte del patrimonio cultural de Bogotá y de Colombia.
Conociendo las vitrinas, que recrean la historia del mundo a través del vestuario que usaron los hombres, me he dado cuenta del inmenso valor de una colección única, armada durante 60 años por esta gran artista, amante de la historia y el conocimiento. La estética y minuciosidad, la forma en que están presentadas las escenas son perfectas y nos transportan a las épocas que representan.
Hago un llamado a la empresa privada, organismos culturales y entes gubernamentales que tienen la obligación de educar a los ciudadanos desde temprana edad para que aprovechen la oportunidad de adquirir esta inigualable colección, la presenten al público para su deleite, y cumpla su función educativa.
Amparo Ángel