Educar para proteger la naturaleza

Interesante el artículo que se publica hoy, 24 de abril, sobre un estudio de consultoría, donde se evidencia la preocupación que existe en la humanidad debido a los peligros que se enfrentan por el cambio climático y que debe ser motivo de desvelo por parte de la sociedad, ya que es una realidad que nuestra casa común demuestra signos de cansancio y debemos buscar la manera, ya no solo de cuidarla, sino de buscar su recuperación y reparación por los daños ocasionados.

Desde la escuela se puede aportar para contrastar lo que en el estudio se demuestra, y es lo referido a que ha caído la convicción de que la acción individual es necesaria. En ese sentido, sería bueno que el currículo se orientara a pensar en el desarrollo de contenidos a partir del entorno que nos ofrece la naturaleza, logrando en el estudiante desarrollar habilidades sociales que permitan entender la importancia del cuidado del planeta y de que los recursos naturales no son infinitos.

Ya el Vaticano le dio el último adiós al papa Francisco, como se ha dicho, un pontífice que se sintonizó con su grey, con la juventud, con la mujer, que dio ejemplos en diversas virtudes como la austeridad, la bondad, la humildad; que condenó la corrupción y los atropellos de la propia Iglesia contra la niñez. Lo fundamental es que quien llegue a la silla de San Pedro siga sus pasos. Hoy, más que nunca, se necesita un pontífice cercano, que se duela de nuestros males, que condene las guerras y que dé ejemplo. Esa es la Iglesia que reforzará la fe y sostendrá su respetabilidad. Esa es la Iglesia que millones de fieles necesitamos hoy, especialmente.

Colombia atraviesa una fuerte violencia contra las mujeres. Los feminicidios han aumentado con el pasar del año. La violencia intrafamiliar debe ser estudiada y buscar soluciones para disminuir los terribles casos.

Las mujeres siguen siendo silenciadas, la violencia de género es cada vez más alta. Ha conmovido el reciente caso de Yesica Paola Chávez, una mujer maltratada y asesinada por su esposo, un policía, el 22 de abril, en una peluquería de Ciudad Bolívar, donde ella prestaba sus servicios de manicure. El agresor también se quitó la vida al instante. Los feminicidios no pueden quedar impunes.

En estos días, Colombia se ha visto sobresaltada por la impaciencia de vistosos servidores públicos, lo que nos lleva a pensar que ya estamos pasando a un ambiente de franca mala educación, con la pérdida del respeto a nuestros semejantes. Sí que les convendría recordar las enseñanzas del maestro Manuel Antonio Carreño sobre las pautas para una conducta civilizada y respetuosa al interactuar en sociedad. También es bueno que complementen con la lectura de la encíclica del papa Francisco, Fratelli Tutti, que les dará muchas luces sobre las tinieblas que acorralan sus espíritus.