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Entrevista
Video: Rebecca González habla del secuestro de su esposo Elkaná Bohbot a manos de Hamás en 2023
Rebeca González de Bohbot relató en entrevista con EL TIEMPO el duro momento que vive.
La colombiana Rebecca González, de 33 años, se enamoró del judaísmo aún antes de conocer al joven judío Elkaná Bohbot que años después se convertiría en su esposo y padre de su hijo Reém, hoy de cuatro años y medio.
Tras su primera visita a Israel la joven colombiana decidió radicarse allí, aprendió hebreo, inició sus estudios y se convirtió al judaísmo para empezar un capítulo singular de su vida que la colmó de felicidad. Hasta el sábado 7 de octubre de 2023.
Lloraba y lloraba y yo me imaginaba que tenía a mi esposo muerto a su lado en Nova (el festival de música). Le pedí que me dijera qué había pasado y, finalmente, me dijo que Hamás había subido a Telegram un video con secuestrados.
Aquel día oscuro, su esposo Elkaná estaba trabajando en el festival de música Nova, cercano al kibutz Reím y próximo a la frontera con la Franja de Gaza, cuando numerosos hombres armados del grupo islamista Hamás irrumpieron en el lugar y cometieron una masacre que se cobró la vida de aproximadamente 400 personas.
En total, el ataque perpetrado por Hamás en el sur de Israel ese día acabó con la vida de 1.200 personas, mientras que otras 250 fueron secuestradas, la mayoría del festival Nova. Elkaná fue uno de ellos.
En qué momento como seres humanos permitimos dejar pasar las cosas y no luchar más por ellas?
Rebecca Bohbot, esposa del colomboisraelí Elkana Bohbot, y su hijo Reem. Foto:Archivo particular
Luego de confirmarse su secuestro, y por intervención de su esposa, el presidente Gustavo Petro -con quien Rebecca se reunió- decidió concederle la ciudadanía colombiana a Elkaná para así intentar lograr su liberación. Sin embargo, no fue incluido en la lista de los que deben ser liberados en el marco de la primera fase del alto al fuego acordado entre Israel y Hamás.
Rebecca señala que sigue en o con las autoridades nacionales, con la esperanza de que eso ayude a la pronta liberación de su esposo que padece de asma y sufrió duros golpes en la nariz durante el secuestro. Además, justo esta semana recibió señales de vida de Elkaná, por cuenta de los secuestrados que volvieron.
Este es el testimonio de la colombiana Rebecca González, quien recibió a EL TIEMPO en su casa en Mevaseret Tzion, cerca de Jerusalén, para contar su historia.
Pero si esta es la lucha que me toca, la seguiré luchando. No me voy a rendir hasta que mi esposo vuelva.
Elkaná Bohbot solía asistir a eventos de música. Foto:Tomada de redes sociales
Quisiera ir al principio, ¿cómo se enteró de que Elkaná estaba secuestrado?
El 7 de octubre fue un día de gran incertidumbre. Nadie entendía lo que estaba pasando, era como una película de terror. Yo me enteré por medio de uno de sus amigos, Roy, que me llamó al mediodía y llorando me decía que fuera fuerte. Lloraba y lloraba y yo me imaginaba que tenía a mi esposo muerto a su lado en Nova (el festival de música). Le pedí que me dijera qué había pasado y, finalmente, me dijo que Hamás había subido a Telegram un video con secuestrados. Me lo mandó y allí vi claramente a mi esposo, con sus ojos azules, asustado, enojado, en shock. Sus prendas estaban desgarradas. Estaba con otros cuatro hombres en una habitación oscura. Ahí entendí que mi esposo estaba secuestrado.
Ni sé cómo preguntarlo… ¿Qué sentimiento le embarga el corazón en este momento?
Al principio, nosotros pensábamos que había mucha gente desaparecida y que era algo que iba a durar dos semanas, máximo un mes, y que los iban a traer de vuelta. Hay muchos momentos de todo este tiempo que no recuerdo. No sé si comí, no sé cómo me levanté de la cama, no sé quién vino a cuidarme. Hubo cosas que hice automáticamente. Es un profundo dolor saber que, a mi esposo, en este momento, lo están lastimando, le están haciendo daño. Pasaron muchas cosas por mi mente, pero sé que va a regresar y que tiene que haber una razón por la que se lo llevaron con vida y no lo mataron en ese instante.
Para mí, es claro que el hecho de que él esté con vida es la esperanza, porque sé que lo voy a volver a ver. El secuestro no es irreversible como la muerte. Pero, claro, también hay mucha incertidumbre de si va a volver o si va a resistir a todo lo que vivió en este tiempo.
Varias personas caminan entre edificios derruidos por la calle Saftawi de Yabalia, norte de Gaza. Foto:Omar AL-QATTAA / AFP
Lo duro, claro está, no es sólo no tenerlo con ustedes sino saber que está pasando por una experiencia muy dura...
Sin duda. Si él sigue con vida y si él está allá, está pasando por la prueba más grande de su vida, la estamos pasando todos. Pero está la fe de que él va a volver. Y no puedo rendirme, tengo que estar fuerte.
¿No hay días en los que siente que se pierde la fuerza de luchar?
Hay días en los que me despierto y no quiero seguir en esta lucha, en los que me pregunto cuánto uno puede soportar. Pero si esta es la lucha que me toca, la seguiré luchando. No me voy a rendir hasta que mi esposo vuelva.
¿Durante todos estos meses, ha recibido alguna señal de vida de Elkaná?
La señal de vida real es el video de Elkaná y otros secuestrados en Gaza. Pero, además, en junio fueron rescatados por el ejército cuatro secuestrados en un operativo especial (Noa Argamani, Andrei Kozlov, Shlomi Ziv y Almog Meir Jan) y resulta que Almog aparecía también en aquel video. Así que cuando volvió a Israel nos contó lo que pasó ese día, dónde los encontraron que fue detrás de arbustos en los que se habían escondido. Nos contó que los dejaron encerrados en la habitación unas dos horas, que todos estaban en shock. Y que luego se los llevaron, los separaron y los grabaron aparte.
Elkana Bohbot, de 34 años, es representante de DJ. Asistía al concierto que fue atacado por Hamás. Foto:FOTO: ARCHIVO PARTICULAR
Aquella mañana en que lo secuestraron, ¿Elkaná alcanzó a enviarte algún mensaje?
Te diré que mi suegra habló con Elkaná ese día cuando, al levantarse y prender el noticiero, entendió lo que estaba ocurriendo justo en la zona en la que él estaba. Elkaná le respondió que todo estaba bien, que había un problema de seguridad por el cual estaba ayudando a personas a salir del lugar, que todo iba a estar bien. Le transmitió mucha seguridad. Mi suegra decidió despertarme, me llamó, me dijo que había lanzamientos de numerosos misiles hacia la zona de la fiesta en la que estaba Elkaná. Prendimos el noticiero y fue justo en el momento cuando mostraban las camionetas blancas que salían de la Franja de Gaza y entraban al territorio de Israel.
Vea la entrevista completa aquí:
Habla esposa de secuestrado hace más de un año por Hamás Foto:
Me imagino sus nervios, ¿se trató de comunicar con Elkaná?
Así es. Me contestó tranquilo, no había ruido de fondo. Para mí que, en ese momento, él ya estaba en situación de escape o ya estaba escondido. Me dijo que estaba ayudando a otras personas a salir de allí. No me dijo que había heridos ni muertos. Me dijo que estaba arreglando todo, que estaba terminando allí todo y que iba a estar todo bien. Yo le dije: “Escúchame bien, no solamente son misiles, hay un ejército de Hamás en camionetas en la zona”. Y él me dijo: “Yo te prometo que voy a volver”. Entonces, ya eran más de las 8 de la mañana.
Hay días en los que me despierto y no quiero seguir en esta lucha, en los que me pregunto cuánto uno puede soportar.
A esa hora, él seguramente sabía eso porque Hamás llegó al festival Nova mucho antes...
Así es. Él ya estaba escondido, porque había silencio. Yo recuerdo que no había ruido de fondo, así que cuando habló conmigo ya estaba escondido. Si pudiera devolver el tiempo hacia atrás, le hubiera dicho: entiérrese. Quédese ahí por mucho tiempo para que no lo encuentren, pero él hablaba con tanta seguridad. Y, después, yo pensé si realmente estaba despierta, creo que no reaccioné debidamente en aquel el momento. Pero, esa promesa que Elkaná me hizo, la llevo conmigo todos los días: sé que él va a volver.
Ustedes tienen un hijo pequeño, Reem, de cuatro años y medio. ¿Cómo ha sido el proceso con él?
Él siente la ausencia de su papá. Eso está claro. Te diré que, al principio, el primer mes, no quería decirle que su papá está secuestrado. Como todo era muy reciente, de pronto decirle algo tan fuerte y que a la semana ya trajeran a su papá, pensé que era mejor que no. Pero, después, mi sicóloga me dijo que el niño no estaba viendo la guerra en el noticiero, sino que él es una víctima de esta y tiene todo el derecho de saber dónde está su papá. Así que, mediante un juego, como una obra de teatro, le fuimos explicando. Le mostramos que papá se levantó a trabajar, se levantó de la cama, cogió el carro, se preparó su café, se fue al trabajo y, mientras estaba trabajando, llegaron personas que no son buenas y se lo llevaron. Esa fue toda la historia que le dijimos.
Reunión de altos mandos para discutir la tregua en Gaza. Foto:Khaled DESOUKI / AFP
Qué situación tan difícil…
Para un niño no hay línea de tiempo. Mi niño me dice: “Mamá, mi papá se fue y yo era un bebé”. Y yo digo…han pasado casi ya 16 meses y su papá no está acá. Cuando mi esposo se fue, mi niño no hablaba todavía. Con tres años y medio, mi niño se devolvió a hablar, porque escuchaba dos idiomas. Yo le hablo en español, pero, claro, también le hablan en hebreo. Ahora puedo tener con él una conversación entera en hebreo.
Si pudiera devolver el tiempo hacia atrás, le hubiera dicho: entiérrese. Quédese ahí por mucho tiempo para que no lo encuentren, pero él hablaba con tanta seguridad.
Tuvo que madurar, entender que el tiempo va pasando...
Exacto. Mi esposo está encerrado, pero el tiempo sigue pasando y el niño sigue esperando que vuelva. Se le ha explicado la razón por la que su papá no está, por la que mamá está triste y la razón por la que el abuelo y la abuela están tristes. Y hay que validar todo sentimiento del niño. Hay que explicarle todo. Así que hay días en los que el niño dice: “Quiero a mi papá” o llora por su papá. Es claro que quiere que su papá vuelva. No está pidiendo el juguete, no está pidiendo el carro, está pidiendo a su papá. En los dibujos del GAN (jardín de infantes) él dibuja una casa donde está su papá, al que pone como el más grande, y también a su mamá y a sí mismo. Y en el dibujo, el papá está dentro de la casa.
¿Qué cosas te ha dicho Reém que te indique cómo vive todo esto?
A veces, se despierta y solamente habla del papá. Me dice cosas como: “Recuerda, mi papá ama el picante” o “a mi papá le gusta bañarse con agua caliente.”
Cuando mi esposo se fue, mi niño no hablaba todavía. Con tres años y medio, mi niño se devolvió a hablar, porque escuchaba dos idiomas.
Tiene recuerdos de las salidas que hacían juntos y lo trae a la conversación todo el tiempo. Pero, hay días en los que me dice: “Mi papá no volvió”. Y yo le vuelvo a explicar todo, vuelvo a abrazarlo, le digo que yo también lo extraño, que yo también quiero a papá de vuelta y le doy prioridad a que suelte y que libere también ese sentimiento de dolor, de extrañarlo. Ha pasado mucho tiempo que hemos perdido de estar junto a él. Y Elkaná ha perdido mucho tiempo de ver crecer a su hijo.
Niños desplazados en Gaza. Foto:AFP
¿Le preocupa pensar que no se pacte una segunda etapa del alto el fuego que incluya a su esposo dentro de las liberaciones?
Lo que yo quiero es estar con mi hijo y poder decirle: “Ahí está papá, te prometí que papá iba a volver y aquí está”. Y quiero decirle: “Ve a correr a verlo”. Él va a ser el primero que va a abrazar a su papá. Así debe ser, porque él, este niño de cuatro años y medio, pasó de ser mi hijo a mi maestro. Es quien me enseña todos los días qué significa realmente la esperanza y yo me pregunto: ¿En qué momento como seres humanos permitimos dejar pasar las cosas y no luchar más por ellas? Él es la lucha. Él es la razón. Y Elkaná va a ser nuestro héroe. Mi esposo va a estar escrito en los libros de historia, junto a todos los demás secuestrados, porque son verdaderos héroes. Pero, volviendo a Israel.