Los policías que fueron enviados a la cárcel por presuntamente torturar hasta la muerte a preso que se les había fugado

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Los mencionados deberán responder ante la Justicia Penal Militar y Policial por falsedad ideológica en documento público, desobediencia y abandono del puesto; así mismo, se remitirán a la Fiscalía General de la Nación copias de toda la actuación desplegada para que se establezca la presunta responsabilidad de estos uniformados en la muerte de Cristian Herrera, al considerar que bajo ningún aspecto los hechos que rodearon la muerte de Herrera “pueden constituirse un acto del servicio”, afirmó el fiscal.

En la audiencia de imputación de cargos el coronel Niño dijo que en la madrugada del 12 de febrero los uniformados, adscritos a la Policía Metropolitana de Cali, habían sido delegados a una estación en Jamundí, y que “siendo aproximadamente las 01:20 horas de ese 12 de febrero de 2024, después de lograr la recaptura de Cristian Camilo Herrera Zúñiga, quien momentos antes se había dado a la fuga de la estación de Policía de Jamundí, Valle del Cauca, fue agredido gravemente por ustedes, a fin de castigarlo por ese acto”.

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En ese orden de ideas, relató el fiscal 2203 que “por causa de dichas agresiones, Herrera Zúñiga tuvo que ser trasladado al Hospital Piloto del municipio de Jamundí, a donde ingresó sin signos vitales, según lo certificaron los galenos que lo recibieron”.

De hecho, para cubrir la falta los uniformados investigados, quienes hoy están suspendidos por decisión de la Inspección de la Policía Nacional, “en esa madrugada del 12 de febrero de 2024 consignaron falsedades en los libros públicos, específicamente en el del comandante de guardia y control de detenidos, que dieron cuenta de la forma como se desarrollaron los hechos; es decir, plasmaron allí deliberadamente unos hechos contrarios a la verdad procesal que se investiga”, puntualizó el coronel Niño.

El intendente Villada esa noche asumió el servicio de comandante de guardia o jefe de Información y Seguridad de Instalaciones; a su vez, el patrullero Sánchez asumió como custodio de las personas que se encontraban privadas de la libertad en las instalaciones de la estación de Policía; esa madrugada se fugó Herrera Zúñiga, quien cruzó una calle y fue recapturado minutos después en un lote baldío. De acuerdo a quienes lo recapturaron, Herrera no estaba herido o lastimado.

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El fiscal del caso señaló que de acuerdo al dictamen de Medicina Legal, el joven de 20 años murió tras recibir varios golpes contundentes, “con patrón de herida en la frente y cabeza, con un diámetro circular, la misma lesión se observa en la cara, al parecer realizadas por una linterna negra táctica, encontrada en poder de uno de los policías”.

Esa linterna fue sometida a pruebas reactivas que arrojaron un resultado positivo para sangre humana, señaló Niño, quien relató en la audiencia otros hallazgos de la necropsia: “Herrera fue colgado con las esposas puestas, recibió descargas eléctricas, para lo que fue mojado previamente, y murió asfixiado tras colocarle una bolsa en la cabeza”.

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Por respeto a la familia de Cristian Herrera, EL TIEMPO se abstiene de publicar más detalles de los hechos, pero para la Fiscalía de la Justicia Penal Militar y Policial es claro que se trató de una muerte que los uniformados trataron de desviar o encubrir, “al afirmar que esta persona en medio de su huida se golpea la cabeza rompiéndose la misma, además de diferentes golpes, los cuales se propina en medio de la huida, después de recapturar a esta persona, dicen que manifiesta no requerir asistencia médica, por ende es ingresado a la sala de espera de retenidos y esposado a la celda”.

Para el coronel Niño, estos policías se alejaron de las normas regladas como uniformados y traicionaron su deber ser como servidores públicos tras la idea de “castigar” a Herrera por haberse fugado y así “propinarle golpes que le generan dolor de manera indescriptible”.

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