El día en que presentaron la última obra antes de cerrar el Teatro Petra por la expansión de la covid-19 ha sido uno de los más duros para el equipo. La boletería de marzo estaba agotada y la de abril ya estaba en parte vendida. Sin embargo, el sábado 14 de marzo dijeron: “No vamos más”.
Empezaron a llamar a todos los que ya habían comprado boletas… Ese día no hubo nadie en el teatro que no terminara con los ojos encharcados. Pero la adaptación a la nueva realidad impuesta por la pandemia empezó al día siguiente porque, como dice Fabio Rubiano, “derrotados nunca”.
Sin duda, el sector de la cultura ha sido uno de los más golpeados financieramente por la cuaerentena. Como lo dijo Marcela Valencia, cofundadora del Teatro Petra junto con Rubiano, “somos los primeros en cerrar y los últimos en abrir”. Mejor dicho, el panorama para los artistas en su más amplia expresión es preocupante. Desde antes de la cuarentena, el teatro ya estaba asumiendo el pago de un crédito gigante que lograron congelar durante ocho meses. El reto ahora es asumir la nómina de sus 27 trabajadores.
Lady Macbeth cumple con todas las reglas de higiene que nos piden ahora. Nos dicen que hay que lavarse las manos cada tres horas. Ella se las lavaba cada diez minutos, y no se le quitaba la mancha
“La nómina es lo que más me preocupa”, señala Rubiano y explica que están esperando otro préstamo para poder cumplir con esa parte. “No es lo ideal, pero no vemos otra forma. Igual no estamos quietos”. Y es que si bien es cierto que los artistas en general están muy afectados por la crisis, la creatividad es una fortaleza que les permite adaptarse al nuevo transcurrir de la vida.
El Teatro Petra es un ejemplo de ello. Al día siguiente de cerrar, ya lanzaban por redes sociales un formato especial en el que Marcela Valencia interpreta a una cincuentona en cuarentena. Un divertido monólogo. A esto se suma que continuaron con los talleres de dramaturgia.
“Prefiero no hacer streaming. Estamos inventando otros mecanismos: grabo las clases, grabo las retroalimentaciones personalizadas, y nos tratamos de ver por streaming solo en los casos específicos en los que haya preguntas y respuestas”, cuenta Rubiano.
Adicionalmente lanzaron otro taller de clown con tres de los mejores profesores de esta área que tiene el teatro: Juatina Cenita, Mario Escobar y Mario Riveros.
Pero más allá de esto, que podría ser lo tradicional que hace un teatro, decidieron innovar en otras áreas. Lanzaron el pódcast ‘El problema fundamental’. En el primer capítulo se preguntan: ¿el teatro sobrevivirá a la pandemia?, ¿a esta pandemia?
Quizás autores de otros tiempos nos hablan sobre lo que nos sucede ahora. Por ejemplo, en una de las tragedias fundamentales de Shakespeare, el personaje Lady Macbeth tal vez hubiera sobrevivido al coronavirus porque estaba obsesionada con lavarse las manos. Ella sentía que nunca podría sacarse la sangre del cadáver de Duncan, el rey de Escocia, pues convenció a su esposo de matarlo para quedarse con el trono.
“Lady Macbeth cumple con todas las reglas de higiene que nos piden ahora. Nos dicen que hay que lavarse las manos cada tres horas. Ella se las lavaba cada diez minutos, y no se le quitaba la mancha. Lo que pasa es que la peste que ella tenía estaba en su memoria, marcada por su arrepentimiento o su culpa. Algo la perseguía que no la dejaba tranquila. No sentía que estaba limpia”, dice Rubiano.
Aunque la idea del pódcast venía rondando en la cabeza del equipo de Petra desde hace tiempo, ahora lograron desarrollarlo. Con este nuevo proyecto —que se puede escuchar en Spotify, Spreaker y Deezer—, el equipo empieza una serie de siete propuestas diseñadas especialmente para plataformas digitales.
Esta semana salió otra sobre los usos del teatro. Este formato parte de la discusión entre lo tangible y lo intangible: una postura defiende que el teatro es un elemento poético que no tiene una utilidad práctica como puede tenerla un puente, un asiento o unos zapatos; la otra postura defiende que el teatro sirve para muchas cosas. Por ejemplo, entrar a discutir en una institución pública o en un call center. En el formato, Rubiano defiende la primera postura y Valencia, la segunda.
“No es youtuber, ni conferencia ni stand up, es como un formato que estamos explorando. Trata sobre los usos del teatro: cómo puede servir en el amor, en espacios laborales, para defenderse de acosos... se va a llamar así, ‘Usos del teatro’ ”, explica el director.
Otra de las cosas que están haciendo es la venta del libro Labio de liebre —escrito por Rubiano e ilustrado por el artista visual Pipex— que está basado en una de sus obras más políticas.
El actor en parte está tranquilo. Su consuelo, como él lo define, es que “esto es temporal y el teatro es permanente”.
Simón Granja Matias
Redacción Domingo