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La postura de Colombia en la ONU antes de la partición de Palestina
Álvaro Tirado* hace un recorrido por la evolución de las relaciones de Colombia con Israel. Fragmento del libro 'Vigencias del pensamiento de López Pumarejo'.
En 1947, Alfonso López Pumarejo (al fondo en el centro) fue el jefe de la delegación colombiana
ante las Naciones Unidas y presidió el Consejo de Seguridad perteneciente a la misma organización. Foto: Suministrada por Álvaro Tirado
Alfonso López Pumarejo fue el jefe de la delegación colombiana ante las Naciones Unidas en momentos especialmente delicados. Ya se vislumbraba el inicio de la Guerra Fría.
En los Balcanes, la guerra en Grecia involucraba a Yugoslavia, Albania y Bulgaria, y podía extenderse a toda Europa. La situación de Trieste podría ser otro polvorín que desatara una nueva guerra mundial. Se discutía la posición que se tomaría frente al gobierno de Franco por su actitud durante la guerra. Las conductas racistas de Sudáfrica eran objeto de debate y de condena. Como consecuencia del fenómeno de descolonización se daban enfrentamientos en Indonesia contra su antigua potencia colonial, Holanda. En Egipto había conflicto con Inglaterra. Se suscitaba la discusión sobre el derecho de veto que se habían arrogado las cinco grandes potencias. Se discutía el problema del armamentismo nuclear que acababa de aparecer. En la India, los conflictos sangrientos surgían con visos culturales y religiosos, dando lugar a la constitución del Estado de Pakistán. En Palestina, se presentaban matanzas producidas por el enfrentamiento entre árabes y judíos, y en la ONU, se discutía cuál sería la forma que tendría el nuevo Estado de Israel.
Vigencias del Pensamiento de López Pumarejo Foto:Editorial Universidad del Bosque
López intervino sobre todos estos asuntos y en su calidad de presidente del Consejo de Seguridad debió dirigir el debate sobre algunos de ellos. Para esa tarea, en la que se enfrentaban las grandes potencias, se necesitaba una persona de gran personalidad, habilidad, experiencia y conocimientos. López reunía esas condiciones, como se demostró...
Prudencia y no precipitación fue lo que aconsejó López a propósito del agudo problema palestino. Sobre las múltiples causas que determinaban en ese momento el asunto de Palestina y la cuestión judía, López señaló la responsabilidad que les cabía a los países europeos por su posición egoísta. El interés de estos se cifraba en alejar de su territorio a la población judía problematizada por los efectos de la persecución y la guerra. En una conferencia ante la Unión de Mujeres Americanas, manifestó: “El problema de Palestina es, más que nada, un esfuerzo que los demás países están realizando para forzar a los judíos a residir en una zona determinada del mundo, porque no quieren recibirlos en otras partes" ('El Liberal', 11 de octubre de 1947).
"El problema de Palestina es, más que nada, un esfuerzo que los demás países están realizando para forzar a los judíos a residir en una zona determinada del mundo"
En un extenso discurso que López pronunció en el Consejo de Seguridad sobre el asunto de Palestina, dijo que la delegación colombiana no tomaba partido en la pugna entre árabes y judíos, y que solamente quería contribuir al arreglo pacífico de la controversia. Originariamente la idea de un hogar judío en Palestina era la de permitir a los judíos salir de un ambiente hostil y de trasladarse a un país que se pudiera considerar como suyo. Ahora, una parte de Palestina se les ofrece como refugio a miles de desventurados judíos que han sido arrojados de sus hogares “que se sienten indeseables en Europa y otros lugares”. Pero no se trata simplemente de que los países democráticos puedan eludir su obligación de poner fin a la discriminación y a las persecuciones.
Creemos firmemente que no se debería obligar al pueblo judío a vivir únicamente en ciertas partes de Palestina, sino que debería tener así mismo el derecho de establecerse en los territorios de los Estados de las Naciones Unidas, según un sistema previamente establecido de cupos de inmigración, como se ha propuesto ya. No nos agrada la perspectiva de un inmenso 'ghetto' labrado en Tierra Santa a fin de que los gentiles de la humanidad puedan descargar sus conciencias de los males infligidos a la raza judía por orden de Hitler y sus cohortes.
La delegación colombiana estimaba que la posición que se había adoptado cuando se discutió la resolución del 29 de noviembre de 1947, sobre la partición de Palestina, había sido aprobada con demasiada precipitación (Naciones Unidas, Consejo de Seguridad, Actas Oficiales, 241a-260a. Sesiones 5 de febrero - 2 de marzo de 1948, Sesión 27 de febrero de 1948).
¿Cuál era el problema y cuál había sido la posición de la delegación colombiana? En la ONU, se había optado por la partición de Palestina y la creación del nuevo Estado de Israel. Otra vez se había acudido al expediente de decidir rápidamente y por votación. Con el presidente Truman había variado la posición norteamericana, y tanto la Unión Soviética como los Estados Unidos daban apoyo al procedimiento de actuar rápidamente en lo referente a la partición.
Álvaro Tirado Foto:Claudia Rubio
*Álvaro Tirado Mejía lleva décadas dedicado al estudio del acontecer de Colombia, hoy es director de la revista de la Universidad Nacional. En esa posición, ha sido una de las voces que abogan por la urgencia de una nueva comisión corográfica que ayude a repensar a la nación tanto científica como política y istrativamente.
López proponía que se exploraran otros caminos y que no se cerraran las posibilidades al proceder inmediatamente en este asunto, “el más grande y difícil” de los que ponían a prueba la utilidad de la naciente Organización. Según él, el plan ad hoc de partición se había adoptado por 25 votos contra 13 y 17 abstenciones, es decir, no contaba con la mayoría. Pero, sobre todo, no se podía desestimar el hecho de que entre los 13 votos que se oponían a la partición de Palestina estaba la totalidad de los países musulmanes, es decir, los representantes de 400 millones de hombres que pertenecen a una misma religión.
"Lo que se necesita y espera de nosotros es una solución buena y no una solución apresurada".
Por eso no era sorprendente que el plan hubiera tenido que venir “a través del Atlántico en busca de un apoyo que no pudo encontrar en los países vecinos de Palestina, en el Mediterráneo oriental, en el occidente de Europa o en el interior de Asia”. Aparte de lo anterior, no dejaba de ser políticamente significativo que ni China, ni Francia ni el Reino Unido hubieran estado en ese caso al lado de los Estados Unidos de América y de la Unión Soviética. Por eso, la delegación colombiana pedía que la Asamblea General obrara sensatamente y aplazara la decisión con el objeto de buscar un camino que no fuera de imposición y obtuviera la adhesión sincera de judíos y árabes con la colaboración del mundo cristiano.
“Lo que se necesita y espera de nosotros es una solución buena y no una solución apresurada”. Dado que Inglaterra, la potencia mandataria, no terminaría de evacuar totalmente a Palestina antes del 1.º de agosto de 1948, se podía conferir a la Comisión ad hoc, el encargo de que encontrara una solución y presentara un informe relativo a su labor a más tardar el 29 de febrero de 1948 (Naciones Unidas, Documentos Oficiales del Segundo Período de Sesiones de la Asamblea General. Volumen II, Actas taquigráficas, 16 de septiembre - 29 de noviembre de 1947, Sesión 127a, 28 de noviembre de 1947).
A la postre primó la posición de las dos grandes potencias. Los Estados Unidos se opusieron a la propuesta colombiana y a que la Asamblea General reconsiderara el problema de la partición de Palestina (El Liberal, 27 de febrero de 1948). Poco después, los Estados Unidos aceptaron la posición colombiana (El Liberal, 20 de marzo de 1948), pero ya las cartas estaban echadas. Palestina se dividió y de una solución formal, de mayorías relativas y precipitada, se pasó al semillero de conflictos que se presentan hoy a propósito de la creación del Estado de Israel.