La Sinfónica Vallenata lleva el pentagrama en el corazón

El concierto de la Sinfónica Vallenata fue de los últimos eventos presenciales que se hicieron en Bogotá, en marzo del 2020, antes de las cuarentenas y el cierre a la posibilidad de espectáculos en vivo que trajo la pandemia.

Se trataba de un proyecto del rey vallenato 1988, Beto Villa, que unos años atrás había reunido a un pequeño grupo de reyes vallenatos en un experimento que era aplicar los lineamientos de una orquesta sinfónica a los instrumentos de un conjunto vallenato típico. Los acordeones, dispuestos en diferentes octavas, harían las veces de las familias de instrumentos.

El concierto en Bogotá fue un paso adelante en este proyecto sinfónico, actuaron 10 reyes vallenatos y varios cantantes; uno de ellos era Jorge Oñate –quien, por cierto, sufrió una descompensación en el escenario–. Sin embrago, fue una noche musicalmente memorable.

Ahora, trece meses después, la Sinfónica Vallenata vuelve a mostrarse, justo en una fecha significativa para el vallenato, el 30 de abril, que durante más de medio siglo ha sido para el género la fecha que marca la coronación de un nuevo rey vallenato en el Festival de la Leyenda Vallenata. Si bien el Festival ha sido aplazado, una alianza entre sus organizadores y este proyecto permite que sea la Sinfónica la que no permita que esta fecha pase en blanco.

Ahora la Sinfónica Vallenata tiene más intérpretes. Son 18 acordeoneros, algunos reyes y otras figuras del vallenato comercial, y dos vocalistas, Iván Villazón y Beto Villa jr., que le harán un homenaje, dentro del show, a quien Villa padre, en entrevista con EL TIEMPO, llama el “patriarca de nuestros cantantes”: el Jilguero de América, Jorge Oñate.

La Sinfónica es un proyecto incluyente. Antes solo tenía 10 reyes vallenatos, ahora tenemos 18 intérpretes, no solo reyes, sino artistas representativos, que han sido parte vital dentro del género.

Además, hay que brindar algo diferente. En este momento tomamos el formato de una sinfónica de música clásica, que interpreta sus obras en movimientos. Nosotros, en el vallenato, interpretamos aires y recorridos por las épocas de nuestro género.

Entonces tendremos cuatro momentos, cada uno con su nombre: El canto de un acordeón, La lírica de los juglares, Alegoría (en referencia al surgimiento de los cantantes solistas) y Sinfonía del acordeón. Cada nombre representa una época de nuestro folclor.

Si con diez ensayamos durante cuatro meses, con 18 llevamos más de seis meses, con la dificultad de trabajar virtualmente. Nosotros no tenemos un pentagrama. Hemos tenido que enviarnos audios y sincronizarlos. Decirle a cada uno qué tendrá que hacer en cada parte de la melodía.

Una orquesta de música clásica se compone de familias de instrumentos (violines, saxo, trompetas), nosotros tendremos familias de acordeones.

Un tono se divide en octavas y cada familia de acordeones tendrá una octava. No podía enviarle un pentagrama a nadie porque nuestro pentagrama lo tenemos en el corazón. Cada acordeonero expone lo que siente. Para solucionarlo les enviábamos sonidos y les decíamos: ‘En esta melodía vas a hacer tal cosa’. Es mucho trabajo. Es diferente a si solo les enviara un pentagrama para leer. Este no es un simple concierto. Es una obra musical cultural, con 25 talentos en escena.

Algunos estuvieron en el concierto anterior. Otros no pudieron estar, e invitamos a los nuevos. La idea es rotar, que siempre haya novedad. El sueño es poder hacer otro concierto con 30 o 40 intérpretes, Dios nos los va a permitir.

Para este hay una base guía, hay acordeoneros representativos en la Sinfónica, que son los que dirigen algunas de las octavas. Manuel Vega, el actual rey vallenato, ha sido uno de mis brazos derechos. Pangue Maestre dirige las voces, porque hay un momento en el que los acordeoneros cantan.

Cuando hablamos del juglar lírico nos referimos a aquel que toca el instrumento, canta y compone. En esta selección tenemos muchos juglares líricos. Entonces, ellos cantarán en el escenario. Hay acordeoneros que cantan muy bien, pero el formato de pareja de acordeón y cantante solista que se impuso no les permitió mostrarse. Aquí se mostrarán.

Están Rodolfo de Lavalle, el ‘Chiche’ Maestre Socarrás, Jimmy Zambrano. El productor de escenografía es Beto Villa jr. Mi esposa hizo la investigación musical para los momentos. Este proyecto es una respuesta a ese pedido de salvaguarda de las raíces de nuestro vallenato. Estamos obedeciendo al llamado de la Unesco de cuidar nuestro vallenato como patrimonio inmaterial y cultural de la humanidad.

Y el Festival Vallenato durante medio siglo ha acostumbrado al pueblo colombiano a que el mes de abril es del vallenato. Como no han podido tener evento, por problemas de pandemia, y nosotros veníamos trabajando desde hacía seis meses, hicimos el acuerdo de apoyarnos, porque a la larga este es un evento cultural.

Cada intérprete tiene virtudes y una identidad musical. El acordeón del ‘Pangue’ Maestre es diferente al de Manuel Vega o al de Juancho de la Espriella o al de Saúl Lallemand. Entonces fuimos escogiendo los talentos para cada momento. Tenemos representantes de muchas subregiones de nuestro Caribe. Hay de Córdoba, Sucre, Bolívar, Magdalena, Cesar, La Guajira, Atlántico. Cada lugar influye en la identidad de cada uno y al final tendremos algunos mano a mano, versos y piquería. Es el último momento, el de los festivales.

Estarán los clásicos nuestros: Ausencia sentimental, Alicia adorada, La hamaca grande, mucha música de Luis Enrique Martínez.

Verán a 18 acordeoneros sonando en simultánea en la misma melodía. Interpretarán los clásicos y algunas canciones actuales. Lo importante son los arreglos. Me atrevo a comparar a un acordeonero como Luis Enrique Martínez con un músico europeo como Beethoven. Ambos fueron grandes creadores musicales, pero cada uno en su cultura.

Los acordeoneros invitados son Beto Villa, Orangel 'El Pangue' Maestre, Saúl Lallemand, Jimmy Zambrano, Álvaro López, Manuel Vega, Chiche Maestre, Ciro Meza, Álvaro Meza, José Vásquez, Manuel Julián Martínez, Joche Zuluaga, Julián Rojas, Humberto Yudex, Horacio Escorcia y Rodolfo de Lavalle.

LILIANA MARTÍNEZ POLO

REDACCIÓN DE CULTURA

@Lilangmartin