La música ha sido uno de los grandes protagonistas en la consolidación del Internet como fenómeno dominante del siglo XXI. El descomunal crecimiento del tráfico de archivos sonoros en estas tres décadas de existencia de la red es prueba de ello.
Las colonias virtuales se agrupan en páginas temáticas por gustos, edades, idiomas y otros intereses específicos, pero están sujetas a lo que el respectivo decida publicar en esos sitios.
En una apuesta por la promoción de la música como herramienta de comunicación e integración planetaria, la
Unesco tuvo la brillante idea de organizar un enorme festival virtual donde todos los que quieran participar encuentran las puertas abiertas de par en par.
En el diseño de la programación de este encuentro se palpa una marcada evolución hacia lo global y hacia el enfoque de género. El concierto central ya no está reservado para músicos virtuosos norteamericanos, aunque siguen presentes. Aquí ese estrecho cuello de botella por el que solo poquísimos aspirantes pasaban a la élite, se abre a grupos como un colectivo de mujeres de Casablanca que participó con un movido arrullo de la costa marroquí titulado Bull Door.
El mensaje de inclusión siguió presente con una estupenda Big Band china tocando un complejo arreglo del clásico de Gershwin Fascinating Rhythm.
Antes era todo un sacrilegio disfrutar del jazz en esa república oriental tan reacia a todo lo estadounidense, hoy en día existe en Beijing una sucursal del club de jazz Blue Note.
La curaduría incluyó también a un quinteto libanés tocando desde Beirut una pieza que arranca como una tonada tradicional árabe y evoluciona hasta convertirse en una interesante improvisación colectiva. Ya en el cierre del evento, desde Honolulu nos alegró el alma la reaparición del octogenario Sergio Mendes con su alegría intacta y contagiosa.
Cualquiera puede subir contenido para unirse a la celebración, en la pestaña colombiana encontramos publicaciones de Medellín con entrevistas sobre el jazz, charlas académicas y conciertos desde Bucaramanga y múltiples etiquetas de eventos en toda Colombia que, al celebrarse en fechas cercanas, aprovecharon para unirse al día del jazz.
Una noticia grata es que el Teatro Libre de Bogotá revivió su festival con cuatro conciertos asociados a esta celebración.
El gran atractivo de esta iniciativa es que no está mediada por el dinero, ni el visitante tiene que pagar por ver ni el participante debe pagar por insertar sus contenidos en el portal del #Jazzday.
Ese pequeño pero significativo detalle hace que la visualización sea fluida, enriquecedora y no sea interrumpida por molestos anuncios comerciales. En esta edición se cumplió la promesa de la Unesco de unir al mundo alrededor de la música con la participación de 195 países.
ÓSCAR ACEVEDO
Músico y crítico musical
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