Camilo: alma de local, ojos de turista

“Alma de local, ojos de turista”, dicen las botas de Camilo.

“Las rayé con Liquid Paper”, me dice.

“Yo no me imaginé que usted sabría lo que es Liquid Paper”, le contesto entre risas.

“Amigo, claro. El otro día empecé a seguir a un tipo en YouTube que se llama Van Neistat”.

“¿El hermano de Casey Neistat, el famoso vlogger y youtuber?”, le pregunto.

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“El hermano de Casey Neistat. También es cineasta, como su hermano. Un día le escribí y le dije que con qué rayaba las cosas que hace, y me mandó un link de Amazon. Y en efecto, es con Liquid Paper. Me compré varios y ando rayando con ellos por todos lados”.

“Esa frase, ‘alma de local y ojos de turista’, ha estado en su cabeza por unos días, por lo que he podido ver en sus redes sociales”.

Camilo vive en Miami hace 8 años. “En Miami hay una vaina muy curiosa y son estos buses de dos pisos que les toman fotos a cosas que uno no entiende. Pero cuando llegué a Miami, y crucé el puente que conecta con Miami Beach pensé en lo mágico que era ese lugar. Ahora ni miro el mar. Perdí los ojos de turista. Y quiero retomarlos en un montón de cosas de mi vida. Aunque hay cosas que me encantan de tener alma de local. Pero quiero tener la fascinación del turista”.

Persiguiendo a una niña que me gustaba. Era lo único que me importaba en ese momento. Me fui enamorado de ella. Yo vivía en Chía y era profesor de yoga. Hacía videos en YouTube de covers. Saqué mi visa y me fui detrás de ella. Grababa guitarras y hacía café en un estudio. Me empezaron a invitar a los estudios, a escribir. De repente, las canciones que escribía las grababa Juanes, Becky G. Hasta que un día firmé un contrato editorial que me permitió ayudarles a mis papás con deudas que tenían, sacar un apartamento en Miami, sacar la visa de artista para no entrar con miedo cada vez que llegaba a aduana. Y después pude sacar mi música como artista.

A los veintiséis.

Estar casado es lo mejor de la vida. La empresa que yo tengo con mi esposa es una bacanería.

Suena como “organizacional”, pero no lo es... por ahí dicen que por los frutos es que uno conoce las cosas. Yo muestro los frutos de mi matrimonio y son una chimba, man. El nivel de felicidad en este momento, el primer producto de la vida. Vamos a ser cuatro ya. Creatividad absoluta. Cómplices totales. Mi último álbum lo hice todo yo, y todos los videos los armó ella... tenemos un matrimonio una nota. Viaja conmigo a todas las giras, cantamos juntos todas las noches...

Nos casamos con dos amigos pastores.

Jesucristo es un maestro muy importante en mi vida. Tenemos dos amigos que son pastores cristianos y que para Evaluna son referentes muy puntuales; los invitamos y tuvimos un par de momentos muy especiales de nuestra boda.

Hay unos retos muy evidentes por los que ya pasamos. Cuando llegué a Miami, mi esposa y yo empezamos a compartir cosas que pensábamos, que vivíamos y que sentíamos. Desde una receta que nos gustaba hasta un vlog que hacíamos a Islandia, a tips para vivir una relación más sana. Empezamos a estar en el foco de un montón de gente.

Ya teníamos un terreno ganado. Fue también la primera herramienta de construcción de comunidad. Sobre esa, cuando empezamos a sacar música, la gente estaba esperando a que les compartiéramos la música. Eso fue lo que abonó el terreno para la música que sacamos. Pero siempre hemos estado en el ojo público. Y es muy complicado porque cada cosa que hacemos está delante de los ojos de la gente. Y la gente tiene una opinión sobre cada cosa, critica cada cosa. Desde por qué nos lavamos los pies cuando nos casamos hasta por qué le pusimos ese nombre a nuestra hija, o por qué no me quito el bigote. Ya hoy en día eso nos causa gracia. El reto verdadero ha sido el manejo del tiempo. Porque la carrera y el éxito son muy complejos de istrar.

Familia DE CALIDAD.

Mi esposa y yo hemos tenido una manera muy bonita de construir lo que hemos hecho. Hay un montón de cosas que le confío y me tapo los ojos. Y lo mismo ella.

Yo soy un general con el calendario. Soy cuadrático. Casi que a veces, psicorrígido. Porque en la medida en que seas más organizado y disciplinado con tu vida personal y con el minuto a minuto, podrás ser un poco más violento con tu creatividad. Stravinski decía: “entre más me limito, más me libero”. Ahora que tenemos el Taller Creativo en Miami, somos muy organizados e intencionales con el tiempo. Si vamos a hacer redes sociales porque son importantes, se hacen de 12 y 30 a 1 y 30. El que tenga una pregunta, idea de redes, una noticia, lo que sea... guárdeselo y nos lo cuenta en ese tiempo.

Con músicos incluidos, pueden ser veinte personas. El enemigo de la creatividad es la interrupción, por hermosa que sea. Así fue como hicimos un álbum de doce canciones, con doce videos y doce canciones que se nos ocurrió en enero y que salió en mayo.

Decidimos compartir el álbum en cuatro pedazos de tres canciones cada uno. En enero nos sentamos a hacer tres canciones que compartimos en febrero. Luego hicimos otras tres que salieron en marzo. Y así fuimos sacando de a tres canciones en abril y en mayo. Nos permitió mantener el álbum vivo mientras lo íbamos compartiendo. Era como ver una película que se está haciendo mientras la ves. Las primeras tres canciones las grabamos en bloque, 17 personas tocando, y todo registrado en audio y video.

Es gasolina. Van Neistat dice que la perfección no existe. La persecución de la perfección es la excelencia. Pero la clave está en no perseguirla, sino en hacer las cosas lo suficientemente buenas para que me guste mucho a mi. Esa fue la filosofía de este álbum. No sé hacer salsa, merengue, bolero o vallenato y no pretendo saber. Pero lo sé hacer lo suficientemente bien para que me gusten estas canciones a mí.

Uno nunca llega creativamente al ciento por ciento. Yo prefiero hacer doce cosas que lleguen al 75 por ciento, que una sola que salga perfecta.

En las tormentas creativas, al inicio de las sesiones, hay tiempo para hacer preguntas y escuchar comentarios. Pero hay momentos en que sí soy dictador total. Porque hay muchos nombres detrás del disco. Pero la portada es Camilo. Muy bien que en la pelea de boxeo haya gente que te aplauda, que te ayude a entrenar, a hidratarte. Pero al final el que se va a “dar en la jeta” eres tú. Cuando yo siento que es bueno, es bueno.

Usted ha sido siempre muy independiente a pesar de haber estado conectado umbilicalmente a una gran máquina discográfica. No quiero ponerme coronas que han sido producto de muchas cosas. Pero sí: mi carrera comenzó con el canal de YouTube mío y de mi esposa, con cosas que grabábamos y hacíamos Evaluna y yo. Las canciones son creaciones escritas en un cuadernito que yo escribo, y que le mando a la disquera. Entre más autogestión y confianza en lo mío, me va mejor. Con los elementos que tengo a mano.

Fue una aventura. Curiosidad. La curiosidad es una aguja que no pregunta mucho. Un día quise hacer un álbum incómodo. Quiero viajar a esos escenarios que amo. Crecí oyendo salsa, la amo y ha sido parte de mi vida, pero nunca la supe hacer. Una cosa es disfrutarla y otra saber hacerla. Mis ojos nunca fueron puestos en hacer el mejor álbum de música tropical.Ni en compararlo con un álbum arreglado por Sergio George, que sabe cómo se hace eso. ¿Qué había pasado si hubiéramos contratado a quien hace los arreglos de viento del Grupo Niche? Esa no es la pregunta para mi. No me la hago. No me interesa. Los amo a todos ellos, pero esa no es mi pregunta creativa. Mi pregunta es: qué pasa si jugamos al deporte extremo de creer que lo que tenemos es suficiente? Y nos mandamos de cabeza, sin disfrazarnos, sin faltar al respeto. Al contrario: sumergiéndonos con ojos de turista en una ciudad que no es nuestra. Son géneros que visito con la cámara de un turista. Y descubrí que lo que sea que uno tenga, es suficiente para hacer cosas fantásticas.

Édgar y yo somos amigos de hace mucho rato. Con Édgar he escrito mis canciones favoritas. Antes de que empezara a pasar lo que ahora pasa con nuestras carreras, Édgar hacía café en un estudio y yo estaba haciendo café en otro. Nos empezamos a encontrar en sesiones. Conectamos y fue increíble. Y esto nunca lo he dicho pero lo voy a decir en esta entrevista: los artistas pasaban por encima de nosotros. Escribíamos una canción y se la mandábamos a ‘x’ artista, y cuando ‘x’ artista la sacaba, nos llamaban y nos decían: “mira, les vamos el 15 por ciento de la canción a ustedes”. Pero nosotros habíamos escrito el ciento por ciento. El artista, sin embargo, se quedaba con la parte más grande de los derechos, e incluso el manager se quedaba con parte de ellos. Nos metieron tanto las manos a la boca cuando empezamos a trabajar, que decidimos ir cincuenta/cincuenta. Nos volvimos muy amigos porque nos respetábamos esos porcentajes. Y parece una bobada, pero cuando uno vive de escribir canciones, es todo. El respeto es que cuando te den un Grammy se suban los que escribieron las canciones, y no otra gente.

Cada vez más se preparan terrenos más democráticos y respetuosos para la propiedad intelectual. Me da esperanza. Pero creo que hay un par de cosas que hay que empezar a hablar para empoderar más al compositor. Yo comencé escribiendo para otros y sé lo tremendo que es cuando te pasan por encima y tienes que aceptarlo por necesidad. Pero creo que es importante que se hable de este tema, donde se respete al compositor y que el artista que no escriba sus canciones lo diga. Mercedes Sosa no escribía sus canciones, y ella decía, “yo canto”. Ojalá que el cantante que no escriba, no se quiera meter en las regalías de quienes lo hicieron.

AUTOR: ALEJANDRO MARÍN 

Para EL TIEMPO 

@themusiimp

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